Los movimientos de los futuros aspirantes

 


Pese a que el calendario marca el próximo 19 de octubre como el comienzo de la nueva temporada, el pistoletazo que da salida a la carrera de las franquicias por la consecución del próximo anillo ya tuvo lugar el pasado 2 de agosto. El mismo día que se abrió el periodo para la negociación de agentes libres y, por lo tanto, el baile de contrataciones y traspasos que marcarán la que esperamos sea la primera campaña en los últimos años que respete el calendario y nos permita volver a denominarla como “regular season”.

Por fin se trata del juego de siempre. Sus tiempos, sus exigencias y las cábalas basadas en el cada vez más extenso archivo de datos y medidores que tienen a su disposición los General Managers, expertos, asesores y, por supuesto, el cuerpo técnico de cada uno de los equipos que conforman esta liga.

La pasada campaña contaba con un claro aspirante: Unos Brooklyn Nets que sobre el papel rompían con todas las esperanzas que los demás equipos tenían y a los que ni siquiera se les iba a permitir pensar en disputar ese año las finales representando al Este. Esos Nets, que a mitad de temporada resultaron ser aún más temibles con la incorporación de James Harden, quien hizo fluir el juego de la manera que más orgulloso podía hacer sentir al dúo Nash – D’antoni. Pero entonces, y aunque parecía que en Brooklyn se hacía muy sencillo sumar victorias (pese a que en tan sólo 8 de los 72 partidos jugó el trío formado por Durant – Irving – Harden) se toparon de bruces con un verdadero equipo: Milwaukee Bucks. Un grupo de jugadores que conocían su rol, eran ambiciosos y que, desde el primero hasta el último de ellos, se mostraban comprometidos con el único fin de hacer realidad el sueño que todos hemos tenido desde pequeños. Ese que no es otro que el de elevarnos al Olimpo haciendo historia y levantar el trofeo más preciado por los amantes de este deporte.


Las finales de 2021 entre Bucks y Suns nos mostraron una vez más que pese a que en este juego hay dos maneras de alcanzar la cima; el camino largo, el complicado, en el que creas un grupo talentoso y equilibrado, aunque signifique dar más quebraderos de cabeza a todos los involucrados en el proyecto, es igual de válido y eficaz (o más en este caso) que la estrategia de juntar un incontestable número de estrellas que han acordado compartir la tarta del protagonismo en pos del preciado anillo.

La maquinaria ya se ha puesto en marcha en los despachos de cara a la siguiente temporada, y las franquicias son conocedoras de estas dos vías para la consecución de sus más ambiciosos objetivos. De hecho, ya se empiezan a conocer algunos equipos que, sobre el papel, podrían tener una prolífica campaña que les permitiría posicionarse como candidatos a algo grande este año:


LOS ANGELES LAKERS

El equipo de Frank Vogel dio la campanada con el fichaje de Russell Westbrook y sumando a jugadores de la talla de Carmelo Anthony, Dwight Howard y jugadores de rol como Trevor Ariza o Kendrick Nunn, se posicionan como una de las alternativas más potentes en la conferencia Oeste.

En este equipo no nos detendremos mucho ya que tenemos un artículo detallado por nuestros compañeros en un post reciente. Lo que sí han de tener en cuenta los aficionados de este equipo es que, pese a que la incorporación de Westbrook pueda parecer una locura, liberará en cuanto a carga de partidos a LeBron y reducirá la exigencia en ataque a Davis y el resto de sus compañeros al ser uno de los jugadores más letales durante la temporada regular, echándose el equipo a las espaldas y permitir que los Playoffs se jueguen con un equipo más descansado y completo. Porque no hay que olvidar que la media de edad será uno de los grandes hándicaps de estos Lakers, donde los jugadores tendrán que ser conscientes de sus limitaciones físicas y tomar decisiones más maduras al respecto.


GOLDEN STATE WARRIORS

Este equipo tiene una estructura y una identidad claramente marcadas gracias al triángulo formado entre Steve Kerr, Stephen Curry y el General Manager Bob Myers. El equipo ha mantenido su esencia desde hace más de un lustro a través de retoques y toma de decisiones basadas en la confianza y cohesión del equipo. Por eso mismo el año pasado, con la llegada del rookie James Wiseman y con Wiggins cumpliendo con el rol que se esperaba de un jugador de su habilidad, la ciudad de San Francisco se frotaba las manos ante lo que podía ser otro gran año. Sin embargo, la lesión de Klay Thompson resultó ser un mazazo para el equipo y pese a que Curry promedió 32 puntos, el equipo acabó 9º y cayó frente a los Grizzlies tras haber ganado 8 de los 10 últimos partidos de liga regular. Tras esta situación los Warriors dependen de dos incógnitas para despejar si su participación se asemeja a la de 2021, si tienen opciones en playoffs o si figuran como aspirantes para las finales de conferencia.

La primera de las incógnitas, y quizá la más relevante, es la recuperación de Klay Thompson. El jugador californiano ha sufrido dos lesiones que podrían dejar fuera de la liga a más de uno, y ahora mismo en la franquicia saben que tener a Klay en forma y bien recuperado no solo significa tener un valioso aporte ofensivo unido a una mayor amenaza a larga distancia, si no que también es uno de los pilares del equipo y el juego de Golden State se ve claramente beneficiado por su presencia en pista. A día de hoy, además se baraja la posibilidad de adquirir a Joe Ingles como red de seguridad para que puedan repartir minutos.


La segunda de las incógnitas viene por la parte defensiva, pues ya se ha conocido que Iguodala volverá a ser parte de la franquicia, donde sabe que se le valora en ese campo y es un valor adicional como veterano. Pese a su regreso, los Warriors están en la búsqueda de un defensor más joven y que pueda encajar en la dinámica del equipo; y ese no sería otro que Ben Simmons.

El todavía jugador de los 76ers quiere salir de Philadelphia y eso no es ningún secreto. Igual que tampoco es un secreto que sería la pieza que devolvería a Golden State a lo más alto, complementando con un juego fluido y rápido en ataque, al mismo tiempo que minimiza las carencias defensivas del backcourt y formando un sólido tándem con Draymond Green. El problema sería a quién ofrecer a cambio por él y esos 33 millones de dólares que haría estragos en el límite salarial del equipo.


MIAMI HEAT

Tras una temporada que ha decepcionado a los fans de Miami, los Heat se despiden del legendario Goran Dragic con el traspaso por Kyle Lowry en forma de sign&trade, y se sitúan de nuevo en una privilegiada posición para apostar por la liga con la adquisición del campeón PJ Tucker como agente libre con el fin de asegurar el apartado defensivo después de haber sufrido durante la pasada temporada, acompañado por las estrellas Jimmy Butler y Bam Adebayo.

La incorporación de Victor Oladipo resultó una operación de riesgo debido a su lesión. El jugador tiene aún una horquilla de retorno a las canchas comprendida entre diciembre y febrero de 2022 y por ese motivo, la franquicia de Florida le ha ofrecido un contrato de $2,4 millones por una temporada en el año en el que pasaba a ser agente libre con muy pocas opciones de volver a pertenecer a un equipo.

Por otro lado, en Miami parece que han agotado la paciencia con Tyler Herro y aprovecharán su aún intacta proyección con el fin de conseguir complementos sólidos para un equipo que anhela repetir lo logrado en el ya denominado “año de la burbuja”.



BROOKLYN NETS

Al otro lado del East River se volverá a apostar por la fórmula del pasado año, aunque sin contar esta vez con Mike D’antoni como asistente de Steve Nash y comenzando la temporada con una futura penalización por sobrepasar el tope salarial que ascendería hasta los $70 millones en el caso de no rebajar buena parte de las nóminas durante esta temporada. Y es que tan sólo entre Harden, Irving y Durant (que acaba de firmar un contrato en el que percibirá $198 millones en 4 años) suman el 89% del salario de equipo permitido por la NBA.

Generalmente a los equipos que optan por este tipo de fórmulas con el fin de conseguir el título, se les suele llamar one shot teams debido al gran peligro de endeudamiento que pueden correr en caso de no lograr los objetivos marcados y que suelen desembocar, por tanto, en el desmantelamiento del equipo. Pero ese no es el caso de estos Nets.

Aún a la espera de más movimientos de mercado, en la franquicia no se rinden y tratarán de aprender sobre errores pasados para, esta vez sí, poder brindar su primer título NBA a la ciudad de Brooklyn.


Por supuesto, aún queda mucha pretemporada, y sabemos que las plantillas no quedan completamente cerradas hasta que no se termina el periodo de traspasos allá por el mes de febrero. También sabemos que todavía tanto Suns, como Bucks tienen que hacer sus movimientos, y que puede llegar algún otro bombazo con el futuro de Lillard, la construcción del equipo en torno a Luka Doncic o ver como van encajando piezas unos Bulls que pueden dar mucho que hablar con grandes incorporaciones y decisiones muy sensatas.

De cualquier modo, siempre tenemos que contar con que nuestros pronósticos pueden ser truncados por el buen hacer de equipos como ya sucedió con los Jazz de esta pasada temporada o el devenir de los acontecimientos derivados de lesiones, surgimiento de una estrella u otra de las muchas sorpresas que hacen que todo el globo esté pendiente de esta liga.

¿Pero, acaso no es por eso por lo que amamos este deporte?

Post Javier Navarro @xoponos

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