El "Maracanazo" de la vergüenza




Es conocido como "Maracanazo de la selección chilena", "Condorazo" o "Bengalazo" el incidente ocurrido en el Estadio de Maracaná en Brasil el 3 de septiembre de 1989, durante el partido entre las selecciones de fútbol local y Chile en la última fecha de la Clasificación de la Conmebol para la Copa Mundial de 1990.


El guardameta chileno Roberto Rojas, apodado el Cóndor, simuló haber sido herido por una bengala que fue arrojada temerariamente cerca suyo y dentro de la cancha desde la tribuna brasileña, por lo que fue marginado del fútbol profesional con 32 años de edad y amnistiado en 2001 por la FIFA, en tanto que la selección chilena al retirarse de la cancha injustificadamente quedó inhabilitada para jugar la Clasificación de la Conmebol para la Copa Mundial de 1994, lo que según los especialistas ha sido el «mayor escándalo en la historia del deporte chileno».


En julio de 1989, la selección chilena comenzó su proceso de clasificación con miras al Mundial de 1990. Para dicho objetivo, el entrenador Orlando Aravena había asumido la dirección técnica de la selección chilena en 1988 a tiempo completo.




El 13 de agosto se jugó el partido ante Brasil. Chile hizo caso omiso a la recomendación de la FIFA sobre que ambas selecciones saltaran juntas al campo de juego, saliendo primero, ante lo cual Brasil salió luego, recibiendo una rechifla monumental que no paro inclusive en los himnos. Con un juego violento por parte de ambos seleccionados, que terminó con las expulsiones de Romario, Raúl Ormeño y Orlando Aravena, no se sacaron ventaja, empatando 1-1. Los desmanes que generó el público hicieron que la FIFA castigara con la localía a Chile para su próximo partido, trasladando el partido ante Venezuela a la ciudad de Mendoza.

El 3 de septiembre de 1989, se enfrentaron las selecciones de fútbol de Brasil y Chile en el Estadio Maracaná, en el partido definitorio para la clasificación al Campeonato Mundial de 1990. Tras un primer tiempo empatado sin goles, el brasileño Careca anotó un gol a los 4 minutos del segundo tiempo, resultado que causaba la eliminación del cuadro chileno, urgido de un triunfo para acceder al Mundial de Italia. En el minuto 67 del partido, el arquero chileno Roberto Rojas cayó al campo, simulando ser herido por una bengala lanzada desde las tribunas de aficionados brasileños. De inmediato, los jugadores chilenos, liderados por el subcapitán Fernando Astengo, decidieron abandonar la cancha​ argumentando falta de garantías para seguir con el juego, sin que el árbitro argentino Juan Carlos Loustau pudiera convencerlos de continuar el partido.



Una vez terminado el partido, y azuzados por declaraciones imprudentes de José Toribio Merino, una gran cantidad de personas se congregaron frente a la embajada brasileña, situada en la Alameda, a unos pasos del metro Los Héroes. Un basquetbolista norteamericano que pasaba por allí fue confundido con un brasileño y fue agredido por la turba, mientras el embajador brasileño fue al día siguiente a La Moneda a solicitar protección para la embajada, luego de recibir constantes amenazas a raíz del partido. Durante los días siguientes, diarios y revistas publicaron despectivas notas hacia la FIFA y hacia Havelange, quien incluso fue representado en la revista Minuto 90 como un gánster, luego de que corrieran rumores de que surgiría una candidatura suya al Premio Nobel de la Paz.

Al día siguiente la FIFA y la Conmebol comenzaron la investigación del incidente; las imágenes de televisión y varias fotografías mostraron que efectivamente de la tribuna de hinchas brasileños partía una bengala hacia la zona donde se hallaba el guardameta chileno Roberto Rojas, pero que dicha bengala no caía sobre el jugador presuntamente afectado, sino a poco más de un metro de distancia. Ante la evidencia, los directivos de la Conmebol consideraron inaceptable la versión de Rojas sobre un «ataque» efectuado por hinchas brasileños, cuestionando el verdadero origen de la gran herida que Rojas lucía en su cabeza. Tal herida no mostraba signos de una quemadura ni rastros de pólvora, como cabía esperar si fuera causada por una «bengala», sino indicios de ser generada por un objeto cortante. No obstante, la policía brasileña logró identificar y arrestar a quien lanzó dicha bengala al campo de juego: una aficionada de 24 años llamada Rosenery Mello do Nascimento, quien alcanzó breve fama como la Fogueteira do Maracanã, quien posó para la revista Playboy años después y murió en 2011.



Al aumentar las pesquisas sobre la verdad de los hechos, parecía evidente para las autoridades de la Conmebol que la herida del guardameta chileno había sido fingida y no había sido causada por algún objeto lanzado desde las tribunas. Ante la presión, Rojas confesó haber cortado su propio rostro con una cuchilla de afeitar oculta en su guante para simular un ataque de los hinchas brasileños; semejante acto respondía a un plan orientado a conseguir la programación de un nuevo partido definitorio en cancha neutral.

Descubierta la verdad del incidente, el 8 de diciembre de 1989, la FIFA resolvió que el guardameta Roberto Rojas fuera marginado «a perpetuidad» de las canchas de fútbol profesional —en 2001 recibió una amnistía y que el equipo de Chile fuese excluido de jugar las Eliminatorias a la Copa Mundial de Fútbol de 1994 por infringir severamente los reglamentos, además de considerar al partido como ganado por Brasil para efectos oficiales.[n 4]​ Además, fueron sancionados por la FIFA Sergio Stoppel, entonces presidente de la FFCh;[3]​ Orlando Aravena, entrenador; Fernando Astengo, defensa y subcapitán del equipo; Alejandro Koch, kinesiólogo; Nelson Maldonado utilero y Daniel Rodríguez, médico, entre otros.

Post Daniel Moreno





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