"Ricky, la pieza perfecta para Cleveland"

A principios de temporada, nadie apostaba por que los Cavaliers estuvieran en la situación en la que se encuentran a día de hoy. Tras 4 años desde la marcha de LeBron, el hijo pródigo de la ciudad, por fin se refleja algo de luz sobre el río Cuyahoga, y los aficionados por fin ven una marca positiva en el record del equipo. De hecho, en el momento de escribir este artículo, la franquicia lleva 20 victorias y 13 derrotas, que son 2 victorias menos que las que consiguió el año pasado al acabar la temporada. Este récord les coloca a los Cavs en la 5a posición de la conferencia Este, y a Ricky Rubio como uno de los grandes valedores de esta tan inesperada revolución en el estado de Ohio.

Esta madrugada, el base de 30 años ha sufrido una lesión en su rodilla izquierda, a falta de 2:20 para el fin del partido contra los Pelicans. Un partido en el que rozaba el triple doble habiendo anotado 27 puntos, 9 asistencias y 13 rebotes (máximo de su carrera). Aún se desconoce el alcance de la lesión, y Rubio se someterá a pruebas durante el día de hoy. Hay que decir que ya se rompió la rodilla izquierda en 2012, aunque todo apunta a que no tendrá relación con ello ya que, durante los últimos años ha sido uno de los jugadores más consistentes de la liga en cuanto a disponibilidad de juego, disputando desde 2014 un mínimo de 65 partidos cada año.

El español estaba viviendo uno de los momentos más dulces de su, hasta la fecha, incómoda carrera en la NBA. Y curiosamente está siendo en una franquicia que se tomaba como estación de paso para dar el salto a otro destino con más “papeletas” de cara a los PlayOffs, ya no solo por el propio jugador, si no por que el equipo, con Isaac Okoro y Darius Garland, ya contaba con un prometedor backcourt al que parecía que se le iba a dar la batuta con el fin de irse desfogando durante un par de años más. Todo antes de poner en marcha la maquinaria y empezar a manejar traspasos de cara a recuperar el brillante estatus del que gozaba la franquicia hace tan sólo un lustro.

Durante el pasado verano, y en medio de la vorágine de los Juegos Olímpicos, Ricky recibía la noticia: Jugaría para Cleveland tras su traspaso a cambio de Taurean Prince y una 2a ronda de 2022 que recibirían los TimberwolvesEn España esta situación se vivió como algo incómodo. Rubio estaba cuajando sus mejores actuaciones con la selección nacional. Se estaba convirtiendo en uno de los referentes mundiales a nivel FIBA tras anotar 38 puntos en el partido contra el combinado estadounidense, y su juego, ahora mucho más maduro y consistente, deslumbraba en Japón a profesionales y aficionados por igual. Y, sin embargo, el de El Masnou volvía a salir por la puerta de atrás para ser una barata moneda de cambio, con destino a una franquicia de la que no se esperaba nada en 2021.

No podemos olvidar que la carrera de Rubio en la NBA ha estado salpicada por tres importantes e inquietantes constantes: El pobre acierto en tiros de campo, la inevitable adaptación a la llegada de un nuevo base que comparte estatus con él y, como acabamos de comentar, la repetida devaluación de su valor estimado de cara a los fans debido a lo barato que ha resultado siempre su traspaso.

Dicho esto, esta temporada Ricky está haciendo alarde de uno de los mejores porcentajes de tiro de toda su carrera, con una notable incidencia en el juego, a la vez que promedia uno de los menores tiempos de juego por partido de toda su carrera. Además, esta misma temporada ha alcanzado su máximo en cuestión salarial, cobrando en esta campaña 17.8 millones de dólaresHasta la fecha, Rubio está siendo un líder en el vestuario mostrando el camino a los jóvenes en el perímetro y al resto del equipo a nivel competitivo, tratando de llevar el calor aprendido en la selección al estado de Ohio.

Está claro que el base catalán ha tenido una evolución ascendente y que la temporada que estuvo en Phoenix le hizo darse cuenta de sus posibilidades como pieza indispensable en un equipo equilibrado que quiera optar a todo. Sin embargo, y como ya nos enseñó el ahora entrenador de Portland, Chauncey Billups, hay jugadores que tienen que pasar por varios equipos antes de encontrar la franquicia perfecta en el momento adecuado para poder triunfar y ser finalmente reconocidos.

Billups llegó a la liga seleccionado por Boston en el número 3 del draft (Rubio en el 5), pero no dejó de pasar por equipos año tras año, hasta recalar en unos Detroit Pistons que necesitaban de un experimentado base. Alguien que controlara el tempo, el juego y que complementara a un grupo de trabajadores insaciables. ¿El resultado? El anillo de campeón y el MVP de las finales contra unos Lakers que, sobre el papel, era uno de los equipos más temidos de todos los tiempos, con un quinteto formado por Gary Payton, Kobe Bryant, Devean George, Karl Malone y Shaquille O´Neal.

Este 5 veces All Star a día de hoy es el paradigma de lo importante que es prepararse constantemente para poder aprovechar la oportunidad cuando, tras varios años, se alinean los astros y encuentras el entrenador adecuado, en la franquicia adecuada y con unos compañeros que comparten filosofía.

En este caso, Ricky ha dado con un equipo que necesitaba de una mente madura en el manejo del balón, de la cual no paran de beneficiarse Dean Wade, Jarret Jack, Evan Mobley y, por supuesto, Kevin Love. Este último además conserva una duradera amistad con el internacional español desde que coincidieron en Minessota, y es esa relación la que fomenta que, tanto perímetro como pintura, dispongan de una sólida figura de referencia.

El juego de los Cavs es, a día de hoy, uno de los pocos que han empezado a beneficiarse de la extendida moda del “small ball” y la falta de juego en la pintura de sus contrincantes, forzando durante buena parte de su tiempo de juego un constante mismatch disponiendo de unos aleros sobredimensionados y una pareja de pivots que obligan a cerrar la defensa a cada ataque de los de Cleveland.

Por supuesto, estas situaciones no se podrían dar sin el confiado manejo de balón de Ricky y su habilidad para tomar la posición de escolta cuando es necesario, con tal de mejorar la fluidez del equipo en ataque con su movimiento sin balón. Pero también contribuyendo de manera más directa como ya lo hizo hace unos días tras anotar 37 puntos en el mítico Madison Square Garden.

Todo este trabajo facilita enormemente la adaptación de los jugadores más jóvenes en una franquicia que, por el momento, está más que contenta de ser una de los contenders del Este en los próximos Playoffs tras acabar en los puestos más bajos de la liga la temporada pasada.

Por ahora, y tras la lesión sufrida esta misma madrugada, el futuro inmediato del base catalán queda en el aire. Sin embargo, y como veníamos hablando en estas líneas, el rango de acción del Ricky supera a su performance en cancha, y sin importar el número de partidos que pueda estar fuera, seguirá siendo una pieza clave para los Cavaliers de la temporada 2021/22.

Post Javier Navarro

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