¿Qué pasa con el Chelsea?
El Chelsea vive uno de los momentos más dubitativos de su historia reciente. Su hasta ahora propietario, Roman Abramovich, se ha convertido en protagonista directo del conflicto bélico de Rusia en Ucrania.
Su supuesta relación con el régimen de Vladimir Putin ha desencadenado una serie de medidas y consecuencias que afectan directamente al Chelsea, club del que todavía es propietario, provenientes principalmente desde la Premier League y el gobierno británico. El Gobierno británico ha impuesta sanciones oficialmente a Roman Abramovich y ha congelado los activos que tiene, entre ellos el club londinense.
Las últimas dos semanas se han convertido en una corriente informativa sobrevolando al conjunto londinenses que es de todo menos esperanzadora. Sanciones personales hacia la figura de Abramovich que ya están afectando de forma directa al club, sobre todo en términos institucionales. Hasta ahora, las medidas afectan sólo en términos empresariales al club y el equipo no tiene consecuencias deportivas en forma de sanciones.
Sin embargo, el enorme volumen de informaciones, decisiones y medidas ha provocado que la situación del club y del equipo refleje más dudas que respuestas.
El Gobierno del Reino Unido prohíbió a Román Abramóvich vivir en su residencia de Londres por tener supuestos vínculos cercanos con Vladimir Putin. Tras la prohibición de poder estar en Inglaterra, Abramovich emitió un comunicado oficial en la página web del Chelsea comunicando que se apartaba temporalmente de la gestión del club y cedía su mando a la Fundación del club. Posteriormente el club emitió un comunicado oficial rechazando el conflicto bélico en territorio ucraniano.
Varios medios de comunicación británicos informaron de que Roman Abramovich habría recibido ofertas serias y formales para vender el Chelsea. Magnates americanos, deportistas famosos (McGregor entre ellos) e incluso se rumoreaba con el mismo dueño del Newcastle, con fondos provenientes de la familia real de Arabia Saudí.
El Chelsea emitió un comunicado oficial para informar que Roman Abramovich deseaba vender el club después de 19 años de gestión desde su llegada a Londres. En el mismo comunicado, Abramovich quiso dejar claro que sólo obtendría la inversión inicial y que el resto, ganancias netas, irían destinadas al pueblo ucraniano. La supuesta donación sería un punto interesante, puesto que así se postularía en contra de los intereses de Putin y alejaría su postura de la del líder ruso.
Varios medios británicos informan que Abramovich pediría una cifra cercana a los 3.000 millones de libras por el club a todo aquel interesado en querer comprarlo. De hecho, el Daily Mail informa que el empresario turco Muhsin Bayrak fue el primero en realizar una oferta formal para comprar el Chelsea. GOAL informó que existe un consorcio suizo-estadounidense interesado en la compra del Chelsea.
Su principal patrocinador, Three, lanzó un comunicado en el que anunció la desvinculación comercial con el club londinense y prohibía que se siguiera usando su logo en la camiseta. El Chelsea puede seguir jugando, puede cobrar los derechos televisivos de la Premier League y los aficionados que tengan abonos de temporada pueden seguir yendo a Stamford Bridge.
La multinacional de las telecomunicaciones, que pagaba 48 millones de euros por temporada por estampar su logo en la equipación de partido, canceló su patrocinio. Y parece que la avalancha puede no acabar aquí. Ya que Nike estaría también revisando su vínculo con el Chelsea. La multinacional americana firmó un acuerdo con los ‘blues’ en 2016 para 15 temporadas tasado en nada menos que 1.075 millones de euros. Tras las noticias de las últimas horas, fuentes de Nike aseguran que “se plantea dejar de representar al Chelsea”. Un contrato que, en caso de romperse, podría tener un impacto de 645 millones en las arcas del club.
El Chelsea no puede fichar, no puede firmar nuevos contratos, no puede vender entradas para partidos en casa, las tiendas oficiales del club no pueden vender productos y la venta del club queda paralizada. Además el banco Barclays ha suspendido temporalmente las cuentas del Chelsea al considerarlas activos de Roman Abramovich.
De hecho, la incertidumbre alrededor de las cuentas de los ‘blues’ es total. Las sanciones a Abramovich han generado también un problema al que se le añade también la Champions. The Sun apuntaba que la competición europea podría no abonar al Chelsea las primas correspondientes a ganar partidos, o clasificarse para futuras rondas.
La única solución a la vista para el Chelsea pasa por seguir con la venta del club si quiere evitar la bancarrota. Pese a que la sanción del gobierno inglés impide a Abramovich vender sus bienes, fuentes de la institución aseguraron a la prensa inglesa que se podría hacer una excepción con los ‘blues’, con un principal requisito: que el magnate ruso no gane ni un centavo de los 4.000 millones en los que está valorado. Abramovich había marcado esta semana como fecha límite para analizar las mejores ofertas para vender el club. En principio, este proceso sigue en pie y la semana que viene debería haber novedades al respecto. Según adelantó The Telegraph, tres propuestas de inversores americanos serían las grandes favoritas en la subasta. ¿Qué pasará con el actual campeón de Europa?.
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