Rusia fuera de todo
Rusia y sus clubes han quedado oficialmente descalificados de todas las competiciones de la FIFA y de la UEFA. El motivo que ha detonado la decisión del organismo internacional es la guerra auspiciada por el Kremlin al atacar, esta semana, a Ucrania y ocupar varias de sus ciudades en aras de alcanzar su capital, Kiev. El combinado nacional, pues, se queda fuera de la repesca del Mundial.
La FIFA y la UEFA, los rectores del fútbol mundial y europeo, respectivamente, han suspendido la participación de los equipos rusos de todas las competiciones internacionales en represalia por la invasión de Ucrania.
La resolución conjunta de la FIFA y la UEFA se hizo pública después de la recomendación hecha por el COI a las federaciones y a los organizadores de competiciones, para que "no inviten ni permitan la participación de deportistas o dirigentes rusos", que en su caso hacía también extensible a Bielorrusia como aliado de Moscú.
Lo que sí ha quedado ya claro es que el Spartak Moscú ha sido excluido de la Europa League. El equipo ruso había sido emparejado en los octavos de final de la segunda competición continental con el Leipzig alemán para jugar los próximos 10 y 17 de marzo. El club ha dicho que no está de acuerdo con la medida, pero que está obligado a cumplirla. Así, el Leipzig avanzará directamente a cuartos.
El precedente de una sanción parecida se produjo el 1 de octubre de 1992, cuando la FIFA anunció la expulsión de Yugoslavia de la fase de clasificación para el Mundial de EEUU 1994, como consecuencia de las sanciones contra Serbia y Montenegro que impuso la ONU por el conflicto de los Balcanes y que ya antes le había dejado fuera de la Eurocopa 92, en la que Dinamarca, que ocupó su plaza, se proclamó campeona.
Las federaciones de Inglaterra, Albania, República Checa, Dinamarca, Irlanda, Polonia, Noruega, Escocia, Suiza, Suecia, Francia y Gales habían anunciado que no se enfrentarían a Rusia en ningún caso, según la recopilación de esa misma agencia.
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF), por su parte, ha esperado a pronunciarse hasta que la FIFA y la UEFA han hecho su anuncio. La entidad que preside Luis Rubiales, quien a su vez es vicepresidente de la UEFA,, ha emitido un comunicado en el que expresa su "firme apoyo" a esas decisiones.
El Comité Olímpico Internacional (COI) había optado por ese boicot contra Rusia para "proteger la integridad de las competiciones deportivas mundiales y la seguridad de todos los participantes", según un comunicado de la Comisión Ejecutiva del organismo.
El COI explica que su deseo es "no castigar a los deportistas por las decisiones de su gobierno si no participan activamente en ellas", pero ha matizado que "la actual guerra en Ucrania pone al movimiento olímpico en un dilema". "Mientras que los deportistas de Rusia y Bielorrusia podrían seguir participando en competiciones deportivas, muchos deportistas de Ucrania se ven impedidos de hacerlo debido al ataque a su país", esgrimía el organismo.
Un día después de la entrada de tropas rusas en Ucrania, la UEFA ya decidió que San Petersburgo no acoja la próxima final de la Champions. El organismo que dirige Alexander Ceferin ha ido un paso más allá este lunes al anunciar también su ruptura con Gazprom, el gigante energético ruso, que lo patrocinaba desde 2012. La agencia France Presse estima que ese acuerdo, que se extendía hasta 2024, le reportaba 40 millones de euros anuales a la UEFA.
La FIFA, por su parte, había demorado su primera decisión sobre el asunto, hasta que anunció que obligaría a Rusia a jugar sus partidos en un país neutral, sin público, ni himno ni bandera y con otro nombre. Pero menos de un día después elevó sus sanciones exponencialmente.
La Selección Rusa se ha quedado fuera de la pelea por el Mundial. El conjunto nacional, que estaba a la espera de disputar su próximo partido de la repesca y aún ostentaba opciones claras de obtener el boleto, ha sido descalificado oficialmente.
La FIFA formalizó la decisión, que, al final, publicó en conjunto con la UEFA. Rusia y sus clubes quedan así apeados de todos sus torneos después de horas de deliberaciones. La misma responde a la contundente y consonante respuesta de organismos de todo signo, no solo futbolístico, después de que el Kremlin lanzara una ofensiva bélica a Ucrania tras meses, años e incluso siglos de tensiones que, en pleno 2022, han desembocado en una guerra.
Gobiernos, empresas, asociaciones económicas internacionales y todo tipo de instituciones han vetado a Rusia para hundir su economía como castigo por comenzar unas hostilidades que ya se han cobrado miles de vidas. Es difícil encontrar cifras oficiales porque, si bien Ucrania está reportando con cierta asiduidad el recuento de víctimas y de tropas enemigas eliminadas, los rusos no están aportando esta información.
Cerrando aún más el prisma y apuntándolo tan solo al mundo del fútbol, ya ha habido repercusiones importantes. Román Abramovich, presidente del Chelsea, que es el campeón de la Champions League, se apartó de sus funciones y las delegó para no empañar el día a día del equipo, pues es cercano a Vladimir Putin, presidente de Rusia y principal perpetrador del inicio de la guerra.
La Liga Ucraniana, por motivos evidentes, está suspendida y patrocinadores rusos como Gazprom han perdido sus emplazamientos en camisetas que les reportaban beneficios importantes. El Schalke 04, de los primeros conjuntos en dar un paso al frente en ese sentido para despojarse del apoyo del país entre homenajes en prácticamente todos los torneos europeos nacionales y continentales por las víctimas del conflicto.
¿En qué afecta que Rusia se quede fuera?
Rusia formaba parte de la repesca del Mundial, como hemos comentado antes. Tenía que enfrentarse a Polonia para decidir al primer finalista de un duelo definitivo que se daría contra el vencedor del Suecia-República Checa. Polacos, suecos y checos ya habían confirmado que no disputarían partidos en territorios rusos y, tras caer en saco roto la alternativa de que tengan lugar en un país neutral, los rusos se quedan fuera del cuadro. Los rusos también se caerían de la Liga de Naciones. De cara a su curso 22-23, estaban en el Grupo 2 de la División B.
Lo más probable es que, por consiguiente, Polonia acceda directamente a la final de la Ruta B de la repesca y se enfrente al ganador del Suecia-República Checa. Es la única modificación que tendrá que llevar a cabo la FIFA como consecuencia de la descalificación de la selección. Desde luego decisiones drásticas ante hechos totalmente fuera de lugar.
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