La caída del Guangzhou FC, primer multimillonario chino


El equipo solo ha ganado tres partidos de treinta y tres. Ya no queda ninguno de los fichajes estrellas. La empresa Evergrande les retiró los fondos.

La derrota ante el Changchun Yatai por 1-4 ha supuesto lo que parecía inevitable desde hace un año. El Guangzhou FC será equipo de segunda división en 2023 después de solo ganar tres partidos de treinta y tres y no ganar un solo partido desde el 21 de agosto.

El descenso de un nombre así parece increíble teniendo en cuenta cómo se han desarrollado los últimos once años en la Superliga china. Desde 2011 hasta 2019 ganaron todas las ligas excepto la de 2018, cuando quedaron segundos a cinco puntos del Shanghai Port de Wu Lei.


Sin embargo, esta temporada pintaba muy mal desde antes de empezar. En septiembre se fue Ricardo Goulart, una de las grandes estrellas del equipo durante esta década y el máximo anotador de la historia del club, y junto a él otros tantos que mantenían al equipo competitivo. Antes de comenzar la liga, perdieron los seis partidos de fase de grupos de la Champions asiática con 0 goles a favor y 24 en contra. Un 2022 para olvidar.

Hasta hace muy poco, el Guangzhou FC se llamaba Guangzhou Evergrande. La empresa inmobiliaria Evergrande Group diversificó tanto que llegó a comprar el club en 2010 para convertirle en uno de los gigantes de China.

Sin embargo, en septiembre de 2021 empezó a coquetear con la quiebra cuando sus deudas ascendieron hasta los más de 250 mil millones de euros. Finalmente pudo esquivar la bancarrota, pero ya no estaban para invertir grandes cantidades de dinero en el fútbol. Pocos días después de que saliese la noticia de que no podría afrontar el pago de la deuda, Fabio Cannavaro fue despedido tras cuatro años en el cargo.


Además del último Balón de Oro italiano, en Guangzhou han tenido otros grandes nombres como entrenadores. Scolari y Marcello Lippi también pasaron por allí. Pero lo que realmente llamó la atención de este club fueron sus fichajes de jugadores. Desde muy pronto empezaron a llevarse grandes jugadores más que aprovechables para el fútbol europeo.

El primero fue el argentino Darío Conca, en 2011, por 8 millones de euros. Después fueron llegando más. Lucas Barrios, Elkeson, Diamanti, Ricardo Goulart, Alan, Paulinho, Jackson Martínez, Talisca... y hasta Robinho. Otros clubes como el Shanghai SIPG (tienen el récord de traspaso de la liga con los 60 millones de euros que pagaron por Oscar al Chelsea), el Jiansu Suning, el Beijing Guoan o el Dalian Yifang se fueron sumando a un mercado que no paraba de aumentar. El proyecto del fútbol chino fue un fracaso.


La burbuja estalló en el fútbol chino y no solamente por la pandemia. Las estrellas se han ido marchando y ya casi no quedan aquellos reclamos que hará unos diez años convirtieron a la Superliga China en un paraíso de salarios a espuertas para los futbolistas foráneos. Hulk evidencia la tendencia. El brasileño sorprendió a Europa cuando prefirió en 2016 dejar el Zenit en uno de los mejores momentos de su carrera para enrolarse en el Shanghai SIPG. Por entonces China quería situar a su liga como una superpotencia y lo hacía a golpe de talonario para tentar a estrellas o jugadores de cierto recorrido en el fútbol europeo. Estos se mudaban al calor de un sueldo que multiplicaba el que percibían en sus clubes de procedencia.

Pero poco a poco la crisis se fue comiendo esas aspiraciones, incluso desde antes de la pandemia. Los clubes de la Superliga, son grandes firmas detrás, habían gastado cantidades ingentes de dinero para atraer a esos jugadores que brillaban en Europa. Pero eso se ha acabado. El sitio especializado en China Sixth Tone expone la situación actual, calificando a la Superliga de "pesadilla" ya que 12 de los 16 equipos que la componen no están al corriente de pago con sus jugadores. Y eso que antes las estrellas ya habían ido dejando. La crisis del Guangzhou Evergrande resumía todo a principios de temporada.


El ganador de de ocho ligas de la última década se iba al garete después de que la immobiliaria que soportaba el músculo financiero del club arrojara deudas por valor de 300 millones de dólares. Antes había firmado sin miramientos a jugadores como Jackson Martínez o Paulinho. Pero en 2017 el club empezó a ir a la deriva hasta acumular un déficit de 270 millones. O qué decir del Jiangsu, el último campeón, que anunció el cese de operaciones. "Los clubes ya estaban sufriendo pérdidas deslumbrantes antes de la pandemia. Desde que llegó el COVID-19, sus finanzas habían caído en picado. La liga regresó después de una pausa de cuatro meses , pero la acción se ha visto ensombrecida por la caída sin freno. La situación es terrible, y el futuro de casi todos los clubes está en peligro", se explica en un amplio reportaje en Sixt Tone.






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