El buen hacer del Newcastle de Eddie Howe


Uno mira la clasificación de la Premier League y ve al Newcastle en los puestos de honor, nada más y nada menos que luchando por las plazas que otorgan la participación en la Champions League. Entonces te preguntas: ¿Cómo es posible?. Pues eso vamos a analizar. Que no todo es tan malo y catastrofista como lo pintaban y sobretodo el buen hacer el mister, de Eddie Howe. 

Tirando de clasificación histórica en la Premier League (que probablemente sea una época más gris aun viviendo aquellas temporadas a mitad de los años 90), nos encontramos ante el octavo mejor equipo del país. Si nos retrotraemos a la clasificación histórica de la extinta First Division y sus más de 100 temporadas, estamos ante el noveno clasificado. Poca broma.

Su palmarés no es pequeño. Ganaron 4 títulos de liga (1904/1905, 1906/1907, 1908/1909 y 1926/1927), 6 FA Cup (1909/1910, 1923/1924, 1931/1932, 1950/1951, 1951/1952 y 1954/1955) y una Community Shield en la temporada 1909/1910. Además, conquistaron el campeonato de la segunda categoría en otras 4 ocasiones (1964/1965, 1992/1993, 2009/2010 y 2016/2017). A nivel internacional también ha probado las mieles del triunfo en varias ocasiones, ganando la Copa de la UEFA en 1969 y la Copa Intertoto de 2006.

El Newcastle es, en definitiva, un equipo acostumbrado a competir y luchar por títulos. Sus aficionados no exigen ganar pero sí que quieren ver a su equipo pelear por objetivos y, durante los últimos años, eso se había perdido… hasta ahora. El declive de los inquilinos de St. James’ Park se remonta a 2007. Aquel año desembarca como nuevo propietario Mike Ashley, un magnate cuyo imperio se forjó a golpe de ventas. Propietario de la marca Sports Direct, la famosa cadena de ropa y complementos deportivos. 


Los inicios de Ashley fue idílica.. Los aficionados magpies sentían que los antiguos propietarios, Sir John Hall y Freddy Shepherd, ya no aportaban aire fresco al equipo y abrazaron con efusividad la llegada de un nuevo dueño, rico y con un punto de excentricidad de esos que gustan por las islas. Una de las primeras medidas populistas de Ashley fue montar un desplazamiento en furgoneta a un encuentro del Newcastle fuera de casa, en el que el propietario viajó rodeado de hinchas.

El idilio se completaba con la llegada al banquillo de Kevin Keegan. Héroe local y entrenador con el que el Newcastle estuvo a punto de alzar el título liguero de la campaña 1996/1997. Pero segundas partes nunca fueron buenas y la ilusión no tardó en desvanecerse. Ashley se entrometía en las decisiones deportivas y, socialmente, pasó de ser una figura conocida y reconocida en Newcastle, a apenas dejarse ver en contadas ocasiones por el palco de St. James’ Park.


En 2009 el Newcastle desciende a Championship y en 2016 repite desastre. La afición es una de las más fieles de Inglaterra pero llegó un momento en el que sólo encontraron una manera de protestar ante Ashley: Dejar de ir al estadio. La afluencia en uno de los estadios más poblados de la Premier League se resentía. El segundo descenso tuvo un protagonista inesperado: Rafa Benítez había sido el golpe de timón con el que el amigo Mike quiso enderezar un barco con demasiados agujeros en la quilla. El técnico español no pudo evitar el naufragio pero aceptó la tarea de reflotar el buque y lo hizo como campeón de Championship.

Con el equipo de nuevo en la élite y un técnico cabal al mando, se volvió a desatar la ilusión entre la parroquia blanquinegra… de nuevo duró poco porque Benítez (que se marchó como un héroe entre los supporters) entendió que dirigir esa casa de locos era algo insostenible. En ese momento Ashley había decidido que no iba a fichar a ningún jugador mayor de 25 años y se negaba a reclamar las peticiones de Benítez para acometer unas muy necesarias obras en el campo de entrenamiento.


En 2020 PCP Capital Partners, el grupo Reuben Brothers y el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí (PIF) se lanzaban de cabeza a la compra del paquete accionarial de Mike Ashley. Desde el minuto 1 la operación fue sumamente cuestionada y el proceso no se llevó a cabo. 

La afición magpie volvía a llevarse el revés de no quitarse de en medio la molesta presencia de Mike Ashley y el equipo parecía condenado a otro estropicio en forma de descenso. Steve Bruce ocupaba el cargo de entrenador desde que se marchó Benítez

Pero el equipo estaba colista, pero en octubre de aquel 2021 se materializó la compra del club por un valor de 300 millones de libras (354 millones de euros), poniendo fin a los 14 años de mandato del Ashley. ¿Los protagonistas? Los mismos que un año antes lo intentaron de manera infructuosa.


El consorcio saudí se hacía con el 80% de la propiedad, con un 10% adicional para los promotores inmobiliarios Simon y David Reuben, y otro 10% a PCP Capital Partners, de la inversora británica Amanda Staveley. El movimiento mercantil propiciaba que los de St. James’ Park se convertían, de un plumazo, en el club de fútbol más acaudalado del mundo, con un respaldo de 350.000 millones de euros.

Y desde este momento es dónde aparece nuestro protagonista: Primero se prescindió de Steve Bruce y llegó Eddie Howe al banquillo. Una vez abierto el mercado invernal imperó la lógica y se reforzó el equipo con el delantero Chris Wood y el centrocampista Bruno Guimaraes. Fichajes más necesarios que mediáticos. Pese a las dificultades iniciales, el equipo mantuvo la categoría con relativa solvencia.

En verano se siguió la línea de sobriedad: el defensa Sven Botman, Alexander Isak, Matt Targett y Nick Pope se unieron al elenco de Howe y el equipo comenzó a carburar, pero a carburar a lo grande. La idea del técnico calaba y el equipo se ha estado codeando, en la distancia lógica, con Arsenal y Manchester City. Incluso en un momento de la temporada, los magpies estaban segundos, por delante del equipo de Guardiola.


Las claves, más allá de un técnico que ya demostró en Bournemouth que sabe de qué va esto, se basan en un inabarcable Bruno Guimaraes, en la seguridad defensiva que Botman y el meta Pope inspiran y en el crecimiento brutal de un Joelinton que ha visto como retrasando su posición al centro del campo, ha multiplicado sus prestaciones ofensivas.

Un 1-4-3-3 con un despliegue físico y una seguridad atrás nunca vista en el conjunto inglés, con un juego alegre y divertido en una ciudad gris y jugadores que han llegado y han carburado a las órdenes de nuestro querido entrenador. 

Creo que va a ser difícil que terminemos viendo al Newcastle clasificado para la próxima Champions League, dada la atroz competencia, pero las bases están puestas y cuando acabe sucediendo, que terminará sucediendo, sí que es muy probable que veamos fluir el dinero a espuertas para la llegada de figuras de talla mundial. Actualmente marchan cuartos con 40 puntos, a diez de Arsenal, líder y a cinco del City, segundo. Actualmente en Champions, pero el Tottenham quinto a un punto y Liverpool y Chelsea con ganas de apretar en la 2a vuelta. El tiempo irá diciendo si las urracas vuelven a buscar objetos brillantes en forma de trofeo. Las condiciones son propicias para ello. 



Uno de los datos más sorprendentes es que sólo han perdido un partido este año, a la altura de los mejores equipos de Europa como el FC Barcelona, y son el equipo menos goleado de la Premier League con 12 tantos en contra. Una locura a principio de temporada para los pupilos de Howe. 

"Los títulos necesitan inversión, tiempo, paciencia y trabajo en equipo", afirmó Amanda Staveley, cabeza visible del PCP Capital Partners que junto al RB Sports & Media tiene el 20% de un Newcastle que controla (80%) el Fondo Soberano saudí tras adquirirlo en octubre de 2021 por 320 millones de euros.

Un plan que han llevado a cabo de forma acelerada. Hace un año, tras 20 partidos, eran penúltimos en la Premier con 12 puntos y un triunfo. Ahora, son cuartos con 40 y una única derrota. "Los objetivos son enormes. No hay techo. Nos ven como candidatos a la Champions, pero hay que estar tranquilos", confesó Eddie Howe,  que relevó a Steve Bruce en noviembre de 2021 con el equipo en descenso y desde entonces ha ido para arriba como la espuma. 


El reto es mayúsculo: no juegan en Europa desde 2013 y en la Liga de Campeones desde 2003. Están volviendo subidos en la ola que eleva la inversión saudí. Los fichajes de enero de 2022 por 101,1 kilos les dieron un salto de calidad con el que se salvaron con holgura. Y los 185 millones gastados en Isak, Botman, Pope... esta temporada han fortalecido más a un equipo que está rediseñando la Premier. Han creado el Big 7. Bienvenido de nuevo Newcastle. Y dejen paso a Sir Eddie Howe. 

Post Carlos LZ
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