El secreto de Pulcinella del S.S.C. Napoli
En estas fechas, que han estado próximas al carnaval, las tradiciones atraen a todos los turistas y aficionados al arte y a la cultura partenopea. Las calles son ricas de perfumes de los platos tradicionales, los bares llenos de gente saboreando las infinitas variedades de comida típica y las tiendas ofrecen cada tipo de recuerdo a los turistas más exigentes. Entre los souvenirs se ven mascaras típicas propias de la tradición popular de la ciudad como la máscara de Arlecchino o la más típicas, entre muchas, la de Pulcinella. Detrás de esta mascara se esconden varios significados según la tradición.
Esta máscara, en concreto, representa simbólicamente al hombre sencillo que intenta afrontar los problemas que la vida le pone delante siempre con la sonrisa. Personifica a un tipo de personaje que, en constante contradicción consigo mismo, se burla de sí y es muy astuto, es cómico y trágico a la vez, a veces de fiar y otras veces arrogante, rico de ingenio, pero pobre de estatus social. Pulcinella finalmente simboliza todas las cualidades y los defectos del pueblo napolitano, muchas veces en crisis, pero siempre pronto a levantar la cabeza y siempre pronto a reírse de los más potentes encontrando siempre una escapatoria para revertir situaciones adversas, una verdadera arte que muchos han atribuido a la gente de Nápoles y que, inevitablemente, impregna a los jugadores que la viven.
Pulcinella desenmascara todas las mentiras y todas las hipocresías de los que detienen el poder y que se aprovechan de ello para oprimir al resto del pueblo sin caer gracias a su capacidad habladora siendo considerado, para muchos, un gran charlatán. Por eso, la tradición asocia a la máscara la característica de nunca callar, de no poder nunca mantener el silencio, de no poder guardar ningún secreto y de allí la expresión, que ya se ha vuelto típica en la lengua italiana, de “Il segreto di Pulcinella”, que personifica el tentativo de mantener en secreto algo que ya no lo es, para subrayar una obviedad que está delante de los ojos de todos y que todos saben y no obstante se comportan fingiendo de no saber.
Es curioso observar como el sentido propio de Pulcinella parezca encarnarse en los valores y el espíritu del conjunto partenopeo, siempre en lucha con equipos más ganadores y acostumbrados a ganar trofeos a golpes de talonario. Igual de curioso es el secreto de Pulcinella que, aplicado al mundo del futbol, y más en concreto al campeonato de serie A, ve la nueva “outsider” de la competición transalpina que vuela a ritmo de récords hacia la victoria del tercer “scudetto” de su historia, sin embargo, los mismos aficionados en Nápoles no quieren afirmar todavía lo que ya parece una estupenda realidad, es decir que el Napoli será ganador, a pesar de que los datos de los últimos partidos del campeonato hablen por si solos.
Saltan a la vista dos números, echando una rápida ojeada a la clasificación de la Serie A, una cabeza de serie con 68 puntos en veintiséis partidos jugados y detrás, en segundo lugar, con 50 puntos para el Inter, la Lazio de Maurizio Sarri, el ultimo entrenador en conseguir derrotar a al líder con un 0 a 1 al estadio Diego Armando Maradona, con 49 y en tercera posición. El resultado es contundente, 18 puntos de diferencia, una ventaja que se podría considerar sideral, cifras inesperadas a las que la misma serie A no estaba acostumbrada. Los puntos que distancian la primera de la segunda se convierten en una obviedad que indica, casi con total seguridad, quien será el ganador del “scudetto” en este 2023 y el no afirmarlo podríamos por lo tanto decir que es un secreto de Pulcinella.
El artífice de estos resultados, el gran director de orquesta del conjunto azul es un amante y productor de uno de los mejores vinos “marca Italia”, el Chianti, Luciano Spalletti. Originario de Certaldo, en la provincia de Florencia en la región de Toscana, Luciano cumplió 64 años el 7 de marzo y no tiene ninguna intención de repetir el amargo epilogo que le tocó vivir en el 2008 cuando vio esfumarse el sueño de ganar el scudetto como entrenador de la Roma, en aquel entonces, a pocos minutos del final de la temporada.
En su palmarés consiguió ganar 2 veces la “copa Italia” y una supercopa de Italia con la Roma y lejos de Italia, precisamente en Rusia, con el Zenit de San Petersburgo ganó el campeonato local, y por dos veces consecutivas, en 2010 y 2011-2012, además de una copa y una supercopa de Rusia. En su carrera fue entrenador del Empoli, Sampdoria, Venezia, Ancona, Udinese, Roma e Inter de Milán. El actual entrenador elegido por el presidente De Laurentis en el mayo del 2021 es muy peculiar, sobre todo en sus ruedas de prensa y se hace fuerte de sus aforismas y su uso brillante y directo de la psicología aplicada al futbol, por ejemplo, cuando le preguntan de qué manera este Nápoles consigue desbloquear el reparto ofensivo, él contesta que “se necesita la curiosidad de ir a ver qué es lo que hay detrás de una línea defensiva”.
No hay entrevista donde el técnico toscano no mencione a su grupo, a la unidad que se ha ido creando a lo largo de la temporada entre sus jugadores, una armonía perfecta que ha creado una maquinaria donde los engranajes funcionan a la perfección y donde cada uno interpreta de forma inteligente su labor. Los antiguos recuerdos de las difíciles relaciones con Francesco Totti en la Roma y con Mauro Icardi en el Inter ya son solos recuerdos de un pasado que el técnico se ha echado atrás.
En su equipo no hay tiempo para problemas internos, no los ha habido desde el principio y ha sido uno de los puntos de fuerza, un modelo para fabricar puntos y poner las piezas del puzle para conseguir un scudetto que lleva treinta tres años lejos de la ciudad. Recordamos que el Nápoles fue líder y campeón de invierno con 50 puntos en 19 partidos, un tren de alta velocidad desde el principio. Spalletti, el míster que ama el 4-2-3-1, y que según sus jugadores se adapta también al 4-3-3, quiere ver aplicado su mantra de juego del bloque alto en el rectángulo de juego.
En una de las muchas entrevistas menciona una acción defensiva de sus jugadores en un partido contra el Sassuolo, subrayando como el repliegue se manifieste conjuntamente por parte de casi todos los jugadores que recuperan el bloque bajo con una rapidez casi voraz, “la total disponibilidad en estos momentos hace la diferencia, tenemos a profesionales y buenos chicos. Todos corren para ayudar, están preparados para luchar y machacarse hasta la última gota en el campo para un resultado porque cada partido puede ser diferencial para nosotros. La clave está en la manera de entrenar. Si hacemos las cosas hechas bien, con el sentido del límite, el nivel de los entrenos subirá y hará que estemos preparados, sobre todo en Europa. Estamos fuertes”.
La unidad es un factor determinante si se añade la simbiosis con los aficionados que, gracias al técnico y a su staff societario, pueden asistir a muchos entrenos a puertas abiertas propio con el fin de consolidar y reforzar el matrimonio entre hinchas y equipo además de organizar amistosos con la primavera y así, pues, dar minutos a quien juega menos. Obviamente Spalletti no es el único protagonista.
El 2022 y 2023 se está revelando el año donde indudablemente estos valores de cohesión propios de un equipo líder están siendo foco de atención por parte de todos los medios deportivos. Salta a la vista otra curiosa analogía entre la máscara de Pulcinella, vista al principio de nuestra historia, y otra mascara que nos hemos acostumbrados a ver, partido tras partido, en el terreno de juego y que está apasionando no solo a los aficionados de la ciudad partenopea que le han dedicado hasta una tarta y una canción, ya viral en la ciudad, sino que empieza a llamar la atención incluso de otros equipos europeos.
Con 18 pequeños tornillos que están implantados en su cara tras una fractura durante una acción de juego, su médico afirmará que el jugador juega con más seguridad ahora que antes de la intervención, se le tuvo que aplicar esta mascara protectora que se ha vuelto famosa y caracteriza uno de los delanteros más en forma de la temporada actual de la serie A, Osimhen, el 9 del SSC Napoli. Víctor James Osimhen, clase 1998, el jugador nigeriano de Lagos, crecido en la Strikers Academy de Lagos, gana el mundial en Chile en el 2015 con la selección nigeriana sub-17 siendo pichichi con 10 goles, ha militado en el Wofsburg, en el Charleroy del campeonato belga y en el Lille hasta aprodar al Nápoles en el 2020. El delantero sigue arrasando y se entiende a la perfección con sus compañeros que juegan casi a memoria con él.
El “bomber” tiene en su activo, hasta la fecha, 19 goles en 26 partidos de campeonato que lo coronan capocannoniere actual y los duetos con el compañero georgiano Kvaratskhelia, autor, contra el Atalanta en esta última jornada liguera, de uno de los goles más guapos de lo que va de serie A hasta ahora, otra apuesta acertada del director deportivo Giuntoli, son un arma destructiva para todas las defensas adversarias, 2 nuevos jóvenes talentos que traen frescura, goles y asistencias a una serie A que se ha quedado un poco obsoleta. Finalmente, un reparto ofensivo que se completa con el hijo del Cholo Simeone, el Cholito Giovanni, fresco de convocatoria por parte de la selección argentina, que aporta garra y experiencia en fase ofensiva.
No pasa desapercibido tampoco el reparto defensivo con Meret entre los palos, el portero que no recibió ningún gol en todo el mes de febrero convirtiéndole en uno de los menos goleados de todo el campeonato y sus pilares defensivos como el sudcoreano Kim Minjae, el enésimo fichaje acertadísimo y el kosovar Rahmani siempre atento y siempre bajo la mirada atenta del capitán de este equipo, el italiano Giovanni Di Lorenzo, por un total de 15 goles subidos, el equivalente de la mejor defensa de la serie A.
Todos los jugadores, a la orden del técnico con más de mil banquillos en su activo, interpretan a la perfección su filosofía de juego, la estratégica agresividad en bloque alto con el fin de robar el balón en el área adversaria y mantener a los rivales lejos de su propia área. Los repartos están bien ordenados gracias a los filtros físicos de la línea mediana donde encontramos a Anguissa, como si fuera un pistón en constante movimiento, para arriba y para abajo, dotado de una gran inteligencia táctica y suportado por el “regista” de Eslovaquia, Lobotka, que juega como libre delante de la línea defensiva y fundamental en el cierre de los espacios creados por los contendientes. Una sociedad que también se ha organizado a nivel contractual renovando a muchos jugadores, entre los más jóvenes, con 23 años, Raspadori y Elif Elmas y Alessio Zerbin.
Un grupo que podría abrir un ciclo ganador quizás, pero no hay que insinuarlo ni al presidente De Laurentis ni a Luciano Spalletti porque cuando escuchan la palabra scudetto suelen contestar con medias sonrisas o con guiños de ojo sin admitir que el sueño este año puede ser realidad. Volvemos al famoso secreto de Pulcinella, el Napoli ganará la serie A, todo el mundo lo ve, todo el mundo lo sabe, pero nadie lo afirma.
La gente deja que sean los hechos a demostrar sus deseos más escondidos, así pues las calles ya se van llenando de camisetas azules con los nombres de los jugadores y de banderas con el tercer scudetto que empiezan a aparecer tímidamente por toda la ciudad, aumentan los pedidos de la “tarta Osimhen”, se ven banderas de la Georgia en honor a Kvaratskhelia, ya bautizado Kvaradona, los turistas aumentan cada vez más y después de la visita ritual en el Largo Maradona en el barrio famoso por el murales de Maradona, en los “Quartieri “Spagnoli”, se observan otros murales en honor de Di Lorenzo, Osimhen y Kvara.
El actual 4-3-3 se puede ver hasta colgando en la ropa tendida en los hilos que van de un edificio al otroLa fiebre para la fiesta va en crescendo y nadie, parece, podrá parar este grupo ganador. Solo la matemática dará la libertad al aficionado de poder pronunciar por fin la palabra scudetto después de 33 años.
Fausto Mangione (@serpicomangio @serpico_81)
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