La leyenda de Kiricocho


Cuenta la leyenda que Kiricocho fue un hincha de Estudiantes de la Plata que cada vez que iba a un partido añoraba que sucediera alguna desgracia al equipo rival. Una lesión, que falle algún remate, una expulsión, cualquier desventaja para el equipo contrario era un deseo ferviente para Kiricocho.

Esta particularidad del hincha hizo que se interesara el por entonces DT Carlos Bilardo, que decidió pedirle que por favor cumpla con su cuota de cábala y esté presente para recibir a los rivales en el estadio.

Los números lo acompañaron: Estudiantes de La Plata fue campeón del Torneo Metropolitano 1982 y solo perdió un partido como local, ante Boca, cuando Kiricocho no pudo acercarse al plantel xeneize.

Tal fue el éxito de la "campaña de Kiricocho" que su apellido comenzó a ser un secreto a voces sobre lo infalible de su “gafe”.


Con el paso del tiempo, la leyenda de Kiricocho también acompañó a Bilardo en su carrera como entrenador, y con la llegada del DT argentino al Sevilla el hechizo cruzó el charco.

"Quiricocho era un muchacho que siempre estaba con nosotros, y que como ese año salimos campeones lo adoptamos como amuleto. Era un buen pibe pero después ya no lo vi más. Pero aunque no lo creas, cuando fui a España a dirigir al Sevilla hubo un penal para los otros y escuché que alguien atrás mío gritó: ¡Quiricocho, Quiricocho! Yo no lo podía creer, hasta que el Cholo Simeone y Maradona me avivaron de que ellos lo habían dicho un par de veces y que el resto lo aprendió”, contó años más tarde Bilardo.

El dicho se ha vuelto muy popular en el resto del mundo. Muchos argentinos se han apropiado de la identidad de Kiricocho desde la década del 80 y se la han trasladado a compañeros de todas partes y de muchos equipos. Así es como Chiellini decidió invocar a "Kiricocho" cuando Saka iba a chutar el penal en la final de la Eurocopa, que finalmente falló y con ello Italia se consagró campeona de Europa. Grandes campeones como Maradona y Simeone también utilizaban el término con mucha frecuencia. Y los jugadores uruguayos, tan contagiados del país vecino, también comenzaron a aplicarlo.

En Europa se extendió poco a poco, y en la actualidad es frecuente escucharlo en varios campos a lo largo y ancho del mundo como un método para echar mala suerte sobre los rivales.

La anécdota de Erling Haaland en el BVB es aún más curiosa. En un duelo ante el Sevilla, por los octavos de final de la Champions League, el arquero Bono le lanzó al noruego el gafe, en el momento que este debía marcar el penal, y por supuesto lo erró. Pero luego, el delantero de Borussia Dortmund volvió a patear otro penal y mientras tomaba carrera para patear se alejó gritando "Kiricocho", "Kiricocho" al arquero, aún sin saber que significaba, pero el noruego no había necesitado saber el significado para entender lo que había detrás. Lo marcó. ¿Contragafe?.

Luego del partido, tras ser consultado sobre la situación, Haaland expresó: "No sé lo que significa, pero le dije lo mismo que me dijo él a mí cuando fallé el primer penal. Quizás es el karma después de eso".

Una de las leyendas más asombrosas del fútbol, que ha traspasado fronteras y que desde luego es curiosa e interesante. ¿Existirá realmente el gafe de Kiricocho?

Post Daniel Moreno
@danimoreno81

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