Simplemente, Abel Ferreira

“Tenemos que disfrutarlo sabiamente, ¿de acuerdo? Usemos nuestra agresividad de la manera correcta, con calma, con la cabeza fría y el corazón caliente. Con nuestra calidad, juntos, somos fuertes como equipo. Pensamiento positivo en busca de un buen resultado de principio a fin”.

Estas fueron las palabras del discurso que alentó el entrenador Abel Fernando Moreira Ferreira, más conocido como Abel Ferreira, para muchos un desconocido proveniente de Europa y para otros se revelará un genio del futbol moderno, quien terminó su arenga con un grito al estilo haka de los All Blacks. Sus ojos vivos, ensangrentados, ojos de quien vive por dentro el calor de la pasión y la energía que transmite colma el corazón del conjunto “Verdao” listo para salir al campo. Los futbolistas del Palmeiras, unidos alrededor de su técnico, acompañaron sus palabras con más gritos, respirando aquella energía y pasión antes de volver a saltar al terreno de juego. Así de motivados plasmaron toda aquella energía acumulada en un contundente 3-0, con los tantos de Rony, Luiz Adriano y Viña que definieron el resultado contra el River en el primer encuentro de las semifinales de la Copa Libertadores.

La fuerza que desprendió definitivamente aquel grito liberador, un grito ganador que finalmente se transformó en el grito del primer entrenador del Palmeiras en conquistar dos veces consecutivamente la final de la Copa Libertadores, en el 2020 contra el Santos y en la edición del 2021 contra el Flamengo. Todo un récord para el verdao que puede así soñar para la conquista de su tercera copa consecutiva.

Aquellas palabras que destacaron más en su discurso, cabeza fría y corazón caliente, dieron vida incluso a una publicación que se tradujo en el libro escrito por el mismo técnico portugués y sus ayudantes, Joao Martins, Carlos Martinho, Vitor Castanheira y Tiago Costa siempre presentes en cada toma de decisión y que describe la trayectoria de este período victorioso, desde noviembre 2020 hasta noviembre 2022, así pues admite que “a lo largo de mi carrera he ido creando nuestro equipo técnico, concretando lo que cada uno de los integrantes tendría que hacer dentro de la organización. Carlos, Joao, Tiago y Vitor no son mis auxiliares ni mis ayudantes, ellos son mis entrenadores”.  Además, traza un claro dibujo de las conquistas que quedaron clavadas en la eterna gloria de los hinchas del Palmeiras, de los jugadores y del club en estos dos años, nueve finales disputadas y seis títulos: 2 Copas Libertadores, 1 brasileirao, una copa de Brasil, 1 Recopa Sudamericana y un Campeonato Paulista tras derrotar al Sao Paulo en la final. El portugués es, ahora, considerado un genio que vino a Brasil con un preciso plan y, en su obra “Cabeça fría, coraçao quente”, cuenta con todo detalle los problemas, las dificultades y los momentos felices de su carrera en los pocos meses del futbol brasileño.

Cuando llegó al Palmeiras, a pesar de la breve pero intensa experiencia europea y el pesante apodo de “mini Mou”, el técnico portugués originario de Peñafiel, ciudad situada en la región de Oporto, empezó a demostrar su valentía que propio en su ciudad natal plasmó como jugador del Peñafiel militando después en equipos como Vitoria Guimarães, Sporting de Braga y Sporting de Portugal.  Mientras como entrenador Abel empezó con el equipo de Braga y en poco tiempo consiguió la clasificación para la Europa League 2017/2018. A pesar de no pasar de la fase de grupo, obtuvo la cuarta plaza en la liga llegando hasta las semifinales de la Copa de Portugal, perdiendo contra el Sporting. En el 2019, en su experiencia griega, entrenó al Paok de Salónica y fue subcampeón en su liga. A partir de estas experiencias se empezó a notar en él un increíble potencial en descubrir y potenciar a jóvenes talentos gracias a su ojo clínico para las nuevas promesas. Gracias a estas características, en 2020, consiguió llegar a Brasil, para guiar al Palmeiras.

Vive el futbol de forma intensa y con mucha pasión, siempre efusivo con sus jugadores tanto en celebrar sus goles como en la protesta para alguna acción que cree injusta. La forma en que Abel y su equipo compartieron sus percepciones, metodología, diálogos y los muchos detalles del proceso de aprendizaje es de una magnitud impactante que se reflejó en campeonatos intensos encarados con espíritu aguerrido y con la misión impresa en cada acción: "yo solo conozco una forma de mejorar: entrenando”. La esencia del joven técnico y de su staff se traduce en la firmeza de sus trabajos estructurados y movidos por la sed de aprender y finalizados a la mejora bajo el lema de “querer ser mejor, querer aprender y evolucionar con mis experiencias”, dice Ferreira y añade, “la exigencia, el talento y el respeto serán las consignas aquí. Ayudemos a los más jóvenes, que son jugadores con talento y calidad, pero también hay que respetar al máximo a los veteranos, que deben ser ejemplo para los más pequeños. Sé cómo piensan los jugadores, porque esa ‘escuela’ a la que ellos asisten, yo ya la caminé. Sé cuándo están frustrados. Nadie está por encima de la grandeza de Palmeiras”.

Para los hinchas del “Verdao” fue aterrador, en el sentido positivo del término, darse cuenta de la diferencia de mentalidad de trabajo de él con respecto a otros entrenadores nacionales, la gestión completa, el estudio meticuloso de los oponentes, y la forma de trabajar impartida a los jugadores. "Disciplina, trabajo duro y vuestro talento”, son los valores y los propósitos colectivos que definen una mentalidad diferente, quizás más europeas, que trae el entrenador y que guían el conjunto brasileño hacia la conquista de los títulos.

Abel representa a la perfección la figura del técnico moderno que une pasión futbolera a una preparación técnica detallada enfocada a sus jugadores a través de la tecnología. Aunque parezca raro, el luso aprende a diario las diferentes características de cada uno de sus futbolistas también gracias al utilizo curioso de una herramienta muy conocida en el mundo deportivo, el videojuego de “Football Manager”, donde los participantes se transforman en manager de los equipos de fútbol. La pasión para este juego remonta a los tiempos de Peñafiel y el mismo lo reconoce en una entreviste a GloboEsporte: "Yo ya jugaba... pero cuando era futbolista, en mis primeros años, no me gustaba entrenar a los mejores equipos. Todos mis compañeros eran campeones y ganaban, pero la realidad no es así", afirmaba el entrenador portugués, “puedo ser campeón en mi nivel: entrenar al Peñafiel y no bajar, por ejemplo. Entonces ya estoy alcanzando mi meta. Así vi ese partido. Entrené mucho al Peñafiel. Intentando subir a primera división, con uno de los equipos más viejos en Segunda Liga. Lo hice muchas veces, lo confieso, pero fue una forma de pasar el tiempo", concluye.

El joven entrenador reconoció seguir utilizando este videojuego que gracias a sus preciosas estadísticas le permiten estudiar las características técnicas, mentales y físicas de algunos jugadores que vienen propuestos al Palmeiras.

La realidad actual, y los resultados conseguidos hasta ahora con el Verdao, le dan la razón, sus recursos son incuestionables y quizás pueda tener chances para volver a Europa y, esta vez, entrar por la puerta grande como entrenador ya afirmado.

 

Fausto Mangione (@serpicomangio @serpico_81)

Comentarios

Entradas populares