La trágica historia de Mirko Saric
"Mirko, el desayuno está listo" le dijo Ivana Saric a su hijo, pasadas las once de la mañana del 4 de abril de 2000. Al verlo durmiendo, ella decidió volver al comedor. Una hora después, la madre volvió a la habitación que compartían los hermanos en la casa de la calle Fabre al 1200 en el barrio de Flores. Y la imagen que encontró fue la de su hijo ahorcado con una sábana, que había atado sobre una barra que su hermana Mirna utilizaba para hacer ejercicio. Inútiles fueron los esfuerzos de ellas y algunos vecinos para tratar de reanimar el cuerpo. Para cuando la ambulancia había llegado, el veredicto era definitivo: Mirko Saric había fallecido. Tenía 21 años.
El día que Mirko Saric nació, Argentina jugaba su segundo partido de la fase de grupos del Mundial 78 contra Francia, el 6 de junio, pero su bautismo con el fútbol profesional fue el 22 de diciembre de 1996, cuando en la derrota de San Lorenzo contra Unión en Santa Fe por 2 a 0, ingresó a los 41 minutos del segundo tiempo en reemplazo de Pipo Gorosito. Si bien tuvo una continuidad a partir de 1998, desde ese partido vistió la camiseta azulgrana durante 52 partidos, marcando cinco goles. El primero de ellos fue en la derrota contra Racing el 22 de febrero de 1998, y el último también contra Racing por el Clausura 99, el 20 de junio cuando su club goleó 4 a 0. Su último partido fue el 3 de diciembre del mismo año, en el triunfo contra Vélez por 2 a 0 cuando ingresó a los 15 minutos del segundo tiempo en reemplazo de Walter Erviti.
Los datos fríos no mostraban lo que realmente ocurría con Mirko. Él era víctima de una depresión que era conocida dentro del plantel, como también en el cuerpo técnico y dirigentes del club de Boedo, pero a su vez su familia ya contaba con un profesional de la psiquiatría para su tratamiento. Su perfil público lo mostraba risueño, incluso estuvo mirando la victoria de su club contra Ferrocarril Oeste, cuatro días antes de su decisión. La nota de El Gráfico del 11 de abril de 2000 titulada "Recordando a Mirko", contenía declaraciones de sus compañeros y amigos del club que mostraban a su amigo como una persona amorosa y llena de bondad. Entre otros jugadores, el Chupa López, Bernardo Romeo, Oscar Passet, Albano Bizarri y Guillermo Franco decían, además, que Mirko era una persona curiosa: "Lo que me llamaba la atención era su interés por hablar con los grandes para aprender de fútbol" decía Passet. Una de las declaraciones más emotivas de la nota fue una frase que destacó Roberto Mariani, quien fue su técnico en las divisiones inferiores: "Un día, mientras charlábamos de fútbol, me dijo algo que hoy me conmueve: 'Yo voy a tratar de llegar, pero si no llego, voy a tratar de ser algo en la vida".
En diciembre de 1999, mientras disputaba un partido de reserva contra River, sufrió la rotura de sus ligamentos cruzados que, sumado a un pase fallido al Real Madrid por 10 millones de dólares y que San Lorenzo rechazó por ser baja la oferta, agravaron su cuadro depresivo. Lo que determinó su desenlace fue un conflicto personal que tuvo con la que era su pareja en aquellos años, tras enterarse que el hijo que esperaba no era suyo. Oscar Ruggeri declaró once años después que el mismo Saric le dijo, pocos días antes de su suicidio, que no le encontraba sentido a la vida, más allá de todo lo que estaba logrando siendo tan jóven. "No pasa por ahí", le dijo el volante.
La noticia se esparció rapidamente, y la misma dirigencia azulgrana se encargó de todo lo referente a su velatorio. El equipo debía disputar dos partidos en esa semana: uno, el 6 de abril contra Cerro Porteño por la Copa Libertadores y que, por presiones del equipo paraguayo, se jugó (el equipo argentino perdió 3 a 1 y quedó eliminado), y otro, el domingo 9 contra Boca en el Nuevo Gasómetro: más allá del resultado (Boca ganaría 1 a 0 con gol de Riquelme), en la previa del partido la hinchada de San Lorenzo le demostró su afecto a los familiares de Mirko que ellos recibieron emocionados.
Si bien este caso generó impacto no solo por el nombre si no por la edad de Mirko, no sería el último. La depresión es uno de los temas sobre los cuales se habla poco dentro del ambiente futbolístico, como así también el machismo y su homofobia, entre otros. Pero lo que no es menos importante, es que la depresión en el fútbol es más común de lo que se cree. Un informe llevado a cabo por la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro) mostró un dato preocupante: un 38 % de los jugadores profesionales en activo notificaron síntomas de depresión. Dice el informe, "que hasta nueve futbolistas profesionales de un grupo de 25 personas podrían estar padeciendo síntomas de trastornos psíquicos comunes como el estrés psicológico, la ansiedad o la depresión". Conocido es el caso del portero alemán ex del Barcelona e internacional, Robert Enke.
La práctica profesional o semi profesional del fútbol ejerce sobre sus protagonistas una carga de presión sobre los resultados a obtener, y también sobre ocupar un lugar dentro de los equipos. Y antes de Saric, y después de él, la lista de nombres de jugadores que decidieron poner fin a su vida aumentó, solamente en Argentina: Alberto Vivalda, Oscar Shulmeister, Javier Morro García, Julio César Toresani, Samuel Rebollo, Mariano Alberto Gutiérrez, Héctor Larroque, Ramiro Castillo, Claudio Apud, César Borda, Leandro Cogrossi, Alexis Ferlini y Leandro Latorre son algunos de esos jugadores.
Post Daniel Moreno
@DMTorrejon
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