No todos saben ganar como Jayson Tatum
Cuando llegan los play-offs, los jugadores han de dar un paso al frente, pero cuando llegan los partidos decisivos, es donde se ven realmente a las superestrellas, capaces de jugar todo el partido sin miedo y sin temblarles la muñeca, leyendo el partido y dominando de principio a fin todos los registros.
Hace poco vimos a Stephen Curry anotar 50 puntos en el game 7 de su serie frente a los Sacramento Kings, pero ahora ha sido el turno de Jayson Tatum, que, viéndose contra las cuerdas en la serie, con 2 victorias para los orgullos verdes y 3 victorias para los Sixers, no solo fue capaz de hacer un partidazo y ganar en Philadelphia para recuperar el factor cancha en el séptimo partido, sino que además brilló en el séptimo partido con 51 puntos para aplastar a los 76ers del actual MVP Embiid.
Parece mentira como un jugador del calibre de Embiid, ha podido dejado tan al
descubierto sus debilidades, tanto en la pista como fuera de ella, dejando en
entredicho si realmente fue acertado el verle salir como el más votado en el
trofeo de MVP de la temporada
regular.
Hay que recordar, que todos los que han sido elegidos MVP de la temporada, a lo largo de su carrera han superado en algún momento la segunda fase de los Play-offs, disputando como mínimo las finales de conferencia, mientras que Joel Embiid, hasta la fecha, es el único jugador con este galardón que ha sido incapaz de superar la segunda ronda desde que llegó a la mejor liga de baloncesto del mundo, tiempo aún tiene, pero cada vez se le agota más el crédito que tiene por parte de los aficionados, que están empezando a dudar de si vale la pena seguir con “The Process”.
Por si fuera poco el varapalo que se ha llevado la
afición al ver cómo han pasado de: estar a un partido de eliminar a Boston, a
verse fuera de los play-offs a mediados del tercer cuarto del séptimo partido,
con un partido nefasto tanto de James
Harden (9 puntos) y de Embiid (15 puntos), a todo esto, hay que sumar las
polémicas declaraciones del jugador franquicia, tirando por tierra a los
compañeros, incluidos a un Maxey que
ha sido el que mejor ha estado en toda la serie frente a Boston y en especial
en el séptimo partido, donde hemos podido ver a un joven de 22 años sin miedo a
liderar al equipo y llegando a anotar 19
puntos, seguido por los 17 de Tobias
Harris.
Las declaraciones fueron: “Yo no puedo ganar solo. James Harden y yo no podemos ganar solos. Por
eso el baloncesto se juega 5 contra 5. Necesitamos que todos encuentren la
manera de ser mejores”. Y claro, decir esto después de tener un 5 de 18 en
tiros de campo, con un 0 de 4 en triples, capturar 8 rebotes, dar 1 asistencia
y tener 4 pérdidas de balón… pues no es la mejor manera de hacer autocrítica y
que tus compañeros te respalden en un futuro próximo.
Además, otra imagen que dio la vuelta al mundo, fue ver a Pj Tucker dando una charla a Embiid durante el cuarto partido para espabilarlo, ya que se podía ver al pívot cabizbajo, con miedo a tirar y sin ejercer de líder, y como se ha visto en este séptimo partido, si no fuera por Maxey y Tobias Harris, no habrían aguantado ni los dos primeros cuartos, ya que cuando más falta les hacían los lideres, estos volvían de los tiempos muertos con errores de bulto y pérdidas de balón que dejaban a Doc Rivers con el gesto desencajado desde el banquillo.
Pero una vez ya hemos podido ver que ha pasado en los
Sixers, toca hablar de la gesta de la serie y de estos Play-offs, ya que, si
nos maravilló el séptimo partido de 50 puntos del Chef, los 51 puntos de Jayson
Tatum dejando el TD Garden a falta de 3 minutos para terminar es para guardar
el partido y verlo una y otra vez.
Tatum, nuestro “The
Special One” de hoy, llegaba al séptimo partido después de meter 16 puntos en el último cuarto del sexto
partido para ganar a los Sixers en su cancha, avisándoles de que no es tan fácil
acabar con un equipo que cuenta en sus filas con un jugador que SÍ sabe ganar los partidos y las
eliminatorias, que no se esconde, y aunque pueda perder partidos o finales,
siempre da la cara y jamás se le ha escuchado criticar a ningún compañero.
“Taco
Jay”, como también se le conoce a nuestro hombre de la
noche, empezó el partido dejando claro que no iba a permitir que sus compañeros
vieran las finales de conferencia desde el salón de sus casas, y terminó el
primer cuarto con 11 puntos, para luego llegar
al descanso con 25 puntos, en un punto donde el partido aún estaba
igualado, pero faltaba por ver el momento clave de Tatum.
En el tercer cuarto, fue capaz de meter 13 puntos en menos de 6 minutos para
poner un parcial de 28 a 3, poniendo
el marcador en un contundente 83-58,
además de superar los 40 puntos
durante este periodo y de tener en su poder un doble-doble al capturar 10 rebotes durante el devenir del
partido.
Jayson estaba en racha y quería más, cuando llevaba 42
puntos, sus estadísticas reflejaban un espectacular 5 de 8 en triples, pero siguió a fondo hasta sumar 9 puntos más,
incluido un triple, para llegar a los 51
puntos, dejando el marcador en un inalcanzable 102 a 76, que convertía el TD Garden en una fiesta ante la cara de incredulidad de Doc Rivers y las
miradas perdidas de Embiid y Harden, que en ningún momento dieron señales
de poder darle la vuelta a la situación, dejando más malas decisiones que
jugadas para soñar en la remontada.
Con la remontada en la serie de Boston, nos quedan las mismas finales de conferencia que nos dejó la burbuja de Orlando, con la diferencia de que ahora si habrá que tener en cuenta el factor cancha, y que todos estos equipos disponen de más experiencia que en su momento, porque estas ya no son las primeras finales de conferencia para ningún líder de estas 4 franquicias, todos saben lo que es disputarlas, aunque no todos saben lo que es ganarlas, pero de las derrotas también se aprende, y seguro que ni Jokic ni Tatum quieren ver otra final entre Lakers y Miami, de la misma manera que Butler no quiere que Tatum repita finales de NBA por segundo año consecutivo y Lebron no quiere ver a Jokic disputar sus primeras finales.
Lo que está claro, es que los cuatro equipos cuentan
en sus plantillas con líderes que no se esconden, que no van a bajar la mirada
ni rendirse, y mucho menos van a poner excusas en caso de que no les salga una
buena eliminatoria.
Que pite el árbitro, que se eleve el balón y empiecen
las finales, porque no importan los MVP de temporada, lo que importa es el
ahora y lo que sean capaces de hacer cada uno de ellos por sus compañeros,
aficiones y por ellos mismos.
Solo un equipo podrá llevarse la gloria, pero el resto
si pelean como campeones se podrán llevar también el respeto del aficionado.
“I love this game”





Comentarios
Publicar un comentario