Lo que le espera a Wembanyama


Victor Wembanyama es, por fin, una realidad en la NBA. El joven francés fue elegido como número 1 del Draft de 2023 por los San Antonio Spurs y, ahora que se ha cubierto esta gran meta deportiva, “Wemby” tendrá que hacer frente a innumerables retos y situaciones, sin duda amplificadas por las expectativas que todo el mundo del baloncesto ha depositado en él.


Wembanyama, hijo de atleta congoleño y exjugadora y entrenadora francesa, nació el 4 de enero de 2004. Viviendo en un entorno en el que se respiraba deporte, el pivot de 2.24 m comenzó haciendo sus pinitos en fútbol como portero, además de practicar judo, para después centrarse en el deporte materno. Y no es para menos, pues con tan solo 10 años Victor ya contaba con 1.80m de altura.


Que Wemby ha pasado por equipos franceses ya lo sabemos, pero pocos conocerán que la estrella francesa fue cedida con 14 años al FC Barcelona para jugar la Minicopa del Rey, llevando al equipo a una notable 3ª plaza. Fue él mismo quien declinó la oferta para quedarse en España ya que no consideraba que los propios entrenadores pudieran hacerlo crecer como él esperaba.

Por supuesto, la decisión de permanecer en Francia le ha traído el palmarés de Mejor defensor, el mejor anotador, y el MVP de la liga en este último año, pero ahora la pregunta está muy clara:

¿Qué le espera a este joven de 19 años a partir de ahora?


Sin duda, la presión mediática es notable. Su llegada a la NBA ha creado tanta expectación que actualmente se considera al ex de los Metropolitans como el mayor prospecto en un Draft desde LeBron James, y esas son palabras mayores.

De hecho, eso significa que, a partir de este momento, V.W. no puede fallar.

La llegada de Victor a la Mejor Liga del Mundo tiene todos los factores para montar una gran historia alrededor: El joven a la que Europa se le queda pequeña, el cambio de paradigma y valores que apuntan al viejo continente después del reinado de Antetokounmpo y Jokic, el pivot total que sabe botar y explotar ambos juegos, interior y exterior…


Tal es el “hype” y la necesidad de explotar su imagen, que se hacen igual de virales sus videos de highlights, como su desafortunada primera sesión de tiro con la camiseta Spur, rodeado de cámaras y periodistas tratando de, para bien o para mal, encontrar el titular y subirse al carro del clickbait.

Por este lado, el del norte de Francia, mantiene una actitud tranquila, visiblemente trabajada con su familia y un equipo de profesionales de cara a permanecer con los pies en el suelo, en un mundo en el que medio mundo lo quiere ver volar, mientras que el otro medio sólo quiere verlo caer. Tarea muy complicada para un adolescente lleno de ilusión y con un futuro tan brillante por delante que tendrá que mermar sus emociones si quiere seguir aspirando a lo más alto.


En este punto es donde entra la figura de Gregg Popovich. Pese a que se lleva hablando de una inminente retirada del mítico entrenador desde hace ya un par de años, a ojos de toda la NBA este afortunado pick ha evitado que, finalmente 2023 fuera el año del adiós de uno de los técnicos más queridos y respetados de la historia. 
Pops no ha eludido la oportunidad y responsabilidad que significa tener al astro francés en su franquicia y, pese a que ya lleva tiempo preparando los mimbres para la transición en el banquillo para el equipo texano, el entrenador puede aportar a Wembanyama una base técnica y cognitiva que nadie más podría ofrecer a día de hoy. Y si no, que se lo pregunten a otros jugadores interiores como David Robinson o Tim Duncan.


Popovich es experto en racionar los minutos, aprovechando los mejores momentos para afrontar los desafíos que aparezcan con la clara idea de hacer madurar a cada jugador de su plantilla. Famosa era la costumbre del técnico de no permitir, de manera habitual, que ninguno de sus jugadores siguiera jugando después de marcar 30 puntos. En la época de Parker, Ginóbili y Duncan le funcionó a la perfección, creando una dinámica de asistencias y decisiones de tiro basados en el dinamismo y la confianza entre compañeros.

San Antonio es el mejor lugar donde podría haber caído esta joven promesa, pues en este momento es un equipo joven y en construcción, en el que ningún jugador hará de obstáculo de cara al crecimiento de Wemby. Keldon Johnson ha sido esta temporada el mayor anotador del equipo con 22 puntos por partido y es un jugador que, si logra un entendimiento en pista con el joven francés, podrían formar un interesante dúo de aquí a unos años, pero para eso nuestro protagonista tendrá que trabajar algunos aspectos clave.


Durante el comienzo de su carrera en Europa, Wembanyama ha enamorado a todos con sus mates tras reverso, sus put-back y sus lejanos triples tras un más que decente dribbling. La pregunta que se hacen al otro lado del charco es si eso le bastará para destacar durante su primer año de competición en la NBA.

Victor tiene visión de pase, su envergadura le ha permitido realizar incontables tapones durante estos años, y el hecho de tratar con jugadores maduros le ha dado un entendimiento del entorno competitivo que supone una clara ventaja respecto a sus rivales universitarios. Sin embargo, para triunfar en Estados Unidos hace falta físico. El de Le Chesnay tendrá que ganar músculo y velocidad, además de su determinación de cara al aro para poder aprovechar su portentoso físico durante este año. Los cambios de emparejamiento y los expertos perros de presa se han profesionalizado de manera ostensible, exigiendo a los rivales ofensivos el dominio del bote y el aprovechamiento de esos determinantes pasos iniciales, en desuso en el baloncesto FIBA.


En este caso, el número 2 del draft de 2022, Chet Holmgren, competirá abiertamente por el trofeo de Rookie del Año, queriendo sacarse una incómoda espina reclamando su sitio en la NBA ya totalmente recuperado de la lesión sufrida durante el año pasado fruto del choque con LeBron James. Pero Chet no será el único obstáculo para Wemby, pues Brandon Miller y Scoot Henderson, entre otros, están deseando demostrar que, pese a todas las expectativas, ellos también pueden reinar en el parqué y ser el futuro de la competición.


Con todas estas circunstancias Victor Wembanyama ha decidido no participar en la Copa del Mundo de Baloncesto de este año, queriendo centrar todas sus energías en su mejora física y la puesta a punto en los sistemas de juego de San Antonio. Una decisión que ha generado mucha polémica, pero que define las prioridades inmediatas del pivot, además de significar una declaración de compromiso a la franquicia que le dará la oportunidad de cumplir su sueño.

Ahora las cartas están sobre la mesa. Wemby se enfundará las “espuelas” y comenzará su camino en la NBA, mientras que el mundo agarra sus libretas y ejecuta sus veredictos con los primeros pasos del francés. Todo lo mejor desde The Special One para un jugador que, más allá de cumplir expectativas ajenas, comenzará a andar su propio camino y a escribir su propia historia.

Javier Navarro
@xoponos / @hooponos

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