Ricky Rubio: Lo Primero es lo Primero

Desde tiempos inmemoriales se ha vinculado el ejercicio y el deporte a la salud, tanto física como mental, y ya no sólo hablamos de esa satisfactoria liberación de dopamina, serotonina y endorfinas, si no de la propia facilitación de conexiones de ámbito psicológico que formamos, y de todas las enseñanzas que nos trae tanto el entrenamiento como la pura competición.

Aprender a afrontar los problemas convirtiéndolos en retos, abrir la mente a diferentes formas de pensar y gestionar los egos, e incluso la propia aceptación de responsabilidades y compromisos que practicar un deporte exige, son buena parte de porqué siempre se recomienda esta actividad desde edades tempranas.

Además de todas estas características, en muchas ocasiones el deporte se vuelve pasión. Se empieza a ver como una forma de arte, una manera de sentir y respirar en la que disfrutamos de cada aliento en la pista, y es cuando los minutos se convierten en horas, y las horas en días, hasta que sabemos que forma parte de nosotros. Es entonces es cuando sabemos que no seremos capaces de estar sin eso que tanto amamos.


El pasado 5 de agosto, Ricard Rubio Vives, anunció mediante un breve comunicado que se alejaría del baloncesto profesional con la única meta de cuidar su salud mental. Un gesto aplaudido por compañeros y demás profesionales de la canasta, no sin dejar entrever en cada uno de sus mensajes, un cierto sentimiento de alarma y frustración por no haberlo visto venir.

Hay que dejar claro que este no será un artículo sensacionalista, ni se banalizará la situación tratando de dilucidar las razones de la decisión del jugador catalán ya que, desde The Special One, también se respeta la decisión de Ricky, además de su intimidad. 


Nadie ajeno a su círculo más cercano sabe, de manera precisa, las razones que le hacen apartarse del baloncesto. Lo que sí está claro es que su madre fue siempre una parte fundamental para su equilibrio emocional y que, si bien no podemos asegurar que este sea el motivo principal de su estado, sí que ha sido un verdadero mazazo para su estabilidad desde su fallecimiento debido a un Cáncer pulmonar. 

De hecho, este mismo fue el motivo por el cual, el de El Masnou decidió embarcarse en su propio proyecto llamado The Ricky Rubio Foundation, en el que se promueven estudios y demás proyectos para la detección temprana y el tratamiento del cáncer de pulmón.

Debemos recordar que el ahora jugador de 32 años, comenzó su carrera profesional a la temprana edad de 14 primaveras, cuando el entrenador Aito García Reneses le hizo debutar con el Joventut de Badalona.

Por supuesto, Ricky tuvo que madurar en un entorno de alto rendimiento mientras iba al instituto con todo lo que ello conlleva, tanto en repercusión mediática, como la mera convivencia entre su entorno académico y los nuevos compañeros de equipo, mucho más mayores y con unas inquietudes completamente diferentes.

Ricky llega a la NBA con 19 años, en el puesto número 5 del Draft. Eso significa que todas las miradas están puestas en él y, por lo tanto, vuelve a afrontar un periodo de exigencia máxima en el que competirá, siendo uno de los más jóvenes, con estrellas de 21 a 23 años. Blake Griffin, James Harden, Stephen Curry o DeMar DeRozan son tan solo unas promesas que ya venían pisando fuerte, y eso no dejaba de agregar presión a la llegada de nuestro jugador a la mejor liga del mundo.


Tanto en el mundo del baloncesto, como en muchos otros deportes, el entorno se vuelve una pieza clave respecto a la durabilidad y calidad de tu carrera deportiva. ¿A cuántos jugadores hemos visto caer en bancarrota, o incluso terminar en la cárcel debido a las cuestionables decisiones que tomaba junto con su entorno?.

En este caso, Rubio ha contado con un entorno que ha parecido resultar sano. Al inicio de su carrera, su entrenador conocía la importancia de marcar los tiempos de madurez correctamente, y la llegada a la Selección Española, la ya denominada “FAMILIA”, no era más que un grupo de hermanos que amaban el deporte de la canasta y se encontraban en verano para jugar, y ganar algún que otro título. 

Por supuesto, cada jugador tiene su historia, sus proyectos y su vida fuera del baloncesto, de modo que, por muy cerca que se quiera estar de un amigo y compañero, hay etapas y dolores que uno acaba afrontando en soledad, o con el núcleo más cerrado de su vida privada. Es por ese motivo por el que, tras el comunicado de Ricky, el capitán Rudy Fernández y el entrenador, Sergio Scariolo se lamentaban de no haber sido conscientes de la situación antes, y de que el jugador lo haya tenido que pasar sin un valioso apoyo como es el de sus compañeros desde hace más de 10 años.

Incluso su propia franquicia, al enterarse su inminente ausencia, y consciente de los múltiples reveses emocionales que 2 importantes lesiones de rodilla, el baile de traspasos y su redención logrando el trofeo al MVP del mundial de baloncesto, han tenido sobre él, ha lanzado un escueto post animando a uno de los jugadores más queridos de su plantilla a creer en el camino y lo reforzado que saldrá del mismo

“Caminos difíciles llevan a bonitos destinos. Estamos contigo, Ricky, pase lo que pase."

Cualquiera que haya seguido la carrera del base catalán, ha podido ver cómo su estilo de juego, su repercusión en la pista, e incluso su comunicación y liderazgo ha llegado a pasar por etapas muy marcadas, fruto del constante trabajo que Ricky siempre ha ejemplarizado, ya no solo en el aspecto físico y técnico, sino también en el factor más psicológico y mental.

Debido a todo esto sabemos que, en esta nueva etapa, este paréntesis que durará lo que tenga que durar, volverá a llevar a una persona acostumbrada al constante crecimiento, al lugar que mejor le venga para su bienestar, y es que lo primero es lo primero, y todos merecemos encontrar nuestra paz.

Como dijo el ilustre filósofo Platón: “La primera y mejor victoria es conquistarse a sí mismo”.

Mucho ánimo Ricky.

 

Javier Navarro

@xoponos / @hooponos


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