Lillard: el 0 nunca tuvo tanto valor

Esta semana ha sido noticia el intento de traspaso que están preparando los Toronto Raptors con el fin de hacerse con los servicios de Damian Lamonte Ollie Lillard. Y es que el equipo canadiense pretende pescar en rio revuelto después de que, durante todo el verano, en Miami lo hayan intentado encontrándose innumerables trabas.

Que Toronto está tratando de dar un golpe de timón es un hecho. Actualmente su hombre franquicia, Pascal Siakam y su otro inesperado mejor activo, recién nombrado MVP de la copa del mundo, Dennis Schröder son los pilares en los que se apoya un equipo norteño en el que reina la inexperiencia. Situación que desde la dirección deportiva pretenden cambiar con la llegada de una estrella como Lillard, que quizá también sea la llave para atraer a un segundo All Star sin ser el tope salarial un problema (atención porque sonaba Antetokounmpo).


La activación de otros equipos en la puja por el base de Portland ha tenido lugar en estos últimos días, en los que también sonaba Orlando Magic, con un buen puñado de jugadores rentables y Brooklyn Nets, colmados de picks de Draft tras el traspaso de Durant además de la posibilidad de usar a Ben Simmons como moneda de cambio. Pero estos no son los únicos interesados, ya que Chicago, Indiana e incluso Phoenix han preguntado y echado cálculos para hacerse con la joya del mercado NBA en 2023.

Recordemos que Damian Lillard solicitó el traspaso oficialmente el pasado 1 de julio, fecha de comienzo de la agencia libre, tras 11 años en la franquicia del estado de Oregón. Su decisión fue estimulada por la falta de competitividad de la franquicia durante los últimos años, en los cuales Dame vio como jugadores importantes se posicionaban en el mercado e interesantes picks se presentaban en el draft, pero Porland no terminaba de acertar a la hora de montar el equipo.


El “0” de los Blazers se ha mostrado siempre como un líder ambicioso y con una lealtad incondicional al equipo que le dio los mandos de la nave sobre el parquet. De hecho, durante los últimos 3 años, Lillard no ha hecho otra cosa salvo desmentir los constantes rumores de su salida frente a los medios. Una salida que incluso los propios aficionados de la franquicia veían comprensible y disculpable, sabedores del valor que tenía su estrella y los pocos recursos de los que se le estaba dotando para ganar su tan merecido anillo. Tal es el cariño y respeto que en Rip City se tiene por el jugador californiano de 33 años.


En la otra punta del país, Pat Riley comenzaba a apuntalar uno de sus proyectos más personales con la llegada de Jimmy Butler a la ciudad de Miami. El presidente de los Heat colocaba una pieza clave para conseguir la cohesión entre todo el equipo mientras se subía desde el propio vestuario la exigencia de todo el grupo de jugadores, consiguiendo un rendimiento coral con la gestión de Erik Spoelstra, una de las cabezas más tácticas de toda la NBA.

El equipo del sur de Florida adquiría jugadores de rol como PJ Tucker y “fontaneros” con caché como el ex-Raptor Kyle Lowry, quienes mantendrían la veteranía e intensidad con los demás jóvenes y complementarían la dupla Adebayo-Herro. Durante estos años, “El Padrino” ya tenía un ojo puesto en la posibilidad de acceder a ese otro competidor insaciable con camiseta de All-Star que pudiera complementar el equipo que Butler estaba forjando, sin caer en puja de egos o distracciones superficiales que sacaran el foco del anillo. Por supuesto ese jugador tenía nombre y apellidos: Damian Lillard.


Este verano, el propio Pat Riley y su equipo han mantenido innumerables conversaciones desinteresadas con Blazers sabedores de que, muy al estilo de Florentino Pérez, su jugador estrella ya había pronunciado las mágicas palabras: “Me quiero ir”. De hecho, los analistas más experimentados comentaban que el 3 veces entrenador del año suele usar la táctica de no mostrar un interés genuino hasta el último momento.

Esta situación ha provocado un incómodo escenario para Portland pues además de que, ya de por sí el valor del traspaso será infinitamente menor tras la solicitud del jugador, el propio Lillard ha expresado a círculos internos y no tan internos su deseo de pertenecer al equipo comandado por Spoelstra. Miami declararía claramente intransferible a Butler y Adebayo, valorando ofertas por un intermitente Tyler Herro y poniendo a Duncan Robinson también al servicio de este trato.


Pero lo que parecía iba a ser una negociación de un par de semanas, se tornó en un “toma y daca” de proposiciones y negativas que la comisión de la NBA no pasó por alto, hasta el punto en el que el propio Adam Silver comenzaba a denominar el traspaso como algo peligroso para la competición, haciendo entender que la operación podría llegar a ser baneada por la Liga. Esta situación nos haría recordar la censura en el traspaso de Chris Paul por los Lakers y la polémica que saltó cuando se formó el Big Three en Miami, pero que se ha llegado a generalizar estos últimos años en Brooklyn, Phoenix, y en Los Angeles Clippers.

Actualmente, y tras medir las posibilidades del traspaso a los Heat, Portland está escuchando ofertas de otros equipos como los antes mencionados Raptors. Por un lado, para explorar otras vías de traspaso mientras convencen a Dame para aceptarlas y, por otro, de haberse resignado a que su estrella acabará en Florida, para tratar de sacar todo el beneficio posible, sabedores de que el Comisionado no permitirá un traspaso tan barato como presumía Riley.


Por su lado, Miami continúa haciendo sus cábalas y contactando con otros equipos tratando de encontrar la manera de involucrar a otros protagonistas con el fin de conseguir un acuerdo a 3 o 4 bandas. Lo que tienen claro es que los cimientos no se van a tocar.

Mientras tanto, nuevos protagonistas tratan de hacerse con los servicios de Lillard tras las propuestas de Bucks y 76ers, involucrando a jugadores de Clippers en un traspaso en el que bailan hasta 8 jugadores y múltiples elecciones de Draft.

La pretemporada dará comienzo en 2 semanas y, aunque el deadline para traspasos es en febrero, los equipos se quedarán cerrados en un 95% para el “Opening Day” el 23 de octubre. Dónde acabará el hasta ahora 7 veces All Star y último campeón del concurso de triples aún es toda una incógnita. Lo único seguro es que se acerca la hora en la que todas las opciones se pondrán sobre la mesa para que el jugador diga la ultima palabra.

Pronto será "Dame Time".



Javier Navarro
@xoponos / @hooponos

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