El jardín de Xavi
Quien haya visto jugar a Xavi y tenga cualquier mínimo de razonamiento lógico, aparcando fanatismos relacionados con amores a clubes de fútbol, puede estar de acuerdo en que haya sido uno de los mejores centrocampistas no sólo de nuestro fútbol, rico donde los haya, sino de todo el panorama futbolístico mundial.
Ese "trivote mágico" que nos dio nuestra primera y única estrella mundial masculina (pero no última, toquemos madera), formado por los Busquets, Xabi Alonso y el mencionado Xavi, atraían el balón como si de un imán se tratase. Seguramente el caso del ahora entrenador del F.C. Barcelona haya sido puesto de ejemplo en numerosas escuelas de entrenadores. Esa capacidad de saber lo que hacer incluso antes de recibir el balón con sus famosos giros de cuello para situar posiciones rivales y amigas son, cuanto menos, puramente académicas y ejemplares. Una auténtica delicia para el espectador y de alivio para el entrenador de turno, teniendo a un tal Pep Guardiola como principal beneficiado de esta clase de jugador. En una jerga futbolística es lo que conocemos comúnmente como "pelotero".
Sin embargo, alcanzar la gloria en el verde no significa poder hacerlo en el banquillo. Xavi era de esos que se le veía madera de entrenador por su forma de entender el juego, al igual que pasaba con su compañero en la Selección Xabi Alonso el cual, a día de hoy, mantiene a su Bayer Leverkusen alemán como invicto esta temporada (en 24 partidos disputados). Casi nada. Der Xabineten, como dicen por tierras germanas.
Hoy podemos decir que Xavi Hernández se encuentra en una difícil situación. Y es que entrenar al Barça no es "moco de pavo". Cogió al equipo en una situación muy complicada, tanto deportiva como institucionalmente, en un alarde de amor al club de su vida, de querer ayudar a salir de una complicada posición. Una Liga y una Supercopa de España atesoran su palmarés como entrenador en España, tras su paso inicial por el fútbol catarí. El equipo se encuentra irreconocible en términos de juego, desangrándose a puntos en las últimas jornadas de Liga (ya está a 7 de su rival histórico, el Real Madrid). Pero, más allá de esto, da la sensación de que el equipo se le está yendo de las manos al entrenador de Terrassa.
Y es que los últimos acontecimientos no ayudan. Si bien se consideró todo un éxito volver a los octavos de Champions (y como primero de grupo) dos años después de los periplos dantescos en la Europa League, lo que se antojaba como un trámite en Amberes en la última jornada de grupos europea frente al colista, se convirtió en una pesadilla.
El hecho de querer dar descanso a pesos pesados como Lewandowski, Gündogan o Araújo, chocó con el pensamiento de la directiva que, viendo los últimos resultados y las sensaciones mostradas, todo ello negativo, injirió para modificar la convocatoria e incluir a estos. Toda una declaración de intenciones. ¿Y en qué posición queda Xavi ahora? Asalta más aún la duda viendo la imagen que dio el equipo, no ya fuera del campo (horrorosa cuanto menos), si no en el partido, cayendo 3-2 ante el equipo belga, colista del grupo y ya eliminado por entonces.
Las dudas sobre su continuidad ya afloraban, si bien ahora crecen viendo esa marcha atrás en la convocatoria europea. ¿Dónde queda su autoridad?. Ese estilo culé que tanto anhela Xavi y que no ha vuelto a verse en Can Barça desde hace… (juzguen ustedes). Koeman, anterior entrenador, ya estaría despedido, pero arriesgar este proyecto con un baluarte culé como Xavi, cesándole, dejaría a un Barça muy tocado en todos sus estamentos.
Muchas preguntas se hacen los aficionados del Barça ahora mismo, más cuando el equipo vuelve a dejarse 2 puntos la pasada jornada en su visita al siempre complicado Mestalla. ¿Hasta cuándo aguantará esto?, ¿está preparado Xavi para estar al frente de este club sin haber tenido antes una experiencia exigente como entrenador, respetando al fútbol catarí?, ¿seguirán comprando boletos para el “importa más el hecho de cómo ganar que ganar en sí”?. El jardín en el que se ha metido Xavi es mayúsculo, veremos si es finito o sigue alargando su camino.
Miguel Jiménez // @migueljh1
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