40 años del España vs Malta

El 21 de diciembre de 1983, día del histórico España 12 – Malta 1, Sevilla parecía Glasgow. Una noche desapacible de lluvia, con un viento diagonal, que hacía imposible resguardarse del agua. "Recuerdo que se pasó toda la semana lloviendo y yo pensaba: 'Qué bien nos viene esto'. Porque los malteses llegaban desde Holanda a Sevilla, y en aquellos tiempos los viajes no eran precisamente cómodos. Así que cuanto más barro, más factura les pasaría el partido", recuerda Hipólito Rincón.

El bético tenía claro que era posible, y no era el único. Andoni Zubizarreta, que había sido convocado junto a Paco Buyo, con la incógnita de saber quién iba a debutar, sustituyendo al lesionado Arconada, recuerda también a José Antonio Camacho gritando "¡Que se le puede meter 11 a Malta!", y pensaba: ¡Estos tíos están locos! La prensa y el ambiente, no obstante, no invitaban al optimismo. España no había pasado de los cuatro goles en la fase de clasificación para la Eurocopa y venía de ganar en La Valeta por la mínima, un resultado ajustado de dos a tres.

Miguel Muñoz, entrenador de 'La Roja' en aquel histórico día, apostó por un once titular formado por; Paco Buyo - Juan Señor - José Antonio Camacho - Antonio Maceda - Andoni Goikoetxea - Rafael Gordillo - 'Lobo' Carrasco - Víctor Muñoz - Santillana - Manu Sarabia - 'Poli' Rincón. En el banquillo esperaban su momento; Andoni Zubizarreta - Salva García - ‘Tente’ Sánchez - Francisco Güerri - 'El Pichón' Marcos Alonso.

"Había responsabilidad y tensión. Los más optimistas éramos los jugadores, pero incluso entre nosotros había algunos que no las tenían todas consigo", palabras de Paco Buyo acerca de las sensaciones y las caras de seriedad antes del partido. Rincón, por otro lado, recuerda perfectamente lo que dijo Miguel Muñoz antes de saltar al terreno de juego: "Solo quiero que España se sienta orgullosa de vosotros".

En cuanto a la preparación del encuentro, Paco Buyo ensalza la inteligente propuesta táctica. Los laterales debían posicionarse muy abiertos, llegando por fuera, y Maceda entrar desde atrás para complementar a Santillana y a 'Poli'. "Fue un acierto absoluto de Muñoz, que dejó atrás a Camacho con Goikoetxea pendientes de los malteses", declaró el guardameta español.

Comenzó a rodar el balón y la primera parte no fue lo esperado. Andoni Goikoetxea comenta que, el penalti fallado por Juan Señor y el empate de Malta, noqueó momentáneamente a la selección. Tres goles de Santillana hicieron que el resultado al descanso fuera tres a uno, insuficiente hasta el momento. Sin embargo, también aclara que en ningún instante bajaron los brazos, el optimismo seguía presente.

Rincón aún visualiza la imagen de algunos de sus compañeros marchando cabizbajos al vestuario, lamentando las ocasiones desperdiciadas. "Hemos mandado un par de ellas al palo, fallado un penalti y hemos tenido la mala suerte del gol en contra. Si todo hubiera sido normal, podríamos haber llegado al descanso 6 o 7 arriba", fueron las palabras de ánimo del atacante español en el vestuario durante el intervalo. Su entusiasmo era tan contagioso, que incluso Buyo no se dio por vencido, a pesar de lamentarse por el gol encajado en un disparo desviado por Maceda.

La segunda mitad arrancó con gol de Rincón por partida doble, en el minuto 47 y 57. España continuaba insistiendo, pero el objetivo cada vez se veía más lejos. El tiempo restante parecía insuficiente para lograr la gesta, hasta que llegó el punto de inflexión. "Recuerdo mirar el marcador y ver aún el cinco a uno. La siguiente vez que miré, apenas tres minutos después, iba ocho a uno". España marcó tres goles en tres minutos. Doblete de Maceda y, nuevamente, uno de Rincón. "Nos movía una fe casi irracional y el empuje de un estadio que se fue llenando a medida que caían los goles", apunta el asturiano.

La orden era clara; marcar y coger la pelota para seguir atacando. "Ni celebrábamos los goles cuando marcábamos porque no había tiempo. En el octavo o en el noveno, 'Lobo' y yo fuimos juntos a por la pelota y casi nos peleamos por cogerla" recuerda José Antonio Camacho. 

El noveno fue de Santillana y el décimo de Rincón, completando los dos su particular póker goleador. Sarabia se sumó a la fiesta para colocar a España a un gol de la clasificación, y Juan Señor provocó el delirio de un país entero. Con el duodécimo gol, los españoles estallaron de alegría ante los televisores junto al histórico gallo de José Ángel de la Casa, cuya voz quedó ligada para siempre a aquella gesta.

"Yo estaba casi en el medio campo, junto a Camacho. Vimos a Juan asomarse al borde del área y cuando vimos la pelota corrimos como locos hacia él. Fuimos de los primeros en llegar y nos lanzamos encima. Se montó una montonera formidable y hasta hubo un amago de invasión, pero los jugadores paramos a los espectadores por miedo a una sanción", advierte Buyo. "Con la carrera detrás de Señor, se me subieron los gemelos y tuve que pedir el cambio", añade Rincón, rememorando la celebración del tanto definitivo.

Restaban aún seis minutos, y por miedo a encajar otro gol, España siguió atacando. Llegaron a anotar el decimotercero de la mano de Gordillo, sin embargo, fue anulado por fuera de juego. Cuando Erkan Göksel, el árbitro turco, pitó el final, se desató el delirio. Un nuevo intento de invasión, que no pudo ser frenado esta vez por la policía nacional, inició una celebración entre jugadores y aficionados, que duraría hasta altas horas de la madrugada. Buyo aún guarda la camiseta, en el que fue su debut con la selección, al igual que Rincón, que, además, fue capaz de ocultar el balón del árbitro para quedárselo. Hoy en día, lo ha donado al Museo del Deporte de Sevilla, donde está expuesto como una reliquia de la historia del deporte español.

España, gracias a este partido, clasificó a la Eurocopa celebrada en Francia en 1984. Contra todo pronóstico, alcanzaron la final, donde los anfitriones ganaron por dos goles a cero a los españoles. Igual de recordado que el partido contra Malta, es el error de Arconada en el lanzamiento de falta de Michel Platini.

Juan Señor define lo ocurrido como un privilegio: "Hicimos sonreír a España aquella noche". Buyo sostiene que aquel partido reconectó a la gente con la selección, después de la decepción de la Copa del Mundo de 1982. Rincón nunca olvidará su abrazo con Miguel Muñoz: "No lo tiré de milagro. Luego llegó la fiesta y estos 40 años en los que siempre nos recuerdan aquel partido. Para los que lo jugamos, es una bendición haber participado en él y haber creído en que era posible. Porque es verdad que yo era el más inconsciente, el más entusiasta, pero si no hubiéramos creído los once, no lo habríamos podido conseguir. Luchamos por el compañero que teníamos al lado, por nuestras familias, por nuestros amigos".

POST Daniel Moreno // @DMTorrrejon

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