Carletto, "figlio mio"
Podemos asegurar que los madridistas están de celebración. Y no solo los hinchas merengues, sino la mayoría poblacional del enorme panorama futbolístico mundial. Y es que Carlo Ancelotti seguirá entrenando al Real Madrid, salvo sorpresa, hasta junio de 2026. Renovación por dos temporadas más. Merecida. Quizá en Brasil no se alegren tanto, pero es muy difícil imaginar, a día de hoy, a ‘Carletto’ viviendo en otra ciudad que no sea Madrid y trabajando en un lugar que no sea Valdebebas. Sonríen los blancos. Y el que lo hace de lo lindo es el preparador de Reggiolo, en uno de sus días más felices, como pudimos ver en su rostro en la rueda de prensa previa a la vuelta del parón navideño contra el Mallorca.
De hecho, su homólogo en el cuadro bermellón, el querido y ‘chingón’ Javier Aguirre dejó dos titulares para resaltar en su conferencia con la prensa: “Cuando Bellingham pisa el área no te perdona” y, el que más nos concierne, “la mejor noticia para el Real Madrid esta temporada es la renovación de Ancelotti”. Es sabido por todos que el entrenador italiano es de los más queridos por sus compañeros de gremio no sólo en la liga española, sino por toda Europa. Mucha gente querría ser piropeada, al menos la mitad, como lo hace Bordalás con Carlo cuando se enfrentan Getafe y Madrid. Sobran las palabras. Señor reconoce señor.
La trayectoria de Ancelotti en sus 4 temporadas y media con el Real Madrid es impecable. Ha podido celebrar todos los títulos posibles a nivel de clubes. Quién le iba a decir a Carlo que en su primer año en Madrid iba a conseguir la ansiada Décima, tan anhelada por Concha Espina. Y hasta donde hubiese podido llegar ese Madrid si no hubiese ‘tirado’ la Liga, en la cual fue líder hasta la recta final de la misma. Su primera Copa del Rey también fue para recordar. Esa carrera de Bale en Mestalla. Digna de un atleta, calificativo que utilizó Pep Guardiola para definir a los jugadores merengues cuando asaltaron el Allianz Arena de su Bayern con un 0-4 en una vuelta de semifinal europea para la historia. Al igual que para los libros quedará esa posición de interior inventada para Di María, extremo puro donde los haya. Quizá no se le hubiese ocurrido a nadie, excepto a un genio…
Dos temporadas duró su primera etapa en el Bernabéu. La vorágine blanca de querer ganar todos los títulos se lo llevó por delante tras no cosechar ninguno de los trofeos principales en la 2014-2015. Morata, quien fue campeón de Europa el año anterior bajo su batuta, le echó de la Champions con la Juve. Curioso cuanto menos. El fútbol español se merecía un Clásico por el trono europeo en aquella final de Berlín, celebrada por los culés.
Sin embargo, la historia del Madrid le debía una Carletto. Un Madrid huérfano tras la salida de Zidane volvía a apostar por el italiano. Qué temporada se marcó a su vuelta. Liga y una de las que serán de las Champions más recordadas de la historia moderna. Llegó a estar por detrás en las 3 eliminatorias disputadas con sendas remontadas para los anales. Y esa final en París, con un Liverpool desatado y con un Courtois colosal. A punto de cumplir este servidor 24 años, puedo asegurar que es el mejor partido que he podido ver de un portero. Al igual que en Lisboa con la Décima, con Ramos como protagonista, el belga permitía a Carlo levantar su cuarta ‘Orejona’ como técnico.
Por último, debemos destacar el aspecto humano de Ancelotti. En una reciente entrevista dejó una frase cuanto menos reseñable y reflexiva: “Intento inculcar al futbolista que si se enfada por no jugar lo haga con el Carlo entrenador y no con el Carlo persona”. Que se le digan a Rodrygo, el cual atravesó a inicios de la presente temporada una importante sequía goleadora y, tras volver a ver portería, fue directo a por el entrenador italiano para agradecerle su ayuda y confianza. Porque Carlo Ancelotti es más que un entrenador de fútbol. Es un hijo adoptivo de la hinchada merengue. Larga vida a Carletto.
Miguel Jiménez // @migueljh1
Comentarios
Publicar un comentario