La generación dorada del waterpolo español

El waterpolo nunca había sido un deporte de masas en nuestro país. Todo cambió a finales de los 80, cuando un grupo de jóvenes luchadores y talentosos se unió. Decidieron que el waterpolo español merecía llegar a lo más alto, que debía codearse con la élite mundial de este deporte. Había muchos grandes nombres en aquella mítica selección española de waterpolo de los 90. Entre todos ellos destacaba el capitán, Manuel Estiarte, posiblemente el mejor waterpolista de la historia. Nunca se vio tanta calidad en una piscina como la mostrada por Estiarte, conocido como el "Michael Jordan del agua".


Los waterpolistas españoles llegaron a Barcelona tras dos medallas de plata consecutivas en el Europeo de Atenas y en el Mundial de Perth, celebrados ambos en 1991. Habían sido derrotados en las finales de los dos torneos por la potente selección de Yugoslavia, siempre destacada en el deporte del waterpolo. Ese año Yugoslavia no participó en las olimpiadas debido a la guerra de los Balcanes. España llegaba a la cita olímpica de Barcelona 92 con todos sus hombres disponibles. Jesús Rollán, Miki Oca, Pedro García Aguado, Jordi Sans y Salva "Chava" Gómez eran otros nombres de lujo del equipo.

España arrasó en la primera fase del torneo. No fue derrotada por ninguna selección. Sólo cedió un empate ante Italia, curiosamente su rival en la gran final y a la postre campeona olímpica. En semifinales se batió a Estados Unidos por 6-4. España lo había conseguido. Entraba en la que sería la primera de sus dos finales olímpicas de la década (ganaría el oro olímpico en Atlanta ’96). Italia sería su rival.


El partido fue una lucha encarnecida entre dos equipos de gran talento. Tanto es así que se disputaron tres prórrogas. España tuvo varias ocasiones para cerrar el encuentro, pero no supo aprovecharlas. La más destacada tuvo lugar cuando Manuel Estiarte transformó un penalti que colocaba uno arriba al equipo español casi al final de la segunda prórroga. Sin embargo, los italianos lograron la exclusión de Jordi Sans en la última posesión y empataron de nuevo el encuentro

También quedó para la historia la ceja sangrante de Estiarte tras el golpe recibido por un jugador italiano en una de las prórrogas. En la última prórroga los italianos fueron mejores y un tiro de Miki Oca que pegó en el poste de la portería transalpina dio al traste con las opciones de victoria de España. El equipo español no había conseguido la preciada medalla de oro, pero había hecho vibrar a todo un país con un deporte inusitado: el waterpolo. Esa plata fue muy dura de digerir entonces para los jugadores de aquel equipo, pero con el tiempo la valorarían muchísimo.


Tras aquella meritoria plata, la selección española de waterpolo siguió haciendo vibrar a los aficionados españoles. El ansiado oro llegó primero en la olimpiada de Atlanta 96 y después en los Mundiales de Perth 98 y Fukuoka 01. Tras la retirada de la generación dorada de nuestro waterpolo, el actual combinado español ha seguido cosechando grandes resultados, como la plata en el Mundial de Roma 309, aunque nunca ha conseguido seguir la estela de aquellos míticos waterpolistas.

La nota amarga referida a este mítico equipo la pone el suicidio de su también recordado portero, Jesús Rollán, en 2006. Rollán tenía una severa adicción a las drogas, como algunos de sus compañeros en aquel equipo, y estando interno en un centro de rehabilitación (a la vez que Pedro García Aguado, su mejor amigo) se arrojó por una de las ventanas del edificio. No aguantó más. Un triste final para uno de los integrantes de la mejor selección nacional de waterpolo de la historia. Otro dato curioso es que Manel Estiarte, se hizo amigo íntimo de Pep Guardiola, y allá donde va el entrenador catalán, Manel le sigue como parte importante de su staff técnico. 


Un equipo de leyenda, comandado por Dragan Matutinovic. “El Sargento de hierro”, de origen croata introdujo métodos de entrenamiento más propios de un ejercito que de un equipo de waterpolo. “Nos llevaba al límite” confesaba Pedro García Aguado, “Si te rendías te ibas“. Nos subía a correr a Andorra ocho horas diarias y nos hacía entrenar con cinturones lastrados y con camisetas más pequeñas de lo normal. Relatan mas leyendas de aquella generacion dorada que hizo feliz a todo un país desde el agua.

Fue tal la repercusión de aquel equipo, que los directores Dani De la Orden y Álex Murrull, dirigieron "42 segundos" en 2022. Película ambientada durante los Juegos Olímpicos de Barcelona, ese momento en el que todo cambió no solo para la ciudad, sino también para España. La película cuenta la meteórica mejora del equipo de waterpolo español. Unos chavales desmotivados sin ninguna ambición de ganar un título, pero todo cambia cuando aparece un entrenador croata que los somete a una dura disciplina. 

No solo eso. El nuevo entrenador también cambia la composición del equipo, formado originalmente solo por catalanes, y mezcla a estos con los madrileños. Los de Barcelona destacan por su dominio de la técnica; los de Madrid, por su buen estado físico. Los recelos están servidos y los encarnan dos personajes en apariencia muy distintos. Por una parte, el supercampeón Manuel Estiarte (Álvaro Cervantes), un tipo brillante pero incapaz de disfrutar jugando y aislado en sí mismo. En el otro extremo, Pedro García Aguado (Jaime Lorente), un as del waterpolo lastrado por su afición a las drogas. Ambos, sin embargo, acabarán siendo más parecidos de lo que pensaban y claves en el éxito español. 


Por último, destacar que la selección de waterpolo masculina ha vuelto a cosechar un magnífico resultado. La selección española de waterpolo tenía una espinita clavada por quitarse: lograr el primer campeonato europeo en sus 36 ediciones desde 1926. Un reto pendiente, un hueco vacío desde hace casi cien años cuando se creó el Campeonato de Europa, una obsesión para el equipo dirigido por David Martín. Un deseo que se ha visto saciado y con el que se ganó además la plaza olímpica para los Juegos de París de 2024 tras derrotar a Croacia (anfitriones y campeones de la edición pasada) en la piscina de Bazeni Mladost de Zagreb


Post Daniel Moreno // @dmtorrejon


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