Se retira Diego López

Diego López deja el fútbol tras no encontrar una oferta que según él "le motive". Se retira el portero con el que Mourinho trastocó la estabilidad institucional y social del Real Madrid. Un portero que con trabajo se ha convertido en leyenda del fútbol español.


Diego López se dio de plazo hasta final de año, tras su paso de puntillas por el Rayo Vallecano, para comprobar si había algún equipo y un proyecto que le motivase para seguir en la portería. El tiempo de espera y análisis, personal y con la familia, se acabó. Se retira del fútbol con discreción y sin ningún homenaje. Un portero con una trayectoria importante. Marcado por la guerra que tuvo Mourinho para hacer frente a Iker Casillas y que provocó una división en el madridismo y en la prensa en la que el más afectado desde luego fue él. 

Han sido meses complicados y de incertidumbre para Diego. Tenía ganas de seguir compitiendo a sus 42 años, pero el gallego lo deja, cansado de esperar. No ha aparecido un club que le haya presentado una oferta con la que pudiera replantearse seguir en activo. Ha sido imposible. Diego López, gigante de la portería, guardameta de larga trayectoria y perfil bajo, abandona el fútbol en el más absoluto silencio para disfrutar de la familia y enfocar su nueva vida a formarse como entrenador.


A sus 42 años, cumplidos en noviembre, se une la decepción de que ningún club haya contado con él tras quedar libre al final de la pasada temporada. En Mallorca jugó su último partido. Fue el 4 de junio con el Rayo. Iraola tuvo el detalle de sacarle a falta de cinco minutos para el final y, de esta manera, poner el broche a su etapa en el equipo de Vallecas. El mismo día que Mateu Lahoz colgaba el silbato y dejaba del arbitraje. Diego, con 41 años y 213 días, dijo que se iba orgulloso de haber sido parte de la familia del Rayo, pero no afirmó que se retiraba. En sus planes estaba esperar ofertas.

Las ha tenido, pero no le han llegado a convencer por diferentes motivos, entre los que cuenta la opinión de la familia. Hasta hace poco estaba activo, entrenaba, físicamente sigue a un buen nivel. Siempre ha sido un profesional ejemplar, que se ha cuidado. Han ido pasando los meses y el ha sido irremediable. Igual podría haber esperado al mercado invernal, pero él mejor que nadie conoce "este mundo". Lo ha hecho a su estilo. Sin ruido, en una charla-coloquio en su tierra, sin llamar la atención. Fiel a su personalidad tranquila, alejada de los focos y el afán de protagonismo.


Criado en la cantera del Real Madrid, y a la sombra de Casillas en una primera etapa (con Capello), tuvo que salir rumbo a Villarreal y Sevilla para buscarse un hueco en nuestra liga y demostrar el nivel que tenía. De ahí que en cuanto hubo oportunidad, el Real Madrid volvió a tirar de él para cubrir un puesto "maldito" en la casa blanca. Nunca le gustaron las polémicas, pero le arrolló la guerra de Mourinho - Casillas

Imposible de olvidar. El entrenador portugués lo apostó todo a Diego, explotó la estabilidad institucional y social del Real Madrid, con su elección de primer portero para dejar de lado a Casillas. "Mientras yo sea entrenador del Real Madrid, va a jugar Diego López en condiciones normales. Es simple. Yo acepto que la gente diga que no tengo ni idea de fútbol, pero esta es mi decisión. Respetad a un entrenador que decide que juega Diego López", fue la postura del portugués que hizo más grande la fractura. Poca gente respetó la decisión de Mourinho y poca gente en definitiva, respetó a un Diego López que estaba a un nivel espectacular y que demostró a su llegada con un primer partido en Old Trafford para le recuerdo. 


Mourinho se marchó y llegó Ancelotti. El técnico italiano, en su primera etapa, rotó la portería en la temporada que ganó la Champions y la Copa del Rey. Casillas fue el portero del doblete y Diego quedó para la Liga. Esta situación generó tensión en la portería, hasta el punto de que Diego López reconoció que le afectó en su relación con Iker. El gallego cortó el mal rollo y eligió irse al Milan, tras una declaración de intenciones del Real Madrid que ese verano firmó a Keylor Navas del Levante tras una temporada magnífica y un Mundial en Brasil descomunal. Como si fuera una espantada, afirmó en Italia que "alguno le masacró" en el Real Madrid. Volvió a España para jugar en el Espanyol. En Barcelona se convirtió en el futbolista más veterano en vestir esta camiseta, superando a Di Stéfano.


En el Espanyol, los seis años que estuvo (de 2016 a 2022) hizo historia: ascenso a Primera, récord de imbatibilidad, premio Zamora y clasificación para Europa. Cerró un gran ciclo para acabar en el Rayo Vallecano y disputar tan solo cinco partidos. Empezó la desilusión, pero no pensó en la retirada. Esperaba que le surgiera algo interesante que como hemos mencionado anteriormente, injustamente no llegó.

Diego López fue un ejemplo de profesional y de portero con unas cualidades modernas desde que el Real Madrid le fichó para la cantera y se convirtió en uno de los protagonistas del ascenso del Castilla a Segunda división en la temporada 2004-05. Se ganó por derecho propio formar parte del primer equipo por sus cualidades físicas, técnicas y mentales. Pero la competencia con Casillas era fuerte. Un muro. Por lo que el Real Madrid decidió traspasarlo al Villarreal por 6 millones de euros. Una suculenta cifra por un portero en 2007 que prácticamente no había jugado ni la Copa del Rey.


En el equipo castellonense se vio una versión formidable en las cinco temporadas que estuvo: 224 partidos. Su siguiente etapa fue el Sevilla, donde jugó una temporada. La carrera de Diego López son palabras mayores: 684 partidos jugados entre todos sus equipos y un palmarés de una Liga, una Champions, una Copa del Rey y una Supercopa de España con el Real Madrid.

La espina clavada la tiene con la Selección española. A Diego no le gustó que Vicente Del Bosque no le convocara para el Mundial de Sudáfrica, tras haberle convocado para la Copa Confederaciones el año anterior. Pero es que en ese momento, Casillas, Reina y Valdés comandaban el panorama español de porteros. "Sentía que lo merecía", reconoció después. Siempre le ha costado más que le valoraran sus cualidades y sus méritos. "Esto es muy difícil para los jugadores que, como yo, no hemos salido genios y hemos llegado aquí a base de mucho esfuerzo", se sinceró en una entrevista. Su ídolo de niño era Paco Buyo y le hubiera gustado acabar su carrera en el Real Madrid. 

Post Carlos LZ // @Carlos_LZeledon

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