Desastre aéreo de Múnich: 66 años del accidente del Manchester United

6 de febrero de 1958, el equipo del Manchester United regresa a casa, después de, el día anterior, empatar a tres en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa de Europa, contra el Estrella Roja de Belgrado. La victoria conseguida por la mínima como local, el 14 de enero del mismo año, en el encuentro de ida, hacía válido el empate logrado en la capital de la antigua Yugoslavia. El equipo dirigido por el legendario entrenador escocés Matt Busby, alcanzaba las semifinales de la máxima competición continental por segunda ocasión consecutiva. El vuelo de regreso, al igual que el de ida, tendría una escala en Múnich para reponer combustible. Esa parada sería, aparentemente, el final de línea para los 'Red Devils' de los famosos "Busby Babes".

Hoy en día, el equipo de Manchester situado en el barrio de Old Trafford, es considerado, junto al Liverpool, uno de los clubes más históricos de Inglaterra. Sin embargo, en los inicios de la profesionalización del fútbol, en la década de los treinta, la situación era completamente distinta. En aquella época, descendió hasta en dos ocasiones de la Football League (actual Premier League) y la institución estaba cerca de la bancarrota. Para colmo, el 11 de marzo 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, el estadio fue alcanzado por una bomba alemana. Con el estallido de la guerra, los militares utilizaron el estadio como depósito de armamento y suministros, y junto a que la ciudad era un gran centro industrial, especialmente el distrito de Trafford Park que albergaba a las mayores empresas, convertía la zona en un objetivo de interés para las potencias del eje.

A la crítica situación deportiva y económica, se sumaba que debían jugar sus partidos como local en el Maine Road, casa del Manchester City. Con un coste de alquiler de 5.000 £ por año, más diferentes extras, la deuda del club ascendía a las 15.000 £. En medio de una situación poco esperanzadora, el 19 de febrero de 1945, el exjugador del Manchester City, Matt Busby, se convertiría en técnico del Manchester United. Tras rechazar una oferta del Liverpool para ser jugador-entrenador, inició una andadura con los 'Red Devils' que cambiaría el fútbol inglés para siempre. Tenía claro que necesitaba rejuvenecer la plantilla, consideraba que los jóvenes, no solo serían la clave del éxito, sino también el futuro del deporte. Además, para realizar su estilo de juego directo y agresivo, necesitaba piernas frescas, dispuestas a correr más metros que sus oponentes.

Las miras estaban puestas a largo plazo, por ello siempre mostró interés por el equipo juvenil. Poco a poco, los títulos fueron demostrando que su camino era el correcto. La FA Cup de 1948, fue el primer título del club en casi cuatro décadas. La primera liga llegaría en el año 1952, repitiendo el éxito en 1956 y 1957. La media de edad de los jugadores, registrada en 1956, era de 22 años, una cifra insólita, tanto para aquella época como para la actual, si hablamos de un campeón de liga. El trabajo realizado en la última década por Joe Amstrong, ojeador jefe, y Jimmy Murphy, entrenador asistente y encargado de la segunda unidad, permitió a Busby llevar a cabo su proyecto con éxito. La mayoría de los jugadores eran reclutados en edades tempranas para ser formados dentro de la institución, en vez de simplemente adquirirlos, por un precio, desde otras entidades.

La dominancia a nivel nacional provocaron que las ambiciones de Busby aumentaran, y con la creación de la Copa de Europa en 1955, ya tenía un nuevo reto. En su primera participación en la temporada 1956/1957, el club tendría un rendimiento notorio, cayendo en las semifinales ante el futuro bicampeón, el Real Madrid. En su segundo intento, debería verse las caras en los cuartos de final contra el temible Estrella Roja de Belgrado. Una victoria en Old Trafford por dos goles a uno y un trepidante empate a tres tantos como visitante, les convertía, por segunda temporada consecutiva, en uno de los cuatro mejores clubes del viejo continente. La euforia era tanta, que el día del encuentro, tras certificar el pase a la siguiente ronda, se celebró un cóctel en la embajada británica de Belgrado. Al día siguiente, debían regresar a Manchester en un viaje con escala en Múnich, debido a que la distancia no podía ser recorrida en un vuelo directo por los aviones de la época. Nadie era consciente de que ese día, en el acontecimiento más importante de la historia del Manchester United, cambiaría el devenir del fútbol para siempre.

Junto con el amanecer, el avión despega de Belgrado con todos los integrantes de la plantilla, cuerpo técnico, periodistas y otros pasajeros. Como curiosidad, la hora de salida se retrasó una hora debido a que el extremo Johnny Berry, jugador más veterano del equipo en el momento del accidente (31 años), perdió el pasaporte. Horas más tarde, el avión realiza su parada programada en Múnich para reabastecerse. Al igual que en la ida, la climatología complica el aterrizaje, debido a nubes bajas, que dificultan la visibilidad, y la nieve. En el viaje de vuelta, hay lluvia inclusive. Esto provoca que el piloto, James Thain, para aterrizar en la ciudad alemana, deba activar el sistema de deshielo en las alas para evitar el engelamiento (formación de hielo o congelación de algunas superficies del avión). Ya en tierra, los pasajeros desembarcan en la terminal para estirar las piernas y alimentarse, algunos jugadores aprovechan para ponerse a jugar con la nieve.

Una hora después de aterrizar, todo parece preparado para emprender el vuelo nuevamente, dirección Manchester. La cantidad de nieve en las alas era una preocupación que la tripulación decidió ignorar. Sin embargo, debido al engelamiento, que provocó desnivel en las alas, el piloto y copiloto se ven obligados a abortar la fase de despegue hasta en dos ocasiones. Tras volver a la terminal, por orden de James Thain, para revisar el motor, los jugadores se percataron de que los vuelos comerciales estaban cancelados por motivos climatológicos. Incluso, Duncan Edwards, la estrella del equipo, mandó un mensaje a su casera avisando que llegaría al día siguiente, que pasarían la noche en suelo alemán. Ante todo pronóstico, volvieron a embarcar en su avión privado. Al tercer intento, se produce la tragedia. Por culpa del engelamiento, el avión había aumentado su peso, las alas habían perdido capacidad de sustentación y, por lo tanto, aumentó la resistencia, mientras que disminuyó la aerodinámica. Al no ser capaz de ganar altura, el avión se estrella contra la valla que rodea el aeropuerto y, posteriormente, contra una casa desocupada, que terminó incendiándose

23 personas perdieron la vida; ocho jugadores, tres funcionarios del club, ocho periodistas, el agente de viajes, un íntimo amigo de Matt Busby, un miembro de la tripulación y un fan que acompañaba la expedición. Roger Byrne (28), Eddie Colman (21), Mark Jones (24), Duncan Edwards (21), Billy Whelan (22), Tommy Taylor (26), David Pegg (22) y Geoff Bent (25). Todos fallecieron en el momento del impacto, menos Duncan Edwards, que estuvo un par de semanas en el hospital antes de perder la vida. Tom Jackson, periodista fallecido en el accidente, fue el inventor del apodo "Busby Babes". 

El capitán, James Thain, y el guardameta, Harry Gregg, se convirtieron en héroes, abriendo una vía de escape y ayudando a evacuar a los supervivientes del impacto. Aparte de aquellos que perdieron la vida, Jackie Blanchflower y Johnny Berry, sufrieron lesiones que terminaron con su carrera futbolística. El resto de integrantes del equipo, sorprendentemente, solo sufrieron heridas leves, que les permitieron continuar jugando al fútbol. Matt Busby fue hospitalizado, al igual que el resto de afectados, en el Rechts der Isar Hospital. Con varias costillas fracturadas, un pulmón perforado y lesiones en las piernas, el personal médico no tenía esperanza de salvar su vida, llegando incluso a recibir la extremaunción (unción con óleo sagrado a aquellos que se hallan en peligro inminente de morir) dos veces.

A pesar de la desgracia ocurrida, la institución debía continuar con su actividad y salir hacia delante. De los jugadores sobrevivientes, la mitad continuó formando parte del equipo, mientras que otros prefirieron fichar por clubes menores del país, para evitar viajar por Europa. Los canteranos y reservas, tuvieron que ocupar los puestos vacíos de la primera plantilla en los primeros partidos tras lo ocurrido. Jimmy Murphy ejerció como sustituto de Matt Busby, mientras este se recuperaba, y gracias a la solidaridad de otros clubes ingleses, la plantilla pudo rearmarse con jugadores a préstamo. El Real Madrid, incluso llegó a ofrecer la cesión de Alfredo Di Stéfano. En las semifinales, enfrentaron al AC Milán con una plantilla prácticamente nueva, y a pesar de dar la sorpresa con un triunfo en la ida, una abultada derrota por cuatro goles a cero acabó con el sueño europeo. En liga esa temporada perdieron muchos puestos, aunque consiguieron un cupo en la final de la FA Cup, que acabaron perdiendo contra el Bolton Wanderers.

Con el paso de las temporadas, Matt Busby logró rearmar el equipo. Formó una de las delanteras más recordadas; la Santísima Trinidad o la 'United Trinity' (George Best, Denis Law y Bobby Charlton). Tras un arduo proceso de reconstrucción, conquistó la FA Cup de 1963 y la liga doméstica en 1965 y 1967. Sin embargo, el gran logro fue la Copa de Europa de 1968, justo una década después de la tragedia ocurrida en Múnich. Tras eliminar al Real Madrid en semifinales, el Manchester United derrotó a la Benfica de Eusebio en el antiguo Wembley. De esta forma, se convirtieron en el primer club inglés campeón de Europa. Bobby Charlton, como capitán, y Matt Busby, alzaron la "orejona", un título que los "Busby Babes" estaban destinados a conquistar.

Matt Busby sintió alivio al lograr ser campeón de Europa, debido a que se consideraba culpable del accidente. La razón por la que había tanta premura en regresar a Manchester aquel 6 de febrero de 1958, era porque la federación inglesa se negó a aplazar un partido de liga que se celebraba días después de la expedición en Belgrado. La negativa se debía a que la Football Association estaba en contra de que equipos ingleses disputaran la Copa de Europa. Por lo tanto, el técnico escocés decidió contratar un avión privado, en lugar de viajar en un vuelo comercial como era común por aquel entonces. A pesar de las advertencias y los avisos de que todos los vuelos del día habían sido cancelados, se dio luz verde para que el avión privado del Manchester United despegara. El hielo acumulado en el avión y la formación de aguanieve al final de la pista fueron los causantes del accidente, a pesar de que las autoridades de Alemania Occidental culparan y emprendieran acciones legales contra el capitán Thain. La compañía del avión, British European Airways, lo despidió días después del incidente y las acciones judiciales finalizarían, curiosamente, en 1968.

Los chicos de Matt Busby estaban destinados a conquistar Europa y ser una potencia dominante en el fútbol mundial. Muchos cuestionan si el Real Madrid habría sido capaz de ganar las cinco copas consecutivas de no ser por el accidente. La historia de los 'Red Devils' cambió para siempre ese día, nunca sabremos cuál era el límite de aquellos jóvenes tan ambiciosos y talentosos. ¿Cuántas Copas de Europa tendría el Manchester United? ¿Y cuántas ligas o copas? Bobby Charlton comenta que Duncan Edwards habría sido la estrella y líder de la selección inglesa, en vez de él, en el Mundial de 1966. Otra gran incógnita, saber si el palmarés de Inglaterra sería más amplio sin lo ocurrido. 

Está claro que a lo largo de la historia hay eventos desafortunados que afectan drásticamente al devenir de los acontecimientos. En el mundo del fútbol, este suceso es uno de ellos, quedando únicamente a nuestra imaginación, pensar que habría pasado si el 6 de febrero de 1958 no hubiera ocurrido el desastre aéreo de Múnich.

Luca Ortíz // @lucacho999





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