Hellas Verona : El eterno Campeón

Vivimos en un mundo donde lo establecido impera, el orden intocable de las cosas parece imbatible, pero a veces el mundo se rebela y revierte ese orden establecido. Esto fue lo que sucedió con el Hellas Verona de 1985, “el eterno campeón”.


Hablar de la Serie A es hablar de equipos con una tradición ganadora y las vitrinas repletas de títulos y equipos con cierta presencia en el fútbol italiano. La Juventus, dominadora absoluta con 33 títulos, el Milan con 16 , Inter de Milán o Nápoles son algunos ejemplos de “scuadras” pertenecientes a la aristocracia futbolística italiana.

Pero a veces, estos todos esos Goliath, surge un David para derrotarlos y poner patas arriba el establishment conocido. Esto corrió a cargo del Hellas Verona de la temporada 84/85, el probablemente más inesperado campeón de la Serie A.


El título del Hellas Verona no fue normal, llegaron a la Serie A en 1982 y en sus dos primeras campañas 82 y 83 acabaron sexto y cuarto respectivamente, el calcio gozaba de una muy buena reputación tras el título del Mundial obtenido por Italia en España. Era la liga que más dinero movía, que fichaba a las mejores estrellas y que atraía a un buen puñado de patrocinadores.

Ante el papel de favorito de la Juve y la aparición de serios candidatos como la Roma campeona del 83, el Milan, la Fiorentina o el Nápoles reforzado con Maradona, surgió un pequeño equipo del norte que apenas hacía tres años que había ascendido desde la Serie B y que bajo la batuta de Osvaldo Bagnoli puso patas arriba la Serie A.


El alemán Hans Peter Briegel y el danés Preben Eljkaer Larssen, procedentes de Kaiserlautern y Lokeren fueron los fichajes del Verona en el verano del 84 que llegaron a un equipo sin estrellas pero con un espíritu que en los dos primeros años tras el ascenso lo colocaban entre los seis primeros del fútbol italiano.

En el Verona destacaba Claudio Garella, un portero sin fama pero tremendamente solvente llegado desde la Sampdoria, el capitán Roberto Tricella, llegado cinco años antes del Inter, el delantero Guiseppe Galderisi al que la Juve rechazó, Luciano Brunin, Antonio di Gennaro o Silvano Fontolan conformaban el Verona campeón.

Eljkaer Larssen llegó del modesto Lokeren belga, llegó en silencio pero se destacó como un delantero bestial, fuerte, rápido, y duro y un descubrimiento, como Briegel del Kaiserlautern, ya sea como lateral, central o centrocampista, se convirtió en el verdadero corazón de un rocoso equipo.


La temporada 84/85 empezó con un Verona - Nápoles en el estadio Marcantonio Bentegodi de Verona en lo que fue la puesta de largo de Maradona como nuevo jugador partenopeo, ese día entendió que su adaptación a la liga no sería fácil algo de lo que se encargó el equipo de Verona que ganó ese jornada inaugural por 3-1, ante la incredulidad no solo del Diego, si no de toda la Serie A.

Un mes después, el 14 de Octubre, el Verona derrota en la quinta jornada a la Juventus (2-0), una semana después de empatar contra el Inter en San Siro y se aupó al liderato hasta el final de temporada, solo el Inter en la jornada 16 le alcanzó pero no pudo seguirle.

Invicto durante 14 jornadas, sufrió su primera derrota contra el Avellino en enero de 1985 (2-1) y no volvió a caer hasta la 25 contra el Torino en el momento cumbre del curso.


“Fue la mejor derrota por qué nos despertó de golpe” aseguró Bagnoli. “Nos hizo recordar que teníamos que pelear cada partido como si fuese el último de nuestras vidas por qué nadie nos iba a regalar nada” .

El título se cerró en la penúltima jornada el 11 de mayo de 1985 tras un empate en Bérgamo contra la Atalanta que ponía cambiaba el orden establecido en la Serie A y aupaba al Verona al Olimpo del fútbol del país de la bota.

Post Daniel Moreno // @DMTorrejon 

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