¡Cómo hemos cambiado! De perder la Bundesliga en la última jornada a la final de Champions

Es maravilloso. El fútbol es ese deporte de las cosas impredecibles, de los sucesos inexplicables. Sobre todo, es ese deporte que reordena las cosas. Al final, el fútbol no deja indiferente a nadie. Siempre deja a cada uno en su lugar, tanto para bien como para mal. Muchas veces puede ser cruel, pero cuando menos lo esperas, esa decepción de un día se convierte en alegría poco tiempo después. En Dortmund saben de esto.

El Bayern de Múnich realizó la temporada pasada una liga algo impropia para un equipo como el gigante bávaro. Tan ‘sólo’ 71 puntos en su casillero. El Borussia, rememorando los tiempos no tan lejanos con Jürgen Klopp a los mandos de la nave y jugadores como Hummels, Lewandoski, Reus o Götze disputó la liga al equipo de Tuchel (en el puesto desde ¡¡finales de marzo!! en detrimento del destituido Nagelsmann) hasta la última jornada. Tanto es así que el equipo de la cuenca del Ruhr llegó dependiendo de sí mismo a una última jornada de infarto. Y no sólo eso, sino que disputaba esta última cita en casa, con el apoyo incondicional del Muro Amarillo y ante un rival, el Mainz 05, que no se jugaba absolutamente nada más que el orgullo y amor propio. El Bayern visitaba al Colonia.

Pero, como decíamos al principio, el fútbol es inexplicable. El Dortmund comenzaba 0-2 abajo. Mientras los amarillos se volcaban para remontar, el Bayern de Münich ganaba en Colonia con un tanto de Musiala al borde del añadido final. La sorpresa de los muniqueses era máxima. El Borussia no consiguió darle la vuelta a un partido que poca gente podía adivinar lo que sucedió, no pasando del empate a 2 ante el Mainz 05. El Bayern, campeón. Y los pupilos de Edin Terzic llorando desconsoladamente delante de sus fans.

Una temporada después, el Borussia ha asegurado su presencia en Champions tras obtener Alemania esa quinta plaza (ocupada por los amarillos) que da acceso a la máxima competición continental. La temporada del equipo ha sido algo negativa a nivel liguero para el que lleva años siendo considerado como el segundo equipo alemán, eclipsado, como todos, por el sensacional Bayer Leverkusen de Xabi Alonso. Sin embargo, el equipo entrenado por Terzic se ha colado como invitado inesperado en una final de Champions en la que nadie contaba con ellos. Y lo ha hecho siendo, cuanto menos, el equipo menos favorito para pasar de rondas. Se coló en unos cuartos de final de lujo, en los que derrotó al Atlético de Madrid con remontada incluida en tierras alemanas.

La campanada sonó el pasado martes cuando, con un gol de Hummels en el Parque de los Príncipes, aumentó la renta conseguida en la ida (1-0) para poner el 2-0 en la eliminatoria en la que todos veían al París Saint Germain como claro ganador. 0 goles en 180 minutos del equipo entrenado por Lucho. Los Mbappé, Dembelé, Gonçalo Ramos, Kolo Muani y compañía fueron incapaces de hacer un gol al Dortmund, que ha traslado el Muro Amarillo de la grada al césped.

¿Será el momento del Borussia Dortmund? Tras aquella final perdida en 2013 frente al Bayern de Múnich (en Wembley, precisamente, donde será la edición de este año), quizá el fútbol reordene las cosas y entregue a los amarillos el máximo trofeo continental a nivel de clubes. No lo tendrá fácil: enfrente estará el Rey de Europa, un Real Madrid que tuvo ayer en Joselu su héroe inesperado para una remontada tan infartada como repetitiva para unos blancos que tocan con los dedos su decimoquinta Champions.

Por mucho que sea el rival, el Borussia ha demostrado que está capacitado para competir con cualquier equipo. En las últimas horas se ha viralizado una foto del actual entrenador del conjunto alemán, Edin Terzic, viendo un partido hace años en la grada como un fan más del Dortmund, su equipo de toda la vida. Les dirigirá en una final de Champions League tras haber pasado por numerosos estamentos del club. Además, el eterno Reus anunció hace unos días que abandonará Dortmund al finalizar esta temporada. Una oportunidad única para ambos y para su equipo. No se juega una final de europea todos los días.

Porque, como diría un tal Andrés Montes, la vida puede ser maravillosa. El fútbol, sin duda, lo es.

Miguel Jiménez // @migueljh1