Mendilibar: Dios del Olimpo

Hoy en día, triunfar en el mundo del fútbol profesional viniendo de las divisiones más bajas es una utopía al alcance de muy pocos. Son escasas las situaciones de este tipo, y más en el fútbol actual, donde es cada vez más frecuente que tanto los banquillos como los platós de comentaristas estén copados de ex futbolistas de reconocido nombre. Por ello, ver a un entrenador ‘del barro’ triunfar de una forma tan exagerada es casi un milagro. Pues bien, uno de estos milagros tiene nombre y apellidos: Don José Luis Mendilibar Etxebarría.


José Luis es ese tío campechano, humilde y sencillo que ve el fútbol de una forma diferente a los tiempos que corren: el de meter un gol más que el rival para ganar. No importan esas ‘pijadas’ actuales que buscan los entrenadores modernos, sino en hacer lo posible para ganar un partido, ya sea colgándote del larguero para que no te hagan gol mientras hayas aprovechado la ocasión que has tenido. Puro fútbol. Es cierto que el bueno de ‘Mendi’ no ha tenido nunca un grandísimo proyecto de grandes nombres, con dinero para fichar y objetivos muy ambiciosos. 

Él siempre ha estado cerca del barro, en equipos que se jugaban las habichuelas por abajo. Hace unos años, cuando este servidor entraba en su etapa adolescente (incluso antes), cada vez que un equipo candidato al descenso cesaba al entrenador, el nombre de Mendilibar siempre salía entre las opciones para sustituirle. Pero ¿por qué siempre se considera al vasco como un entrenador salva categorías?


Comenzó su carrera en la U.D. Lanzarote, donde compitió por subir a Segunda División. Comenzó su periplo en Éibar en la 2004-2005 y, tras una temporada excelente, es fichado por el Athletic Club para la siguiente temporada, en la cual estuvo sólo 9 partidos tras ser destituido. A partir de ahí, la carrera de ‘Mendi’ iba a retomar un subidón enorme. Ficha por el Real Valladolid para la temporada 2006-2007. Compitió en Segunda División de forma holgada, logrando el ascenso a ¡8! jornadas para el final del campeonato, llevándose además el récord de puntos (ya batido) hasta la época, con 88. En Pucela estuvo hasta febrero de 2010, cuando fue cesado por malos resultados. Desde que ascendió con la entidad blanquivioleta, siempre logró salvar al equipo pucelano. Decisión curiosa cuanto menos.


A partir de ahí, ficharía por equipos como Osasuna o Levante, llegando a Éibar de nuevo en 2015. Estuvo hasta junio de 2021, cuando fue cesado de su cargo tras descender a Segunda División. Sin embargo, lo destacable es que, desde que llegase al conjunto armero, logró salvarlo en todas las temporadas, incluso consiguiendo posiciones en la tabla prácticamente utópicas para el Éibar (un 12º o, incluso, en su primera temporada tras su vuelta a la ciudad tenía al equipo en puestos europeos en las primeras jornadas). Toda una declaración de intenciones del bueno de Mendilibar, que igual empezaba a demostrar que estaba para algo más. Siempre se le ha considerado como un entrenador para equipo de mitad de tabla baja, pero allá donde ha ido, salvo extraordinarias ocasiones, siempre ha conseguido enormes resultados. Un entrenador de los pies a la cabeza.


Tuvo que llegar a Sevilla, en marzo de 2023, para poner su nombre en el panorama europeo. El conjunto hispalense vivía (y vive) tiempos de poca luz, incluso oscuridad. Coqueteando con los puestos de descenso, Sampaoli es cesado y, ‘Mendi’, llamando a filas. Imagínense lo que pasaba por las cabezas de los dirigentes sevillistas para llamar a un entrenador acostumbrado a jugar en el alambre de la tabla. El temor a un posible descenso acechaba por el Sánchez Pizjuán. De hecho, la presencia del equipo en la Europa League era considerado como un problema, ya que el hecho de estar en la parte baja de la tabla liguera hacía que fuese indispensable centrarse en la competición doméstica. 

Pero Mendilibar estaba hecho de otra pasta. Comenzó a ganar en liga. De hecho, batió un récord para el Sevilla: se convirtió en el primer entrenador en la historia del club en ganar 4 partidos seguidos a domicilio dejando la portería a cero. ¿Se acuerdan del principio del artículo cuándo hablaba sobre meter un gol más que el rival? José Luis lo explotó en estado puro. La varita de Mendilibar sonó también en Europa. El aura que tiene el Sevilla con la Europa League es difícilmente comparable. Se ‘cargó’ al Manchester United y a la Juventus, plantándose en la final ante la Roma de José Mourinho, la cual sucumbió ante el rey de la competición. Primer título europeo para Mendilibar. Premio del fútbol.


Tras iniciar esta temporada en Sevilla, fue destituido al poco de empezar. Recaló en una aventura griega en Atenas, en Olympiacos, que tocó su puerta para reflotar al equipo. Y vaya si lo ha hecho. Ayer se proclamó con el conjunto griego campeón de la UEFA Conference League. Segundo título europeo consecutivo para el vasco. Y Mendilibar, claro, un ídolo en Grecia. Ya se está escuchando el mote ‘Mendilopoulos’. Los entrenadores españoles caen muy bien por Atenas. Que se lo pregunten a Ernesto Valverde, presente ayer por sorpresa en el estadio de la final europea. Salió vitoreado por la afición griega.


Que a gente como Mendilibar le vaya bien hace que la gente del fútbol de toda la vida esté feliz. Se impone a todo lo moderno. Un auténtico romántico del fútbol. Quizás Mendilibar sea un entrenador acostumbrado a coquetear el descenso con sus equipos. ¿Y si tuviese un proyecto con tintes a clasificaciones europeas? Se lo ha ganado a pulso. Son ya 2 los títulos europeos en su haber. Se lo ha ganado como nadie, un currante.

Larga vida a ‘Mendi’.

Miguel Jiménez // @migueljh1

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