Una Eurocopa de valientes y cobardes

España se proclama campeón de Europa con un paso perfecto por la competición. Pleno de victorias, necesitando ir a la prórroga únicamente una vez, contra Alemania en cuartos de final. Consiguiendo evitar los tan temidos penaltis, motivo de la eliminación de España en la última Eurocopa y en los últimos dos Mundiales. Un hecho, el cuál no se ha mencionado lo suficiente, teniendo en cuenta la cantidad de equipos que juegan a especular con el resultado y alargar los partidos hasta el último instante. España ha sido diferente, valiente y atrevida, por ello, a pesar de cualquier contra tiempo, ha sabido imponerse a la adversidad y superar cualquier obstáculo en el camino hacia la gloria.

Aunque la selección española haya levantado el título de campeón ganando todos sus duelos, no significa que todas las decisiones han sido correctas. Tampoco quiere decir que la plantilla era la más completa, ni mucho menos la más talentosa. Ahora todo son elogios y aplausos, pero antes todo eran dudas y críticas. Yo he sido el primero que apostaba más por otras selecciones, todas ellas posteriormente eliminadas por España. Sin embargo, las victorias de La Roja han sido indiscutibles, mostrando un juego vertical, atractivo y arriesgado, en comparación a la mentalidad de mediocre que han tenido sus competidores abatidos.

Porque mientras Deschamps dejaba en el banquillo a Griezmann en las semifinales para un planteamiento más defensivo, Luis de la Fuente nunca le ha pedido a sus extremos que dejen de encarar y desbordar por la banda. Mientras Nagelsmann cambió su estilo de juego ante España para interrumpir más el partido, a base de agresividad y faltas, Luis de la Fuente nunca dejó de presionar alto y de buscar la portería rival tras recuperar el balón, incluso cuando ganaba. Mientras las favoritas contaban en sus filas con estrellas mundiales consagradas, pero jugaban como un equipo cualquiera, a esperar al rival y que pase el tiempo, España, con un grupo de jóvenes inexpertos, como se les ha catalogado por Jens Lehmann, Rabiot y Gary Neville, ha decidido apostar por un fútbol vistoso, donde ellos buscaban forjar su propio destino, sin esperar a ver que hacían sus oponentes.

España ha contado con la suerte del campeón, pero ¿qué entendemos por suerte? La mayoría la considera un elemento de azar, sobre el cual no se tiene ningún tipo de control. Una concepción equivocada para mí. La suerte es el punto de encuentro entre la oportunidad y el trabajo. Si cuando llega el momento de la verdad no estás preparado, olvídate de salir victorioso. Cuando Lamine Yamal y Nico Williams recibían el balón, no dudaban en ir hacia delante. Cuando los titulares estaban exhaustos, dos suplentes, Mikel Merino y Oyarzabal, se han encargado de decidir los encuentros. Cuando Pedri se lesiona, Dani Olmo sale y se convierte en uno de los MVP's del torneo. Cuando Carvajal y Le Normand estuvieron sancionados, Jesús Navas y Nacho se encargaron de coger el testigo y jugar como si fueran la primera opción.

Todos ellos estaban preparados cuando llegó la oportunidad, fueron pacientes desde la vereda del campo, esperando su momento de brillar. Un ejemplo de resiliencia a nivel individual y un ejemplo de compañerismo a nivel colectivo. Porque Luis de la Fuente ha hecho un grupo unido, donde el apoyo es mutuo y recíproco entre los jugadores. La alegría de ganar es conjunta, sin importar el protagonista. En un equipo donde el mejor jugador es Rodri, poco más hay que decir. Un líder discreto, un perfil de jugador que huye de los focos y que deja que los protagonistas sean los demás. Sin embargo, su importancia en el funcionamiento del juego es tan fundamental que no puede pasar desapercibido, y por ello ha terminado siendo el mejor jugador del torneo.

Numerosos ejemplos se han dado a lo largo del torneo donde se hace evidente este dualismo entre la valentía y la cobardía. Uno de los más evidentes fue la sustitución de Harry Kane al minuto sesenta de la final, con Inglaterra por debajo del marcador, demostrando las limitaciones del entrenador, que a la mínima que hizo un cambio ofensivo con la entrada de Palmer, logró igualar la contienda. Por otro lado, el caso más evidente es la alineación de Cucurella desde el inicio del torneo, un jugador que ha terminado siendo el más amado por el respetable y se ha convertido en un ídolo para el pueblo español.

España se consagra campeona sin ser la favorita y sin tener a las mayores estrellas mundiales. Pero también se consagra campeona sin renunciar a unos principios y sin tenerle miedo al fracaso. Como dirían muchos, España revivió a la redonda, mostrando que es posible ganar siendo valientes y que arriesgar a veces da recompensa. "Honor a quien honor merece" y esta selección se merece el mayor de los honores.

Luca Ortiz // @lucacho999

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