Cuando un "adiós" significa mucho más que un "hola"
Por el Bernabéu no sólo se recordará este pasado verano por la llegada del bueno de Kylian. Se consiguió la anterior campaña un doblete de Liga y Champions que quedó algo eclipsado por la retirada de un mito. Si eres amante del fútbol olvidando los colores del equipo al que apoyas seguro que rendías tributo a Toni Kroos. Ha sido el primer verano desde hace 10 años que el alemán no se enfunda la remera con el escudo del Real Madrid en el pecho. Todo eran alegrías con las vibraciones que transmitía la llegada de Mbappé, uno de los mejores futbolistas del mundo, pero había una cierta sensación de, no sé cómo llamarlo… duda, perplejidad, runrún, incredulidad al no ver a un rubio comandando el centro del campo del Madrid. Ancelotti, un hombre de fútbol como pocos actualmente, lo sabía perfectamente.
El italiano es un tipo impasible ante cualquier momento de los muchos que ha vivido en el mundo del fútbol. Cuando en el último partido de liga de la ya pasada 23-24, ante el Real Betis en el Bernabéu, cambió al alemán para que pudiera tener una despedida con honores en su último partido en el coliseo blanco, Carletto no pudo contener las lágrimas. Además de la emoción propia de un momento como aquel, el preparador italiano sabía que se le iba una pieza de su gran puzle, posiblemente la más importante. Como dijo el entrenador durante la rueda de prensa de aquel partido, “no hay un jugador de sus características en el mercado”. En lenguaje madridista, se puede decir que la temporada 24-25 es la I d.K. La primera después de la retirada de Toni Kroos.
La no presencia del mediocentro en el equipo blanco se está notando. Y vaya si lo está haciendo. La dificultad que está encontrando el Real Madrid para tener un juego fluido esta temporada esta siendo pasmosa. En 5 jornadas, el equipo blanco ya se ha dejado 4 puntos respecto al líder, el Barça, un equipo que de no ser porque viste con los mismos colores que la temporada pasada, parecería un equipo completamente nuevo en comparación a lo visto en los últimos años. El problema radica, principalmente, en que la bola sigue agrandándose. El equipo de Flick no da atisbo de que vaya a pinchar tan fácilmente, al menos a corto plazo. Mientras, los merengues siguen con problemas en su juego.
La
llegada de Mbappé ha significado que el equipo sea mucho más, si era
posible, peligroso arriba. Al desequilibrio electrizante característico de
Vinicius Jr. se han unido las incontestables arrancadas del francés. La
sensación cuando echa a correr el ‘9’ del Madrid es que nadie le puede parar.
De hecho, habría que hacer memoria (y mucha) para acordarse de alguien que
pudiese detener al francés en los primeros metros de una carrera. Esto ha hecho
que las defensas de los equipos de la Liga estén mucho más pendientes de la
gente de ataque. Ya se podía intuir que el rendimiento de Mbappé iba a ser
prácticamente inmediato, al igual que su contribución goleadora (5 goles en lo
que llevamos de temporada, sumando Liga, Champions League y Supercopa de
Europa). Sin embargo, falta algo por detrás.
Carlo Ancelotti lo está probando todo. Obviamente, es lo que debe hacer. Varios cambios de sistema, posicionamiento de jugadores, todo. Ante el Stuttgart hace dos días en el debut en Champions se pudo ver a un Madrid algo más reconocible en cuanto a la solidez mostrada la pasada temporada. Con 4 centrocampistas, el ‘sacrificado’ arriba fue Rodrygo. Parece algo lógico si los dos restantes son Vini y Mbappé. Aún con eso, las dudas del técnico italiano siguen en lo que se refiere a los integrantes de esa línea de 4. Cierto es que ha sufrido varios reveses con las lesiones de Bellingham, Tchouameni y Camavinga. Este último todavía no ha debutado incluso. Así, cuando la enfermería blanca se vacíe, la lógica dice que tres de los cuatro deberían ser el inglés, Tchouameni y Fede Valverde. El francés parece ser que es el que más sostiene al equipo al ser más posicional. El charrúa y el británico son jugadores más llegadores o con más capacidad de recorrido. ¿Y el cuarto?
Ancelotti ha probado a distintos jugadores: Modric, Arda Güler e incluso un Ceballos que parecía más fuera que dentro y que puede cobrar un protagonismo parecido al de hace dos temporadas, donde por momentos rozaba el sobresaliente. Más si cabe con la masificación de partidos que se jugarán este año. El Madrid debe dar con la tecla más pronto que tarde. En un par de semanas se vislumbra un derbi madrileño en el Metropolitano con un Atleti lanzado. Los blancos pueden salir muy tocados de ese partido en un doble sentido: clasificatoriamente y a nivel de sensaciones. Lo que parece también razonable es que no se repetirá el patrón con 4 centrocampistas durante todo el año. Más que una cuestión de sistemas, parece que el problema va más encaminado hacia la colocación de las piezas. Hay para elegir. Y muy buenas.
Lo que está claro es que, a día de hoy, parece que el Real Madrid ha perdido más con la marcha de Kroos de lo que ha ganado con la llegada de Mbappé. Y es que el bueno de Toni ha dejado un gran vacío. ¡Menuda suerte hemos tenido los que le hemos visto jugar! Pero mucho ojo. Esto es el Real Madrid. Sabemos cómo se las gasta el conjunto blanco. No es cómo empieza sino cómo termina. Por si alguien se había despistado, las notas se ponen en junio.
Veremos.
Comentarios
Publicar un comentario