Escándalo en el derbi

La imagen del fútbol español volvió a verse empañada el fin de semana pasado con lo sucedido en 'El Derbi Madrileño'. Tras el gol de Militão, Courtois celebró el tanto hacia el sector de la grada, donde se encontraban los aficionados colchoneros más radicales. Los ultras del Frente Atlético, que probablemente estuvieron increpando al belga durante la segunda mitad, además de los silbidos por parte de toda la hinchada local cada vez que tocaba el esférico, provocaron la respuesta del guardameta a la hora del tanto. Esta situación desembocaría en el lanzamiento de objetos al césped, con la intención de afligir al que un día defendió la portería rojiblanca.

Como resultado, el partido se suspendió de forma momentánea, siguiendo las indicaciones del protocolo. Los jugadores regresaron a los vestuarios, se informó por megafonía sobre el incidente y, al cabo de un rato, los protagonistas regresaron al terreno de juego para disputar los más de 20 minutos restantes. A pesar del empate final, con gol de Correa en el descuento para salvar un punto para los locales, lo más destacable del partido, tristemente, fue todo lo que rodeo el encuentro. Una vez más, el fútbol español vuelve a estar en tela de juicio por cuestiones antideportivas.

Todo comenzó con la campaña lanzada, en redes sociales, por un sector extremista (y minoritario) de los seguidores colchoneros, alentando a que los espectadores acudieran al estadio con mascarilla. El objetivo era poder gritar insultos y cánticos racistas en contra de Vinicius Jr, sin ser identificados por las cámaras. Entre otras proposiciones, también estaba hacer cánticos mencionando al 'Mono' Burgos, para aprovechar el mote del exjugador del Atlético de Madrid y, de esta manera, camuflar sus verdaderas intenciones. Recordemos que con la estrella brasileña ya hay un trasfondo, cuando se cuestionaba su ética al celebrar los goles bailando.

Para sorpresa de todos, esta vez él no fue el protagonista del incidente, sino otro de los jugadores madridistas más odiados por la fanaticada rival, debido a su pasado en el club. Tras los hechos narrados con anterioridad, antes de que fueran obligados a entrar en los vestuarios, Koke y Giménez, como capitanes, y Simeone, como entrenador y emblema para la afición, se acercaron para intentar apaciguar las aguas y que fuera posible continuar con el espectáculo. Lo que no sabían ellos tres, es que protagonizarían unas imágenes que quedarán, negativamente, para la historia.

Simeone se dedicó, principalmente, a pedir calma y tranquilidad desde lejos, pero Koke y Giménez decidieron acercarse más, para poder hablar... con personas encapuchadas. Personas con apariencia de contrabandistas, de mafiosos o de delincuentes. Carteles deseando la muerte de jugadores, un muñeco ahorcado, delitos de odio e intentos de agresión, etc. No son solo apariencias, sino la realidad que representa al Atlético de Madrid (a pesar de que sea una minoría), hasta que no se impongan medidas contundentes por parte de quien tiene poder para hacerlo. ¿Desde cuándo los jugadores tienen que acercarse a negociar con ciertos aficionados que no lancen objetos peligrosos al campo?

Lo más triste es que la verdadera afición del club, los que deberían realmente ser la cara visible del seguidor rojiblanco, están hartos de que por culpa de un grupúsculo, que hacen mucho ruido, se les condene y juzgue erróneamente al resto. Para muestra, lo vivido tras el pitido final. Como es costumbre, los jugadores fueron a agradecer el "apoyo", aplaudiendo hacia la zona donde ocurrió el altercado. En ese momento, un silbido general del estadio mostró la disconformidad con estos comportamientos, mandando un mensaje claro. Sin embargo, ¿por qué fueron los jugadores a aplaudir hacia ese sector tras lo ocurrido? ¿A caso no están en contra de lo sucedido? ¿Por qué ningún capitán, o el propio Simeone, mandó no hacerlo esta vez como forma de mostrar también su disconformidad?

Quiero creer que simplemente lo hicieron por hábito, con la esperanza de algún jugador por dentro sienta repulsión hacia estas actitudes. Aunque esa esperanza se desvanece cuando no ha habido ninguna declaración de los jugadores o directivos condenando de manera tajante lo ocurrido. Al contrario, hay unas declaraciones de Simeone donde, con la boca pequeña, dice que esto no debe ocurrir, pero donde parcialmente culpa a Courtois de lo ocurrido, o por lo menos cree que podría haberlo evitado. No se equivoca, si Courtois no hace eso, nada habría ocurrido. Pero con todos los comentarios que lleva recibiendo desde que firmara por el máximo rival, hace ya más de 6 años, está en su derecho a réplica, sobre todo cuando sigue una ley de proporcionalidad. Una ley que claramente los causantes del revuelo no siguieron.

A partir de ahora, la responsabilidad cae sobre La Liga y los altos cargos de la institución rojiblanca, que deben entre ambos tomar medidas severas. No únicamente expulsar a uno o dos individuos, sino perseguir e iniciar acciones legales contra todos aquellos que llevan años cometiendo delitos de odio y manchando la imagen de toda una estructura deportiva como la del Atlético de Madrid. El protocolo avanza pero me continúa pareciendo insuficiente. Para que ocurran cambios hay que castigar a los que tienen poder de influencia y al aspecto que más les perjudique. El partido debe suspenderse y darse por finalizado, dándole los tres puntos al equipo rival, de esta manera los jugadores se interesarán porque no vuelva a ocurrir. Además, multa económica al club y cierre del estadio durante varias jornadas, implicando de esta manera a la afición, para que sepa cuáles son las consecuencias, y al club en general tocarles los bolsillos, que suele ser la manera más eficaz de lograr que se tomen medidas.

Viendo los videos y las imágenes de lo ocurrido, lo más consternante es un padre intentando tapar los ojos de su hija, a tan solamente unos metros del barullo, intentando prevenirla de creer que esos son los valores del Atlético de Madrid. Aunque estando en ese sector del graderío, no me quiero imaginar lo que ha podido escuchar y oír. Escandaloso y lamentable lo ocurrido en el Metropolitano.

LUCA ORTIZ // @lucacho999