¿Mindfulness? No, "Super Mario"


Milan Kundera decía: “creo que el futbol es un pensamiento que se juega, y más con la cabeza que con los pies”. Y cuánta razón tenía y, de hecho, tiene. Para entender más en profundidad este pensamiento y llevar a cabo su desarrollo a través de ejemplos concretos tenemos que hacer referencia a antiguas practicas meditativas como el mindfulness. Una práctica específica de meditación centrada en la conciencia de la experiencia personal presente.


En particular, el mindfulness invita a observar con curiosidad su propia experiencia, con una actitud abierta, curiosa y no juzgando. Mindfulness es un término inglés que significa ‘conciencia’ y representa el núcleo de esta práctica meditativa: prestar atención ‘momento a momento’ a lo que sucede. Este término se caracteriza por un matiz relativo al recuerdo, a la memoria, al recordar volver constantemente a la observación directa de la experiencia cuando nos damos cuenta de haberla perdido. De hecho, es central en el mindfulness reconocer y familiarizarse con los procesos psicológicos subyacentes a la construcción y elaboración de ideas.


Esta práctica aplicada a los deportistas profesionales y, más concretamente a los futbolistas, probablemente, sería una solución para redirigir la carrera de muchísimos de ellos que, por varias razones, no han sabido triunfar. Debería utilizarse como regla para todos aquellos jugadores que, a pesar de tener dotes físicas y técnicas espectaculares, tengan debilidades a nivel mental. Un ejemplo claro lo podemos aplicar a un jugador siempre de moda imaginando lo que podía haber sido y viendo lo que siempre ha demostrado. 

El jugador conocido más como Super Mario, o simplemente Balo, tiene un rico palmarés de trofeos concentrado en unos 7 años de sucesos deportivos, entre el 2007 y el 2014, aunque solo hayan sido breves los periodos donde pudo expresar su máximo nivel futbolístico. Estamos hablando de Mario Barwuah que nace en Palermo, en el barrio de Borgo Nuovo, el 12 de agosto de 1990. Es hijo de Thomas, un empleado y obrero edil y Rose Barwuah, inmigrantes ghaneses. Después de su nacimiento, sus padres se mudan al norte de Italia, en un pueblo llamado Bagnolo Mella en provincia de Brescia, en busca de trabajo. Los problemas de salud del niño en sus primeros años de vida y las dificultades económicas empujan a los Barwuah a refugiarse en los servicios sociales que recomiendan el cuidado familiar. Es así que, en 1993, el tribunal de menores lo entregó a la familia Balotelli, en la provincia de Brescia. 

Los dos hermanos mayores, Giovanni y Corrado, ayudan a sus padres a cuidar de él y lo siguen en su actividad de futbolista, convirtiéndose en sus procuradores. Balotelli debe esperar hasta cumplir los 18 años para obtener la ciudadanía italiana, ya que su custodia no se convirtió en adopción. El feliz acontecimiento tiene lugar el 13 de agosto de 2008 con una ceremonia oficial durante la cual el alcalde de Concesio le entrega su tarjeta de identidad italiana. En julio de 2010 se graduó en contabilidad con una nota de 60/100.

Mario ama jugar a la pelota y empezará a jugar al futbol con 7 años en el equipo del pueblo, el U.S.O. San Bartolomeo y en el 2007 pasará al sector juvenil del Lumezzane hasta debutar en la serie C1 en el 2006. Después del Lumezzane pasará al sector juvenil del Internazionale Milano 2006-2007 y debutará en la Serie A en el 2008.


Su aventura con el Inter es idílica y los tintes con aura de predestinado se materializan cuando con tan solo 17 años debuta en Serie A y en su segundo partido de Copa Italia marca un doblete. Con el entonces entrenador Roberto Mancini, Mario, será, durante muchos partidos, titular insustituible. Con la llegada de Mourinho, es el más joven anotador de la historia del ínter en la Champions, el campeonato también lleva la firma de sus 8 goles. Sin embargo, su historia con los nerazzuri es en fase de declino tanto que terminará, en el año del Triplete interista, con el episodio más notable debido a su entrada sin ganas en la final de la semifinal contra el F.C. Barcelona, hecho que enfurece a Mou y a todo el estadio de San Siro y que acabará con la famosa escena de él tirando al suelo la camiseta nerazzurra

En los dos años con Mou anotará 19 dianas y 11 asistencias en 62 partidos sin haber cumplido los 20 años de edad. En ese mismo verano, tras el enésimo episodio en el que se hace detener por la policía por disparar con el arma de los espantapájaros en la Plaza de la República, se oficializa el divorcio del equipo nerazzurro.

Tendrá su segunda oportunidad gracias al Manchester City de Roberto Mancini que lo ficha por 28 millones. Mario empieza su aventura inglesa con mucha fuerza. Marcará con el City en su debut en la Europa League, los citizens no pasarán de octavos y Mario será expulsado y sancionado con tres jornadas. El 14 de mayo 2011 Super Mario será nombrado ‘Man of the Match’ y el City ganará la FA Cup contra el Stoke City en Wembley. El 23 de octubre entrará en la historia de los derbis de Manchester en aquel famoso 6 a 1 del City al Manchester United. Quedará en la leyenda su celebración enseñando la camiseta con la famosa frase: ‘Why always me?’, un claro mensaje a los medios de comunicación y a la gente que lo criticaba por estar siempre en el centro de la atención de los focos mediáticos. 

Sucesivamente explicaría al periódico The Guardian: “era un mensaje para toda la gente que habla mal sobre mi diciendo cosas malas sobre mí y no me conocen, por eso estaba preguntando ‘porqué siempre a mí?’”. Será protagonista también en la consecución del título que faltaba al Manchester City: ganar la Premier League tras 44 años. El momento más alto de su etapa en el City. El público lo amaba y le dedicaba un coro que se escuchaba durante los partidos: “OOOOO Balotelli, he’s a striker, he’s good at darts, an allergy to grass but when he plays he’s fuckin class, he drives around moss side a wallet full of cash!”; enésima anécdota sobre el ‘good at darts’: Mario fue atrapado lanzando dardos a algunos chicos de los juveniles desde una ventana del primer piso del centro de entrenamiento del City. Cuando le preguntaron por qué lo había hecho, él respondió: "Me aburría".

En el 2012 Angelo Gregucci, ex colaborador técnico que coincidió con Mario en el City, hablando sobre la situación social, bullyng y función reducativa del deporte recuerda una conversación con el entonces joven Balotelli: “Hemos perdido los verdaderos valores como el respeto hacia el prójimo. Este es un mundo complicado, donde nos cuesta hablar cara a cara, donde los jóvenes se refugian fácilmente detrás de un smartphone; a menudo veo que se ponen en una esquina y conviven con esos artilugios durante horas, en lugar de hablar con la gente. Nos estamos perdiendo detrás de estas banalidades, ya no existen las relaciones humanas, ahora razonamos por seguidores. Por ejemplo, en los tiempos del City tenía conmigo a Mario Balotelli, él se sentía todopoderoso solo porque tenía 5 millones de seguidores y por eso creía que podía hacer cualquier cosa.

Yo le dije un día: “¿Mario no entiendes que, a diferencia de mí, tú eres un hombre solo?” y él: “Señor, pero ¿qué dices? me siguen 5 millones de seguidores”.

Entonces le expliqué: “Mario, tú puedes tener 5 millones de seguidores, pero si te quedas caminando cerca de casa, nadie viene a buscarte. Yo tengo tres amigos de verdad, pero si me quedo en Alaska, me recogerán seguro”.

Un recuerdo de lo que decía Mario hacia su antiguo procurador: “Mi procurador Mino Raiola, dice que soy un Peter Pan, algunos compañeros me llaman un hombrecito. Aclaremos de inmediato: son dos metáforas para definir a la persona, no al futbolista. Yo me siento mucho más hombre. Y no tengo que demostrar nada a nadie, ni a los italianos ni a los ingleses, fuera del campo: quien me conoce sabe quién soy realmente”. También le recuerda cuando lo define como un poco niño: “Mino se divierte llamándome Peter Pan y un poco puedo parecerle, en el sentido de que me gusta ser libre de hacer y decir lo que quiero”. Quizás el problema sea exactamente esto, el no tener la conciencia de actuar con mentalidad adulta evitando cometer las solitas y varias tonterías que en Italia empezaron a definirlas como ‘balotellatas’, fuera y en el campo, y esto fue lo peor porqué se tradujo en datos inconmutables: 16 amonestaciones y 5 expulsiones, en un par de temporadas en Premier.

En el 2013, Balotelli aprodará al Milan por 20 millones de euros más 3 de bonus. También aquí con un comienzo que hace gritar a la reaparición: doblete en su debut con el Udinese, con 12 goles en 13 partidos contribuye al tercer lugar del Milan. Pero después de dos meses insulta al árbitro Doveri contra la Fiorentina y se lleva tres jornadas de sanción. El verano con su selección Italia en la copa de Confederaciones y los 13 goles azules ya con 23 años alimentan la retórica de la historia aún por escribir. Incluso la revista Time lo pone entre los 100 más influyentes del mundo y se convierte en ‘el hombre más interesante del mundo’ en la portada de Sports Illustrated en agosto de 2013.


En el verano del 2014 pasará al Liverpool por 20 milliones. Quizás sea este el momento que marcará la diferencia en su vida futbolística y su consecuente declino. Después habrá otras experiencias fallidas como la vuelta al A.C Milan (no obstante, marcará 14 goles en 30 partidos, su récord de dianas en un campeonato), el renacimiento en Francia con el Niza (61 partidos y 33 goles, pero no faltarán peleas con Patrick Vieira cuando este pasó a dirigir en lugar de Lucien Favre como entrenador) y Marsella (15 partidos y 8 goles).

Seguirá la desafortunada decisión de volver a Italia, primero en su Brescia (donde la relación con Cellino nunca despegará) y luego al Monza en la Serie B, donde Adriano Galliani se mostró contento de darle una oportunidad más que casi se convierte en un ascenso a la Serie A. Luego Adana Demirspor, Sion y finalmente, desde octubre 2024, la vuelta a Italia en el Genoa.


Pero las sensaciones siempre son iguales. Cada vez que el Mario se cae, sentimos con idéntico asombro la misma letanía: seguimos viendo su incapacidad de aguantar las provocaciones, de controlar el instinto que le lleva a no soportar el mínimo error, las acusaciones de histeria. Se dijo muchas veces que el problema era a menudo Balotelli como objetivo en cuanto Balo y no como persona de origen africana. Se silbaba por su actitud en el campo y eso se malinterpretó con cuestiones de racismo. Por ejemplo, muchas veces en los tiempos del ínter se oían silbidos y murmurios cuando él tocaba la pelota y el silencio cuando el balón era en posesión de Eto'o (otro chico de origen africano). Mario, una vez más, si hubiese recorrido al mindfulness, entendería que lo mejor es esforzarse por dar una imagen diferente de sí mismo, dentro y fuera del campo y, sobre todo, aprender a convivir con los silbidos porque no se podrá gustar a todos.

Que Balotelli sea o haya sido un as nadie lo podrá poner en duda, con los movimientos, la agilidad y el control de balón de un brevilíneo y la potencia devastadora de un delantero de ruptura. Su debilidad ha de buscarse en el control de sus pulsaciones, en el control de sus pensamientos, de sus acciones dentro y fuera del campo, haría falta recurrir al ya citado mindfulness.

Nos deberíamos preguntar por qué Mario haya despertado, desde hace ya muchos años, el interés de los focos mediáticos. ¿El público lo sigue por sus capacidades técnicas y futbolísticas o por algún show que pueda montar en cualquier momento durante su vida cotidiana?

Vale la pena analizar no solamente los episodios llamativos, también numerosos, sino también observarlo en la normalidad de un encuentro. Su cara siempre enfurruñada, incluso su exultación al estilo ‘highlander’ durante los europeos parece inquietante, de uno que tiene algo contra el mundo entero. Su imagen sigue siendo la de un muchacho perennemente sin paz.

Cuantas veces lo hemos visto resbalarse en cada acción, maldiciendo a su rival, al público o al árbitro, tomársela con sus oponentes y compañeros y ponerse en el campo de juego con el mismo carácter que cuando estaba en el oratorio. Sin ofender el oratorio que ha sido y es una de las escuelas de fútbol más grandes de muchos países.


Pero el juego de oratorio es también ese movimiento siguiendo la ola del balón, bajo el signo de dame la pelota que yo me encargo, descartando a tantos oponentes como sea posible y a menudo terminando la acción con un tiro desde cualquier distancia. Atrayendo, pues, si eres uno de los mejores, las rudas atenciones de otros. Lástima que Mario, como hemos viso repetidas veces, haya perdido la alegría de aquella iniciación y haya mantenido sus caracteres negativos a lo largo de sus etapas futbolísticas.  Más que sagacidad táctica, es sin embargo la falta de serenidad en la normalidad de cada acción lo que lo hace vulnerable y que ofusca el inmenso talento con el que la naturaleza le ha dotado. Todo en su mirada parece indicar que quisiera llevar una lucha contra todos en solitario. 

Su actitud en la mayoría de partidos ha demostrado falta de confianza en sus compañeros (como le reprochó Chiellini después de la eliminación del Mundial en Brasil del 2014: “Balotelli es una persona negativa, sin respeto para el grupo”, afirmará en su autobiografía). Mario ha sido incapaz de frenar y controlar sus instintos durante sus actuaciones en el verde y eso ha provocado su frustración y rabia por no lograr ser o parecer el más fuerte de todos. ¿Conseguirá Balotelli invertir el pensamiento único sobre el en esta, posiblemente, última etapa de su historia como futbolista? El Genoa dictará sentencia y nosotros seguiremos observando.

 

 Fausto Mangione (@serpicomangio @serpico_81)

 

 

 

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