El Porto de Mou: La gesta que conquistó Europa en 2004
El 2004 quedará en la memoria de los aficionados al fútbol como el año en que se rompieron los pronósticos. Un equipo, el FC Porto liderado por José Mourinho, desafió todas las expectativas, dominó en casa y conquistó Europa con un estilo inconfundible. Este hito marcó un antes y un después en la historia del club y en la carrera del técnico portugués.
Antes de la llegada de Mourinho en enero de 2002, el Porto vivía tiempos de altibajos. Si bien ganó la Taça de Portugal en 2001 bajo el mando de Fernando Santos y la Supertaça Cândido de Oliveira en 2002 con Octávio Machado, el club había perdido su hegemonía en la liga portuguesa, llegando a terminar tercero en la temporada 2001-02. La necesidad de un cambio llevó a la contratación de Mourinho, quien cambió la inercia y la convirtió en leyenda.
En su primera temporada completa (2002-03), el Porto recuperó la Primeira Liga con autoridad, aventajando en 11 puntos al Benfica. Este fue solo el inicio de un período glorioso: en 2003, el equipo conquistó la Copa de la UEFA tras vencer al Celtic 3-2 en una vibrante final en Sevilla, marcando el preludio de su gesta más épica en 2004.
La temporada 2003-04 fue histórica. El Porto dominó nuevamente la liga portuguesa con una racha impresionante, pero fue en la UEFA Champions League donde alcanzó la grandeza. Encajado en el Grupo F junto al Real Madrid, Partizán de Belgrado y Olympique de Marsella, los dragones avanzaron como segundos, tras ceder solo una derrota ante el equipo madrileño.
En octavos de final, el Porto dio un golpe de autoridad al eliminar al Manchester United. Tras ganar 2-1 en Portugal, un gol decisivo de Costinha en Old Trafford selló el empate 1-1 y el pase a cuartos. Allí, enfrentaron al Olympique de Lyon, al que derrotaron con un 2-0 en casa gracias a Deco y Ricardo Carvalho. En la vuelta, dos goles de Maniche aseguraron la clasificación, a pesar del esfuerzo de los franceses por remontar.
En semifinales, el Porto se midió al Deportivo de La Coruña. Un empate sin goles en Do Dragão dejó todo abierto para la vuelta. En Riazor, un penalti convertido por Derlei tras una falta sobre Deco aseguró el 1-0 y el pase a la final.
El 26 de mayo de 2004, en el Arena AufSchalke de Gelsenkirchen, el Porto y el Mónaco se enfrentaron en una final inesperada. José Mourinho y Didier Deschamps, ambos estrategas meticulosos, plantearon un duelo táctico desde el primer minuto.
Tras un inicio cauteloso, el joven Carlos Alberto rompió el empate en el minuto 39 con una espectacular volea. En la segunda parte, el Mónaco intentó igualar, pero el Porto defendió con solidez y golpeó en los momentos clave. Deco amplió la ventaja en el 71, y poco después, Alenichev sentenció el 3-0 en una jugada calcada al segundo gol.
El pitido final confirmó al Porto como campeón de Europa. Este triunfo cerró un ciclo perfecto: Liga, Copa de la UEFA y Champions League, un triplete que consolidó al club entre los grandes de Europa y lanzó a Mourinho a la élite de los entrenadores.
Tras su histórica victoria en la Champions League de 2004, el Porto entró en una fase de transición marcada por la partida de José Mourinho y muchas de sus estrellas. Mourinho dejó el club para unirse al Chelsea, donde continuó cosechando éxitos y consolidándose como uno de los entrenadores más influyentes del fútbol mundial, dirigiendo después al Inter, Real Madrid, Manchester United, Tottenham y Roma. Ahí se forjó la leyenda del "The Special One".
Jugadores clave como Deco, Ricardo Carvalho y Paulo Ferreira siguieron a Mourinho o se unieron a grandes clubes como Barcelona, mientras que otros como Costinha, Maniche y Derlei optaron por destinos menos mediáticos. Vítor Baía, emblema del club, se retiró en el Porto como una de sus grandes leyendas.
Pese a la pérdida de estas figuras, el Porto se reinventó con un modelo basado en captar y desarrollar talentos jóvenes, manteniendo su competitividad en Portugal y logrando más éxitos internacionales, como el triplete de 2011 con André Villas-Boas. El club se consolidó como un referente en Europa, descubriendo y potenciando jugadores como Hulk, Falcao, James Rodríguez y João Moutinho antes de venderlos a grandes equipos.
Y tú, ¿Cómo viviste aquella inolvidable final de Gelsenkirchen? ¿Qué recuerdas de ese equipo que conquistó Europa? Déjanos tu opinión en los comentarios.
Post Daniel Moreno // @DMTorrejon
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