Luka Modric : El adiós de una leyenda

El jugador con más títulos en la historia del Real Madrid dice adiós.

Hay despedidas que no se anuncian con palabras, sino con un nudo en la garganta. De esas que te descolocan por dentro, aunque supieras que tarde o temprano llegarían. Esta tarde, con el sol cayendo sobre Madrid, Luka Modric, el niño de Zadar que venció a la guerra con un balón, ha dicho adiós al Real Madrid.

Fueron 13 temporadas, 590 partidos, 43 goles y nada menos que 28 títulos, convirtiéndose en el futbolista más laureado de la historia del club más grande del mundo. Pero reducir a Modric a cifras sería como intentar encerrar el arte en una caja.

Llegó en silencio, en aquel verano de 2012, con Mourinho en el banquillo y más de uno preguntándose si aquel “bajito del Tottenham” podría sobrevivir al peso del escudo. "Tengan paciencia,dijo Mou, se van a enamorar de él". Y claro que nos enamoramos.

Nos enamoramos de su manera de jugar al primer toque.
De sus controles orientados que parecían coreografía.
De ese exterior que retó a las leyes de la física y se convirtió en una firma.
De su asociación mágica con Kroos y Casemiro, ese triángulo sagrado que marcó una era.

Nos regaló noches inolvidables: el gol al United, las remontadas en Champions, los títulos uno tras otro... Y siempre con esa sonrisa tranquila, la del que sabe que el fútbol también puede ser poesía.

Se va con 6 Champions, 5 Mundiales de Clubes, 4 Ligas, 2 Copas del Rey, 5 Supercopas de España, 5 Supercopas de Europa y 1 Copa Intercontinental.

Y a nivel individual: Balón de Oro, The Best, Balón de Plata del Mundial de Catar, y el respeto del planeta entero.

Pero si me preguntas qué se queda para siempre, no serán los trofeos. Será esa imagen suya, entrando al césped con el pelo mojado y los cordones bien atados, como un niño al que acaban de regalar su primer balón. Esa alegría sincera, ese amor por el juego. Esa humildad que jamás se fue.

Gracias por tanto, Luka.

Por tu fútbol, por tu clase, por tu sonrisa.

Te vas del Madrid, pero del corazón del madridismo no se va nadie como tú.