Previa Europa League 2025 – Los ojos puestos en Bilbao
Esta noche, con el sol cayendo sobre San Mamés, el fútbol nos regala una final inesperada, pero con mucho sabor: Manchester United vs. Tottenham Hotspur.
Dos equipos históricos, sí, pero también dos clubes que vienen de una temporada nefasta en la Premier. Están en la posición 16 y 17 de la tabla, ahí es nada. Así que, más que un título, lo que se juega hoy es orgullo, redención y un billete a la Champions que puede cambiar muchas cosas.
El Tottenham, que no levanta un título desde 2008, llega con una confianza que sorprende. Ange Postecoglou, su entrenador, ha hecho de la Europa League un refugio. En la Premier no hay quien los entienda, pero en Europa han estado firmes, sin perder en grupos y pasando por encima del Eintracht y el Bodø/Glimt. Tienen bajas importantes (Maddison, Kulusevski, etc.) y Son está entre algodones, pero ahí están, plantados en una final.
El United no es muy distinto. Temporada para el olvido en casa, lío tras lío, y un banquillo que ha cambiado de manos. Desde que llegó Ruben Amorim en noviembre, el equipo no ha cambiado mucho. Ha apostado por gente joven como Leny Yoro (que puede perderse la final por lesión), ha recuperado algo de estructura, y sobre todo, ha confiado en la clase de Bruno Fernandes, que es quien sostiene todo esto con alfileres.
¿La clave? El centro del campo. Si te gusta el fútbol de verdad, el duelo entre Casemiro y Bentancur va a ser una delicia. Uno con la experiencia, el otro con el hambre. Ahí se va a cocinar buena parte del partido. Y ojo también con Ugarte, que junto a Casemiro puede darle mucha guerra al ritmo de los Spurs.
¿Y las alineaciones? Pues más o menos lo esperado: el Tottenham sale con su clásico 4-3-3, con Vicario en portería y Romero mandando atrás. En el medio, Bissouma, Bentancur y Pape Sarr. Arriba, si Son está bien, irá con Richarlison y Brennan Johnson. El United, por su parte, usará un 3-4-2-1: Onana en portería, defensa de tres con Maguire al frente, carrileros como Amad Diallo, mediocampo fuerte con Casemiro y Ugarte, y arriba, Garnacho, Bruno y Højlund.
Más allá del fútbol, lo que hay en juego es enorme. El ganador va a la Champions, lo que significa dinero, prestigio y algo de paz. El Tottenham no gana un trofeo europeo desde 1984, y el United quiere alcanzar a Sevilla en el palmarés de esta competición con 3 títulos. Ambos llegan con bajas, con dudas, pero también con esa sensación de "es hoy o nunca".
Los números lo dicen todo: la supercomputadora de Opta da un 50,3% de opciones a los Spurs y un 49,7% al United. Es decir, no hay favorito claro, y eso lo hace más interesante.
Ruben Amorim lo dijo tras las semifinales: “Si no ganamos la final, no significará nada para nosotros”. Y es que, a estas alturas, nadie se acuerda del camino si no levantas la copa.
Así que nada, esta noche todos los focos van a Bilbao. El escenario es perfecto, el ambiente también. Dos clubes buscando aire, buscando orgullo… y una Europa League que vale mucho más que una medalla.
Yo, por mi parte, termino el café, bajo el sol suave de esta mañana, y me quedo pensando: ¿Quién va a escribir su redención esta noche?
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