Mikal 556 Bridges
Mikal 556 Bridges. Un jugador de la vieja escuela, de esos que quieren jugar un partido, otro, otro, y todos los que estén en el calendario. Sin buscar descansos, sin alegar molestias o lesiones para justificar su ausencia en algún partido, sea intrascendente o clave.
Como dijo en su día Kobe Bryant: “Si puedo jugar, tengo que jugar. Alguien gastará su dinero solo en un partido, y mi obligación es que me vea en la pista.”
Con Mikal Bridges estamos ante un jugador que, desde que debutó en la NBA, lo ha jugado absolutamente todo. En los tiempos que corren, eso es casi una rareza. Con 82 partidos por temporada, es normal sentir el cansancio, algún golpe en un back-to-back o pequeñas dolencias que hacen que muchos jugadores descansen. Pero Mikal no. Mikal no pide pausa. Es, literalmente, el Iron Man de la NBA.
Y qué mejor forma de mantener ese ritmo que con Tom Thibodeau como entrenador. El veterano exentrenador de los New York Knicks se caracteriza por exprimir al máximo a sus jugadores: nada de descansos, nada de repartir minutos, y mucho menos, nada de dosificar esfuerzos. En ese contexto, Thibodeau encontró a su mejor soldado, alguien fiable, constante, el tipo de jugador con el que irías a la guerra cada noche.
Este rasgo de Bridges contrasta directamente con el de Kawhi Leonard, un jugador al que, si hay partidos seguidos, sabes que lo verás poco... o no lo verás. Son dos polos opuestos en cuanto a disponibilidad. Y eso que la NBA, consciente del problema de los descansos masivos, impuso normas para optar a los premios de fin de temporada: sin un mínimo de partidos jugados, ni MVP, ni quinteto ideal, ni nada de nada.
Y mientras tanto, nuestro protagonista lleva la friolera de 556 partidos consecutivos disputados. Un dato que hoy sorprende, pero que en el pasado era más común. A medida que el deporte se ha vuelto más exigente y los cuerpos técnicos analizan todo al milímetro, es casi imposible encontrar un preparador físico que no recomiende descanso. Por eso, sorprende tanto que nadie haya parado aún a Bridges.
En nada arrancará su octava temporada en la NBA, ya con tres equipos a sus espaldas: empezó en los Phoenix Suns (pick 10 del Draft), pasó por los Brooklyn Nets, y actualmente viste la camiseta de los New York Knicks. Como dato curioso, en la temporada del traspaso entre Suns y Nets (2022-23), llegó a jugar 83 partidos, uno más de los 82 oficiales de la fase regular (56 con Phoenix y 27 con Brooklyn).
Año nuevo, vida nueva. Eso pensarán en Nueva York, ahora que ya no tendrán a un “sargento de hierro” en el banquillo. Thibodeau ha sido reemplazado por otro veterano, Mike Brown, un técnico con 11 años de experiencia como entrenador principal y 13 como asistente. Entre sus logros, destacan dos premios al Entrenador del Año: el primero con los Cleveland Cavaliers (2009) y el segundo con los Sacramento Kings (2023).
Aún está lejos del récord histórico de partidos consecutivos, en manos de un jugador mítico de los Lakers en plena era Showtime: A.C. Green, quien disputó 1.192 partidos seguidos a lo largo de 16 temporadas. Y no llegó a más porque Pat Riley decidió dejarlo fuera de tres encuentros por decisión técnica. Tres partidos en toda una vida. Luego encadenó 14 temporadas seguidas jugándolo todo. Demoledor.
Mikal Bridges ayuda en todas las facetas del juego y brilla especialmente en defensa, lo que le valió entrar en el Mejor Quinteto Defensivo en 2022. Con 1,98 metros de altura y una envergadura de 2,16, puede defender prácticamente cualquier posición, lo que lo convierte en un jugador imprescindible para cualquier entrenador.
Y aprovechando que se cumplen 16 años del adiós del grandísimo Andrés Montes, nos despedimos con dos frases adaptadas a nuestro protagonista:
2 días para que empiece la NBA, y el bueno de Mikal Bridges intentará firmar su octava temporada consecutiva sin perderse ni un solo partido.
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