El significado de lo cotidiano


En la NBA, como en cualquier otra liga y deporte, existen unas acciones y códigos que se nos hacen tan cotidianos que nunca nos hemos planteado su significado, o la historia que lo ha convertido en una costumbre tan inherente a este deporte. De hecho, en muchas ocasiones estas situaciones sólo nos despiertan curiosidad, debido en gran parte a las preguntas de alguien que está tomando su primer contacto con la liga, o gracias a artículos como este.

Por lo tanto, hoy conoceremos algunas de las historias, motivos o costumbres que vemos de manera tan habitual durante un partido:

“THANK THE PASSER”

Querría comenzar con esta historia, ya que ha sido el principal motivo por el que decidí escribir el artículo, y se trata de apuntar con el dedo a la persona que te ha regalado el pase con el que has convertido el tiro que acabas de anotar.

Todo comienza en los años 70, cuando Dean Smith y John Wooden, por entonces entrenadores de las universidades de Carolina del Norte y UCLA respectivamente, integraron en sus propios equipos esta costumbre tras una intensa conversación acerca de los valores de esfuerzo y reconocimiento entre compañeros que ambos consideraban sanas y ejemplares.

Smith fue el primer entrenador en integrar el gesto entre sus compañeros con el ánimo de que, incluso los jugadores menos anotadores recibieran el debido reconocimiento, tanto por parte de su equipo como del público, al ponerlos de manera tan evidente en el foco y sacando a relucir la importancia de su intervención en la jugada.

Por supuesto, este gesto rápidamente se vio como una gran iniciativa para generar cohesión en el equipo y ha llegado hasta nuestros días, donde no hace falta cruzar el charco o asistir a un estadio para poder apreciarlo entre los jugadores de un equipo.


“PASAR LA MANO POR LA SUELA”

En ocasiones podemos ver cómo el jugador levanta el talón mientras flexiona la pierna para regalarnos una curiosa situación en la que se pasa la palma de la mano, primero por una suela, y después por la otra.

Esta acción toma sentido cuando caemos en la cuenta de que el propio calzado puede ir acumulando polvo y suciedad, la cual repercute negativamente en la adherencia de la zapatilla en el parqué haciendo que pueda resbalar, ya que éste se encuentra perfectamente pulido. Hay que recordar que siempre que cae alguien al suelo, los chicos de la mopa salen corriendo para evitar por todos los medios que ese pequeño exceso de humedad pueda causar algún incidente inapropiado que pueda conllevar lesión.


Además de esto, y como ayuda adicional, ciertos jugadores utilizan la goma de la suela para secar sus propias manos. No es raro ver este gesto en jugadores mientras el tiempo está parado, además de usar su camiseta o pantalones con el mismo fin.
Para evitar este tipo de riesgos, los jugadores ahora también disponen de un tapete donde pueden pisar y ganar un poco de “grip” para la zapatilla. Incluso para evitar la humedad de las propias manos, y como todos hemos podido apreciar en los comienzos de partido de LeBron James, tienen a su disposición polvo de magnesio junto a los jueces de mesa.

Como curiosidad añadida, os contaré que al bueno de Dwight Howard se le sancionó porque decidió cambiar el magnesio por una especie de líquido pegajoso para poder mantener los balones que recogía de los rebotes. El pastel se descubrió cuando, tras tocar el balón durante un tiro libre, un jugador del otro equipo se quejó al árbitro, dejando a Howard en evidencia.


“LEVANTAR AL COMPAÑERO CAIDO”

Quizá esta situación es la que más fácil puede ser apreciada por el telespectador, ya que se da en innumerables ocasiones durante un partido, y la situación es la siguiente:

Un jugador cae al suelo tras un lance del juego, e inmediatamente todos o gran parte de sus compañeros corren a levantarlo. Pero, esto no es algo que se vea en otros deportes, ¿Qué está pasando?

En primer lugar, es una muestra de unidad de equipo. Un compañero caído notará que tiene a todo el grupo de su lado y dándole muestras de la importancia que tiene la pertenencia a ese equipo. Esta situación refuerza el vínculo entre los componentes de la plantilla y hace notar al rival que todos reman en la misma dirección.

En segundo lugar, está evitar el cansancio innecesario del compañero. Pues en situaciones límites, como finales del 4º cuarto, tras prórrogas o durante partidos back to back, las piernas y los brazos hacen un sobreesfuerzo cuando se trata de levantar a una persona que por lo general roza o sobrepasa los 100kg.
Ese esfuerzo bien se puede utilizar para un lanzamiento en los últimos instantes del partido o para generar la distancia necesaria con el acierto de unos decisivos tiros libres en los que el brazo o las piernas no tiemblen sin remedio.


Por la otra parte, también existe el hábito de NO levantar al rival caído. Esta “norma” suele chocar a jugadores provenientes de Europa, y en varias ocasiones se ha podido apreciar a algún compañero de equipo desviando la mano del jugador que intenta levantar al contrincante tras un choque.

Esta situación encuentra su porqué en el hecho de fomentar la concentración en el juego y en las próximas tareas a desempeñar, antes de fijarte en un jugador al que, como hemos visto antes, van a levantar sus propios compañeros. Además, ese jugador no es de su grupo y en ocasiones se podría llegar a ver como un gesto de debilidad por parte de esta “alma caritativa”.

La excepción a esta norma es, de manera indiscutible, la admiración que quieres mostrar por tu contrario al que levantas o levantan varios de tus compañeros como muestra de respeto por el partido o por la carrera que ha brindado ese jugador en cuestión.


“CHOCAR LA MANO TRAS TIRO LIBRE”

Esta ocasión siempre genera algún tipo de comentario entre los asistentes al encuentro, pues anote o no el jugador que ha lanzado el tiro libre, los 4 compañeros restantes en cancha se acercarán para chocar la mano del lanzador, y esta acción se repetirá en ambos equipos y tras cada uno de los tiros sin importar de cuantos se trate.

De nuevo, en este apartado tenemos que hablar de compañerismo y camaradería. El jugador se sentirá felicitado y reafirmado tras anotar el tiro, o comprendido y arropado tras fallarlo. De cualquier modo, este simple gesto que suele consistir en dar un paso adelante con las manos extendidas, y luego hacia atrás recibiendo las manos de todos los componentes del equipo en cancha, tiene un efecto positivo en la moral del jugador y su integración en la plantilla.

Este acto no sólo tiene una utilidad, ya que también suele haberse integrado en la rutina de lanzamiento del jugador, y esto se puede apreciar en alguna ocasión cuando el árbitro concede varios tiros sin rebote, y aun sin compañeros que le devuelvan la palmada, sin dudarlo realiza los pertinentes gestos antes de ejecutar su siguiente lanzamiento.


En definitiva, todos y cada uno de estos gestos tienen su propio significado mas allá de la mera costumbre, y sin lugar a duda, otras situaciones tendrán lugar, volviéndose habituales entre los profesionales de este colectivo, el cual tiene un gran número de historias por contar, y otras tantas por descubrir. Esto hace del baloncesto uno de los deportes con mayor fondo y complejidad gracias a la rica cultura que le rodea.

¿Acaso no es por eso por lo que estás leyendo este artículo?

Post Javi Navarro 


Comentarios

Entradas populares