¿POR QUÉ NADIE HABLA DE ROBERT HORRY?
Robert Keith Horry (Hartford, Maryland, 25 de agosto de 1970) disputó 16 temporadas en la NBA. Un jugador que nunca fue estrella, pero siempre estuvo donde debía estar.
Aquella final será recordada por el duelo titánico entre Hakeem Olajuwon y Patrick Ewing, pero el alero de Alabama sumó desde un básquet que los números no reflejan. El propio Tomjanovich lo resumió años después: “Rob era nuestro comodín. Tenía un IQ brutal, y siempre sabías que haría lo correcto sin necesidad de pedírselo.”
Tras un paso fugaz por los Suns, donde no ganó nada, llegó a los Lakers de Phil Jackson. Allí se convirtió en el escudero perfecto, la cuarta o quinta espada ofensiva, pero siempre el mejor aliado silencioso. Jackson lo usó como falso cuatro, como defensa de emergencia, como cierre de confianza. En tres Finales consecutivas (ante Pacers, Sixers y Nets), fue el pegamento que mantenía la estructura: liberó a Shaquille O’Neal de guerras innecesarias y dio equilibrio a una dinastía.
Aquel Game 5 fue una obra maestra del “Big Shot Rob”. Con 5.9 segundos para el final y San Antonio tres puntos abajo, Ginóbili penetra por el lado débil, dobla el pase y deja solo a Horry en la esquina izquierda. Silencio. Triple. 96-95. La serie se pone 3-2 y, poco después, otro anillo para su colección. Chauncey Billups lo resumió así: “Sabíamos que si el balón llegaba a sus manos, el partido estaba terminado.”
Fue su séptimo título. Nadie con tan pocos focos había tenido tanto impacto en la historia. Nunca fue All-Star, nunca lideró una franquicia en nada… pero su legado va más allá de las estadísticas.
“Hay tipos que quieren el balón, tipos que lo esquivan, y tipos que lo entienden. Horry entendía el momento como nadie,” dijo Tim Duncan. “Le dabas el balón y sabías que no iba a temblar. Que lo iba a disfrutar.”
En 16 años de carrera, promedió apenas 7 puntos, 4.8 rebotes y 2.1 asistencias. Y sin embargo, fue uno de los jugadores más decisivos de su generación. Su nombre aparece en récords que definen su rareza:
-
Uno de los únicos nueve jugadores con siete o más anillos, y el único fuera de los Celtics de los 60.
-
Único jugador en lograr back-to-back con dos equipos distintos (Rockets y Lakers).
-
Uno de los dos únicos campeones con tres franquicias diferentes.
-
En su retiro, líder histórico en partidos de playoffs (244).
-
Récord de triples en Finales (53).
-
Primer jugador con 100 robos, 100 tapones y 100 triples en una temporada.
-
Nunca faltó a los playoffs en 16 temporadas.
Y, sobre todo, tres tiros inmortales:
-
Finales 1995 (vs Magic): triple a 14 segundos del final para poner a los Rockets 3-0 arriba.
-
Finales 2001 (vs Sixers): triple a 47 segundos del final y cuatro tiros libres que sentenciaron el 96-91.
-
Finales 2005 (vs Pistons): el ya mítico triple a 5.9 segundos del final.
Tres momentos. Tres ciudades. Tres camisetas. Y un mismo destino: aparecer cuando todos los demás temblaban. Robert Horry nunca fue una superestrella. Fue algo mucho más difícil de encontrar: el jugador que entendía cuándo serlo.
Comentarios
Publicar un comentario