Zach Edey: Un MVP al ostracismo?

Y, tan rápido como si de un partido a tiempo corrido se tratase, nos encontramos al comienzo de este segundo cuarto del 2023. A estas alturas de temporada, a punto de comenzar los play-in, play-offs y toda la polémica con los tanking de los equipos, profesionales y aficionados comienzan a mirar hacia la próxima temporada.

En un claro aprovechamiento de todos los recursos disponibles en el organigrama, entrenadores, asesores y directivos valoran el estado de su franquicia hasta la fecha y comienzan a trazar el plan de acción con vistas a presente o a futuro, siempre con un ojo puesto en lo sucedido durante un excitante mes de marzo. El denominado MARCH MADNESS.

Y es que durante este pasado mes, como sucede cada año desde 1939, Estados Unidos vivió en un estado de emoción desenfrenada la etapa final de la NCAA. Una fiesta en la que las mejores universidades del país compiten por traer la gloria a sus colores, sus estados y, por supuesto, para hacerse un hueco de cara al momento más importante de sus vidas: El Draft de la NBA.

El ansiado título se lo llevaron los Connecticut Huskies, pero hoy hablaremos del National College Player of the Year, que no es otro que el pivot de 2.24m, Zach Edey.El gigante canadiense de 20 años, jugador de la universidad de Purdue, ha sido elegido como el mejor jugador de la competición regular después de promediar 13 rebotes y 22 puntos por partido con un 73% de acierto. Todo esto ha servido para comandar a los Boilermakers y llevarlos a la primera posición de la Big Ten Conference Division. Y seguro que todas estas palabras y tecnicismos suenan muy rimbombantes, pero la realidad no es otra que Purdue cayó derrotada en la primera ronda de este March Madness.

¿Entonces por qué hablamos de Zach Edey?

Pues porque su año ha estado lleno de galardones, su valoración en el MVP de la liga ha sido unánime y la repercusión que ha tenido en el devenir de su equipo ha sido crucial para la universidad el estado de Indiana. Sin embargo, parece ser que todo esto no ha sido suficiente para poder mantenerse en las predicciones del próximo Draft, pues en el último pronóstico que ha sacado Bleacher Report, el de Toronto se ve relegado a un desesperanzador número 53 (23º de la segunda ronda), probablemente seleccionado por los propios Indiana Pacers.

Esta situación no es nueva dentro de la competición universitaria, pero tampoco suele darse con mucha frecuencia, ya que en la lista cohabitan nombres de la talla de Zion Williamson, Blake Griffin, Kevin Durant, Michael Jordan, Anthony Davis o Tim Duncan entre otros muchos ilustres. Quizá los nombres de Frank Mason III, Jimmer Fredette y Kaminsky no nos suenen tanto por sus altas posiciones en el draft o su repercusión en la liga.
En el caso del jugador de ascendencia china (por parte de madre), el peligro de quedarse fuera del draft es un asunto muy real, y todo se basa en las grandes preguntas que se hacen los equipos durante su scouting, siempre teniendo en cuenta que, aunque jugadores como el anteriormente mencionado Anthony Davis, Ayton, Embiid o Jokic tienen una fuerte incidencia en sus franquicias, aún no ha acabado la era del small-ball, y los jugadores más interiores están obligados aún a tener un arma extra de cara al aro. Ya sea su tiro de tres, su visión de pase o su evidente capacidad reboteadora.

Zach Edey ha dominado los tableros con unos increíbles porcentajes de acierto frente al aro. Sin embargo evidencia aún mucho trabajo físico, técnico y de comprensión y aprovechamiento de las situaciones ventajosas, tanto de su equipo como de su propio cuerpo de cara a las defensas rivales.

Claramente el nivel universitario, con las limitaciones que esta liga tiene respecto a la prestigiosa y altamente preparada NBA, no ha sido un gran rival para el de Ontario en rasgos generales de la competición, pero en la más alta esfera del baloncesto las cosas cambian, y los ojeadores saben que, jugadores más veteranos, fuertes o habilidosos, pueden hacer verdaderos rotos ofensivos y defensivos a las características de juego de este chico de 20 años.
En el equipo en el que Edey recaiga, no va a poder fijarse en ataque a las posiciones que acostumbra. Al tener jugadores franquicias con el peso del balón, éste se verá obligado a abrir espacios, jugar el pick n roll o pick n pop, sacándole de su zona de confort, y reduciendo la efectividad y amenaza muy por debajo de lo que se espera.

En defensa, más de lo mismo. Los mismatches serán muchísimo más evidentes al encontrarse defendiendo a bases de la talla de Kyrie Irving, Trae Young o Damian Lillard. Verdaderos quebraderos de cabeza para cualquier jugador de la liga, pero un verdadero caramelito para ellos si se encuentran a un jugador tan pesado como el de Purdue.

Como hemos comentado antes, los premios de Jugador del Año otorgados a Zion o Durant tenían mucho más sentido, pues son jugadores con plenitud de recursos, además de las ya fácilmente apreciables características físicas. Si bien es cierto que jugadores como Stauskas y Obi Toppin también lograron el galardón, a estos también se les ha llegado a apreciar notables carencias para poder dar rienda suelta a todo su potencial. Porque la NBA no es lo mismo.

Pero aún no está todo perdido para el “Gigante Canadiense”. Las invitaciones a entrenamientos grupales y privados llegarán, al igual que los Combines el en que se miden las características físicas y técnicas de cada uno de los participantes, como si de un concurso de pedigrí se tratase. Es en esas prácticas en las que se tendrá que concentrar ahora el galardonado jugador para poder alcanzar el sueño al que todo jugador de baloncesto aspira.
De igual manera, y como ya hemos podido leer en otros artículos en The Special One, no ser drafteado no es el final de la carrera. Y si no que se lo digan a Ben Wallace, Austin Reaves o el propio Jeremy Lin quienes, con unos ajustados contratos -en ocasiones de ida y vuelta de la Liga de Desarrollo- han logrado hacerse un importante hueco en sus propias franquicias, e incluso, portar un anillo de campeón de la competición más importante del mundo.

La cuenta atrás para Zach Edey ha comenzado y sólo dependerá de él ser una de las excepciones a este galardón, o seguir haciendo historia a partir de ahora.




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